Cuatro millones de trabajadores inmigrados, sin voz ni voto

Cuatro millones de trabajadores inmigrados que residen y trabajan en Francia no tendr¨¢n ni voz ni voto en las elecciones a la presidencia de la Rep¨²blica, si bien el problema de los inmigrados forma parte de los respectivos programas electorales de los aspirantes al palacio del El¨ªseo.

Los trabajadores extranjeros en Francia, cuyo n¨²mero es de unos cuatro millones, ocupan puestos en la industria, en servicios de limpieza y tambi¨¦n en el comercio; tienen todos los deberes de los ciudadanos franceses y est¨¢ reglamentada su situaci¨®n en Francia por un permiso de residencia y de trabajo temporal.

A pesar de pagar impuestos como los nacionales, los trabajadores extranjeros no tienen ninguno de los derechos pol¨ªticos y sociales que confiere la nacionalidad francesa. S¨®lo en las elecciones para la Magistratura del Trabajo los trabajadores inmigrados disponen del derecho de voto, pero no de presentarse candidatos para la defensa de sus propios intereses laborales.

Unos 825.000 portugueses, 785.000 argelinos, cerca de 500.000 espa?oles y nacionales de otros pa¨ªses, hasta el total citado de cuatro millones, viven y trabajan en Francia, algunos desde hace muchos a?os.

El tema de la inmigraci¨®n est¨¢ muy presente en las campa?as electorales de los candidatos a la presidencia. A menudo, tanto la mayor¨ªa como la oposici¨®n achacan la responsabilidad del paro en Francia al excesivo n¨²mero de extranjeros.

Si Giscard d'Estaing ha propuesto que se vayan de Francia 250.000 inmigrados, el partido comunista no se ha quedado atr¨¢s en su campa?a contra el aumento tanto de la inmigraci¨®n como del n¨²mero de trabajadores extranjeros que viven en los municipios comunistas.

Actitudes ambas que han provocado indignaci¨®n en las principales asociaciones de trabajadores inmigrados.