El Ej¨¦rcito brit¨¢nico se retira a un segundo plano en la lucha antiterrorista en el Ulster
A las cinco de la tarde del 14 de agosto de 1969, ante el derrumbamiento de la polic¨ªa, y a petici¨®n de las autoridades civiles, cuatrocientos soldados brit¨¢nicos cruzaban el puente de Craigavon y entraban en la ciudad norirlandesa de Derry, aplaudidos por la poblaci¨®n cat¨®lica. Doce a?os despu¨¦s, en algunos barrios de Belfast, la primera reacci¨®n de los ni?os cat¨®licos al ver una tanqueta caqui es tirarle una piedra, y sus perros ladran a la vista de un uniforme. Claro que estos ni?os tambi¨¦n tiran piedras contra la polic¨ªa. Cuando el Ej¨¦rcito lleg¨®, entrenado para la guerra y no para disturbios civiles, no sab¨ªa bien qu¨¦ hacer. Ahora que han mejorado sus t¨¦cnicas de lucha contra el terrorismo (terrorismo que desarroll¨® espectacularmente despu¨¦s de 1969), el Ej¨¦rcito brit¨¢nico parece retirarse a un segundo plano, dejando las calles del Ulster a una polic¨ªa renovada. ?Ustedes meten a sus Fuerzas Armadas en el Pa¨ªs Vasco cuando nosotros nos estamos marchando de aqu¨ª?, coment¨® un oficial en Lisburn, cuartel general del Ej¨¦rcito brit¨¢nico en Irlanda del Norte a EL PAIS.
En agosto de 1969 hab¨ªa 3.000 soldados estacionados en la regi¨®n; en julio de 1972 esta cifra hab¨ªa superado los 21.000, y en la actualidad hay unos 11.000 soldados brit¨¢nicos all¨ª, y se espera que este n¨²mero disminuya, aunque no haya terminado la lucha contra el terrorismo ni se haya resuelto el problema norirland¨¦s, que ?ni el Ej¨¦rcito ni la polic¨ªa pueden resolver?, seg¨²n declar¨® un mando de la Royal Ulster Constabulary (RUC), la polic¨ªa norirlandesa.Cinco d¨ªas despu¨¦s de su intervenci¨®n en Irlanda del Norte, el Ej¨¦rcito asum¨ªa la responsabilidad para la seguridad en la regi¨®n y el 5 de octubre de ese a?o se produc¨ªa el primer atentado contra un soldado brit¨¢nico. Desde entonces ha llovido mucho en aquel h¨²medo pa¨ªs. Los tristemente famosos B-Especiales han desaparecido. Se ha creado un Regimiento de Defensa del Ulster (UDR), integrado por 7.500 hombres y mujeres, para secundar al Ej¨¦rcito en el control de carreteras y puestos. Este regimiento tiende a cobrar mayor importancia a medida que el Ej¨¦rcito se retira y se procede a la ulsterizaci¨®n del Ulster.
Desde que intervino el Ej¨¦rcito hasta hoy han muerto 447 soldados, 144 polic¨ªas y 1.497 civiles. El peor a?o fue 1972, con 467 muertos y m¨¢s de 10.000 incidentes con armas de fuego.
Cambio en la estructura del IRA
Cifras que fueron de 29 y 642, respectivamente, para 1980. La lucha contra el terrorismo ha tenido, pues, ciertos frutos que a¨²n est¨¢n inseguros. Un primer efecto de esta lucha es que el IRA (Ej¨¦rcito Republic¨¢no Irland¨¦s) Provisional ha tenido que modificar su estructura, organiz¨¢ndose en c¨¦lulas, m¨¢s dif¨ªciles de penetrar, pero que supone una mejor preparaci¨®n de los atentados. La nueva estructura ha permitido tambi¨¦n que ?unidades del servicio activo? act¨²en por su cuenta. Naturalmente, los provos no son los ¨²nicos terroristas. Est¨¢n tambi¨¦n el INLA (Ej¨¦rcito Irland¨¦s de Liberaci¨®n Nacional) y, por parte protestante, la Asociaci¨®n para la Defensa del Ulster (UDA), algunos de cuyos miembros han sido condenados por delitos terroristas, y la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UDF), grupo lealista m¨¢s radical.
La mayor¨ªa de los soldados brit¨¢nicos pasan s¨®lo tres o cuatro meses en el Ulster, aunque hay seis batallones de residentes con sus familias que permanecen en la regi¨®n dieciocho o veinticuatro meses. En general, y esto lo critica la polic¨ªa, muchos de los soldados se marchan sin haber intentado comprender lo que realmente est¨¢ pasando all¨ª. Antes de llegar a Irlanda del Norte, los soldados reciben un entrenamiento especial durante dos meses, en algunos campos en Gran Breta?a, equipados con pueblos simulados y toda clase de material electr¨®nico.
De 1969 a 1972 el Ej¨¦rcito estuvo, pues, desempe?ando el papel de la polic¨ªa y decidiendo la pol¨ªtica de la lucha contra el terrorismo. En 1976, el entonces primer ministro brit¨¢nico, Harold Wilson, decidi¨® autorizar la actuaci¨®n de los famosos grupos especiales SAS (Special Air Service) en el Ulster, donde han tenido una actuaci¨®n poco ortodoxa, violenta y pol¨¦mica, incluso al otro lado de la frontera con el Eire. Ahora, con tres destacamentos en Irlanda del Norte, su papel en operaciones encubiertas cobra cada d¨ªa mayor importancia. La creaci¨®n de este frente invisible, muchas de cuyas operaciones pueden resultar inmorales, ha sido fundamental para que la polic¨ªa pudiera recuperar un papel primordial.
Pol¨ªtica de "ulsterizaci¨®n"
Por otra parte, en 1976 se introdujo la pol¨ªtica de criminalizaci¨®n de los terroristas y de ulsterizaci¨®n de Irlanda del Norte, en parte porque as¨ª se esperaba crear una situaci¨®n de normalidad, y en parte porque el Ej¨¦rcito estaba preocupado, dada su presencia en la regi¨®n, de no poder cumplir adecuadamente sus funciones en el seno de la Alianza Atl¨¢ntica. El papel de la polic¨ªa creci¨®, pues, y ahora la RUC es una de las polic¨ªas m¨¢s j¨®venes del mundo, con una edad media de veinticinco o veintis¨¦is a?os. Desde 1969, la polic¨ªa norirlandesa ha doblado sus efectivos, y ahora, rehecha, cuenta con 7.000 hombres y mujeres (un 11% de los cuales son cat¨®licos), m¨¢s una reserva que s¨®lo sirve de apoyo. Estos polic¨ªas reciben tan s¨®lo una paga extraordinaria de unas 40.000 pesetas al a?o en comparaci¨®n con sus colegas brit¨¢nicos. Cuando est¨¢ de servicio, el personal va equipado con chalecos antibalas, siempre en grupos de cuatro en veh¨ªculos blindados y nunca a pie, salvo en los lugares m¨¢s seguros. Fuera del servicio, se mueven con el mayor cuidado y discreci¨®n.
Ej¨¦rcito y polic¨ªa
Hasta 1976, los jefes de la polic¨ªa y del Ej¨¦rcito en Irlanda del Norte ten¨ªan una reuni¨®n semanal, presidida por este ¨²ltimo. Ahora, en principio, el Ej¨¦rcito s¨®lo interviene cuando lo solicita la polic¨ªa. Por ejemplo, la polic¨ªa no dispone de helic¨®pteros ni. a veces puede dar abasto en las operaciones de car¨¢cter m¨¢s militar en la zona de la frontera con el Eire. No hay, pues, ya una organizaci¨®n central para coordinar a la polic¨ªa y al Ej¨¦rcito, aunque hay oficiales de enlace a todos los niveles y distintos comit¨¦s de coordinaci¨®n, y existe la figura, en la sombra, de coordinador en jefe, principalmente para cuestiones de informaci¨®n.
Lucha de competencias
Tanto los portavoces de la RUC como de las fuerzas armadas insisten en la predominancia de aqu¨¦lla. La realidad es, sin embargo, muy otra, y muchas veces se puede apreciar a militares intervenir antes que la polic¨ªa, registrar casas o planear operaciones. Seg¨²n algunos observadores, manda el Ej¨¦rcito. Las relaciones entre polic¨ªa y Ej¨¦rcito no han sido todo lo buenas que cab¨ªa esperar, aunque ¨²ltimamente han mejorado algo. Algunos militares reconocen que hubo incidentes penosos entre ambas organizaciones, sobre todo en las zonas fronterizas. Incluso se han dado casos en que han disparado los unos contra los otros, a veces por error, cuando ambos llegaban a un mismo lugar sin estar mutuamente informados, pero a veces por rivalidad. El punto m¨¢s bajo de las relaciones entre la polic¨ªa y los militares vino despu¨¦s del asesinato de lord Mountbatten en el Eire y de dieciocho soldados brit¨¢nicos en Warreripoint, el 27 de agosto de 1979, por los provisionales del IRA. El Ej¨¦rcito se quej¨® a la primera ministra, Margaret Thatcher, de que la RUC se negaba a dejar que las tropas operaran como sab¨ªan hacerlo tras diez a?os de lucha antiterrorista. Como coment¨® entonces un oficial brit¨¢nico: ?Hace diez a?os no sab¨ªamos qu¨¦ hacer: ahora que sabemos, no nos dejan?.
Participaci¨®n del contraespionaje
En octubre de 1979, Thatcher sac¨® de sujubilaci¨®n al antiguojefe de los servicios de inteligencia MI-6 sir Maurice Oldfield para que, como coordinador en jefe para la seguridad en Irlanda del Norte, sirviera de ¨¢rbitro entre la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito. No se sabe bien qu¨¦ hizo, dada su natural tendencia al secreto, pero las relaciones entre polic¨ªas y militares mejoraron notablemente. A mediados de 1980 renunci¨® a su cargo por motivos de salud, muriendo recientemente. Le sucedi¨® sir Francis Brooks Richards, antiguo coordinador de inteligencia de la oficina del Gabinete. Oldfield lleg¨® a coordinar los servicios de inteligencia en el Ulster, que son los que mejor funcionan y los que han sido m¨¢s ¨²tiles en la lucha contra el terrorismo.
Las ramas de inteligencia criminal de la RUC son ahora las responsables de analizar la informaci¨®n que reciben de diversas fuentes. Entre otras cosas, existen unos tel¨¦fonos confidenciales a los que el p¨²blico puede llamar para grabar un mensaje sin que haya un contacto directo. La RUC pasa luego esta informaci¨®n a los comit¨¦s de coordinaci¨®n t¨¢ctica, de los cuales hay tres, uno en cada regi¨®n operativa del Ulster. Las decisiones que se toman en estos comit¨¦s parten, pues, en principio, de los mandos de la polic¨ªa, aunque ya se ha explicado lo que en realidad ocurre.
En la lucha contra el terrorismo norirland¨¦s ha desempe?ado tambi¨¦n un papel importante la Rep¨²blica de Irlanda, cuya polic¨ªa, la Gardai, mantiene contacto directo con la RUC. El Ej¨¦rcito brit¨¢nico no tiene, pues, acceso directo a las autoridades de la Rep¨²blica de Irlanda. La colaboraci¨®n de la Gardai ha sido importante para el control de la frontera, pero ning¨²n detenido en el Sur puede ser entregado al Norte por extradici¨®n, sino que es juzgado en la rep¨²blica incluso por delitos cometidos en el Ulster. Se reconoce, sin embargo, que para un control eficaz de la frontera el Ej¨¦rcito brit¨¢nico necesitar¨ªa al menos 50.000 hombres en esa zona. Tanto la polic¨ªa como el Ej¨¦rcito en Irlanda del Norte reconocen que no pueden resolver de modo satisfactorio la cuesti¨®n del terrorismo, cuya violencia no suprimida, sino reprimida, puede rebrotar en cualquier momento.
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