La reforma administrativa, el empe?o m¨¢s ambicioso
Una de las batallas m¨¢s importantes en que se ha empe?ado la actual Corporaci¨®n es la reforma administrativa de la Casa de la Villa, una m¨¢quina de m¨¢s de 17.000 funcionarios, a los que se destina el 50% del presupuesto y cuyos resultados, medidos en base a la eficacia, dejan bastante que desear.
Uno de los pasos m¨¢s importantes dados durante estos dos primeros a?os ha sido la negociaci¨®n de un convenio colectivo en el que, entre otras cosas, se ha regulado por vez primera el horario de los funcionarios, adem¨¢s de marcar claramente las funciones de ¨¦stos. A las dificultades que la adopci¨®n de una medida de este tipo puede traer consigo, el equipo de gobierno ha tenido que enfrentarse a los obst¨¢culos a?adidos desde la Direcci¨®n General de Administraci¨®n Local al suspender el convenio y ser remitido ¨¦ste al Tribunal Contencioso-Administrativo.Previamente a la negociaci¨®n del convenio, el Ayuntamiento madrile?o convoc¨® en mayo del pasado a?o las primeras elecciones sindicales de la Casa de la Villa. Los resultados fueron la elecci¨®n de 57 delegados de las coaliciones de independientes, 55 de Comisiones Obreras y 33 de la Uni¨®n General de Trabajadores. Pese a la mayor¨ªa de representantes de los sindicatos de clase, lo que en un primer momento pudo interpretarse como una victoria sobre el corporativismo, lo cierto es que distintos estamentos municipales (m¨¦dicos, bomberos y Polic¨ªa Municiapal) contin¨²an exigiendo que las negociaciones las realicen sus representantes corporativos, sin reconocer al comit¨¦ de empresa surgido de las mencionadas elecciones.
La reforma administrativa dirigida por la comisi¨®n de personal y, concretamente, por los concejales Garc¨ªa Horcajo y Sotos ha tenido como objetivo acabar con el absentismo, corrupci¨®n, desidia e incompatibilidades laborales horarias de un importante n¨²mero de funcionarios municipales.
De esta forma, m¨¢s de doscientos funcionarios han sido objeto de expedientes sancionadores y nueve de ellos fueron despedidos por corrupci¨®n o negligencia. Las causas m¨¢s comunes fueron la ausencia reiterada de su puesto de trabajo, el aprovechamiento del puesto para negocios particulares, p¨¦rdida de pistolas (en el caso de la Polic¨ªa Municipal) o delitos de corrupci¨®n.
Escasa colaboraci¨®n
Cabe destacar, seg¨²n denuncias reiteradas de los miembros de la comisi¨®n de personal, la escasa o nula colaboraci¨®n de los jefes de departamento en la denuncia de casos como los mencionados e incluso la desidia de numerosos concejales ante el tema.
Otro de los puntos de avance de la reforma administrativa municipal est¨¢ en la reducci¨®n del pluriempleo, que, en forma casi generalizada (el 40%), practican los funcionarios municipales.
En este sentido, se ha puesto fin a casos tan incre¨ªbles, pero no aislados, como el que dos funcionarios del Laboratorio Municipal de Higiene trabajaran de cajeros en los bancos de Bilbao y Central, respectivamente. Como es de suponer, la ausencia de sus puestos de trabajo en el Ayuntamiento era evidente desde hac¨ªa a?os, sin que nadie denunciara sus ausencias.
El primer convenio colectivo de la Casa de la Villa pretende regular de una vez las incompatibilidades horarias y, de paso, frenar el pluriempleo. De esta forma, se ha puesto fin a situaciones de privilegio que hasta ahora ostentaban cuerpos, como el de la Beneficencia y el de bomberos, donde, con una guardia semanal de veinticuatro horas, quedaba resuelto su cumplimiento laboral. Tras largas conversaciones y negociaciones, los bomberos parece que han aceptado estos elementales cambios, pero no ha ocurrido as¨ª con los m¨¦dicos de la Beneficencia: doce de ellos tienen abiertos expedientes sancionadores por negarse a abandonar los turnos semanales de veinticuatro horas, y aqu¨ª cabe se?alar que se trata de uno de los cuerpos municipales donde el pluriempleo se da de forma m¨¢s notable, ya que en el reciente conflicto del Hospital Provincial doce de los m¨¦dicos expedientados pertenecen tambi¨¦n a la Beneficencia Municipal. La batalla contra el pluriempleo se est¨¢ produciendo tambi¨¦n en otros departamentos municipales, aunque, al no existir situaciones de privilegio tan ostentosas como en los casos concretos mencionados, los conflictos son menores.
Muy al principio de la llegada del nuevo equipo de gobierno, la Gerencia Municipal de Urbanismo cort¨® por lo sano con las incompatibilidades de sus funcionarios, respecto a la empresa privada, con la consiguiente situaci¨®n conflictiva en todo el departamento.
Estos criterios y medidas han supuesto que m¨¢s de trescientos funcionarios hayan solicitador la excedencia voluntaria de la Casa de la Villa.
En estos ¨²ltimos meses, la reforma administrativa municipal persigue el objetivo de, adem¨¢s de facilitar una mayor atenci¨®n al ciudadano, conseguir mayor eficacia en el funcionamiento administrativo, de forma que temas como la recaudaci¨®n de impuestos o la de las multas, que se sigue realizando de forma excesivamente defectuosa, funcionen con la eficacia que requieren las arcas municipales. Porque, por incre¨ªble que parezca, muchas de las multas con que sanciona este Ayuntamiento no pueden ser cobradas por el decimon¨®nico sistema que utilizan o porque los tr¨¢mites se complican de forma tal, que los papeles de los expedientes corren el peligro de quedarse de por vida en el fondo de un polvoriento armario.
Ahora, una vez concluida la primera fase del proceso de reforma emprendido hace ocho meses, empiezan a resurgir las esperanzas de que, en un futuro m¨¢s o menos inmediato, el Ayuntamiento pueda contar con sistema burocr¨¢tico ¨¢gil que permita no s¨®lo el control fiscal de los ciudadanos, sino tambi¨¦n la oferta de un servicio eficaz en las continuas relaciones que el ciudadano se ve obligado a mantener con la Casa de la Villa.
La reforma administrativa, una vez concluida (cosa que no ver¨¢ esta Corporaci¨®n), constituir¨¢ el mejor sistema que los pol¨ªticos municipales tendr¨¢n para mejorar la imagen que hoy ofrece al madrile?o medio la gran empresa que, en muchos casos, es el Ayuntamiento.
Hoy, las deficiencias que se registran hacen ensombrecer cualquier intento de mejora de imagen. Y hay que tener en cuenta que el 46% de los madrile?os ha pasado, por lo menos, una vez por las dependencias municipales en los ¨²ltimos cinco a?os, y el 25%, en los dos a?os de ayuntamientos democr¨¢ticos.
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