El Madrid fue el menos malo
Real Madrid y Atl¨¦tico eran aspirantes al t¨ªtulo de Liga y jugaron como dos equipos de Tercera Divisi¨®n. Salvo algunos instantes, el encuentro fue sopor¨ªfero, malo de solemnidad y de una pobreza t¨¦cnica desesperante. Gan¨® el Madrid porque fue el menos malo. El Madrid que sali¨® al terreno dejuego ten¨ªa pinta de no mover el marcador ni de casualidad. El Atl¨¦tico demostr¨® que era incapaz de hacerlo. Entre otras cosas, porque no tuvo la ambici¨®n suficiente para intentarlo.En el f¨²tbol suele suceder como en los toros: corrida de expectaci¨®n, corrida de decepci¨®n. Hay quien se aferra al recuerdo para justificar el partido entre los llamados ?eternos rivales?. Hav quien piensa que este tipo de partildos suele producir siempre menos f¨²tbol del que se espera. Pero lo del domingo super¨® hasta lo imprevisible. Yo no recuerdo, desde luego, otro partido entre madridistas y atl¨¦ticos de tan baja calidad.
Boskov sac¨® a P¨¦rez Garc¨ªa, en un partido que ten¨ªa obligaci¨®n de ganar, para que se dedicara a perseguir a Dirceu, que es quien lleva la batuta en el Atl¨¦tico. El Madrid se qued¨® de entrada con dos hombres en avanzadilla, Santillana e Isidro. El Atl¨¦tico, para paliar el marcaje al brasile?o, tuvo la infeliz idea de colocarle m¨¢s adelantado de lo que en ¨¦l es habitual. La consecuencia fue que los del Manzanares se quedaron sin el hombre capaz de poner orden.
El Atl¨¦tico, en pura teor¨ªa, sali¨® al campo con un delantero m¨¢s que el Madrid, pero Marcos se entretu vo en la zona intermedia, Pedraza no fue un centro delantero puro y all¨¢ en un rinc¨®n, olvidado, se qued¨® Rubio. El Atl¨¦tico amonton¨® hombres en el centro del campo, pero no supo en ning¨²n momento jugar la baza del contragolpe. No lleg¨® al ¨¢rea de Agust¨ªn m¨¢s que en contadas ocasiones y s¨®lo en dos de ellas tuvo oportunidad de marcar. En la primera, Marcos cabece¨® a dos metros del meta madridista, pero no desvi¨® suficientemente la pelota. En la segunda, Julio Alberto, tras una larga carrera, dispar¨® fuera. Una galopada similar se peg¨® Isidro en el primer tiempo y fue incapaz de batir a Belza.
El Madrid puso m¨¢s energ¨ªa en sus acciones y una chispa m¨¢s de imaginaci¨®n y con ello tuvo suficientes valores a su favor para ganar el partido. La mayor¨ªa de los minutos transcurri¨® en el terreno de la inopia, con constantes apelotonamientos de jugadores, entregas defectuosas, rebotes y situaciones de patio de colegio. Si el t¨ªtulo se hubiera decidido en este partido habr¨ªa que haber llegado a la conclusi¨®n de que ninguno de ambos conjuntos lo merec¨ªa.
Los dos entrenadores agotaron el cupo de las sustituciones, pero ni siquiera con hombres de refresco se anim¨® la cuesti¨®n. La salida de Balbino proporcion¨® a Robi la oportunidad de jugar un rato de libero y -la salida de Pedraza, por flato -no se sabe si por indigesti¨®n de tortilla-, nos puso en escena a Julio Prieto. El Madrid retir¨® a P¨¦rez Garc¨ªa, pero Rinc¨®n apenas entr¨® en juego.
Lo m¨¢s sobresaliente fue posiblemente la actuaci¨®n de Belza, que detuvo un par de disparos de Stielike y Santillana, que pusieron de manifiesto unas maneras quiz¨¢ de buen futuro. En las salidas es m¨¢s flojito, porque duda o despeja en corto, pero de cualquier manera fue el mejor hombre del Atl¨¦tico. En el penalti adivin¨® la intenci¨®n de Garc¨ªa Hern¨¢ndez y en dos tiempos se hizo con la bola. Garc¨ªa Hern¨¢ndez, aunque no dispar¨® fuerte, coloc¨® el bal¨®n en el rinc¨®n de las ¨¢nimas y el uruguayo Belza se estir¨® muy bien.
El Madrid hizo cuatro cosas sueltas. El remate deSantillana en el primer gol fue muy bonito y Garc¨ªa Hern¨¢ndez confirm¨® una vez m¨¢s su oportunismo frente al marco. El Madrid, sin que pr¨¢cticamente ninguno de sus jugadores actuar¨¢ en plan sobresaliente, acumul¨® m¨¦ritos sobrados para ganar.
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