El logro de un equipamiento digno, principal reivindicaci¨®n del "cintur¨®n rojo" de Madrid
Las elecciones municipales del 3 de abril de 1979 dieron como resultado el triunfo de la izquierda en la casi totalidad de los ayuntamientos del cintur¨®n de Madrid, el cintur¨®n rojo, caracterizado por componerse de pueblos industriales y pueblos dormitorio, con una poblaci¨®n total cercana al mill¨®n de personas. Y la izquierda triunfante -con la ¨²nica excepci¨®n de Pozuelo de Alarc¨®n- ha puesto de manifiesto las deficiencias en equipamiento colectivo, calidad de vivienda, cultura y, sobre todo, en la falta de autonom¨ªa municipal que existe en el pa¨ªs. Estos dos a?os transcurridos con mandato de la izquierda en los pueblos que rodean a la capital han representado una lucha continua de las autoridades municipales con la Administraci¨®n central, gobernada por UCD.
La composici¨®n de la poblaci¨®n de la docena de localidades importantes que rodean Madrid preve¨ªa el triunfo de la izquierda en todos los ayuntamientos excepto en el de Pozuelo, con una buena parte del pueblo formado por zonas residenciales. Y se preve¨ªa por ser este cintur¨®n donde radica gran parte de la industria provincia], entre las primeras del pa¨ªs, y, sobre todo, por ser el lugar de residencia de la gran mayor¨ªa de familias obreras. Gentes que, adem¨¢s de tener salarios m¨¢s bajos, sufren las consecuencias de una expansi¨®n urban¨ªstica incontrolada, sin previsi¨®n de equipamientos colectivos, viviendas de mala construcci¨®n y, hasta las elecciones municipales, residentes en unos ayuntamientos en manos de alcaldes y concejales franquistas; en su mayor¨ªa, la ideolog¨ªa que los hab¨ªa marginado.Por ello, con el triunfo de socialistas y comunistas en los ayuntamientos se comenz¨® a notar un cambio. La maquinaria municipal segu¨ªa siendo la misma, pero la direcci¨®n era nueva, con ansias de renovaci¨®n. Al principio tambi¨¦n se not¨® la inexperiencia de los nuevos rectores, en su mayor¨ªa j¨®venes militantes de los partidos marginados durante el franquismo y acostumbrados al oscurantismo, primero, y a la oposici¨®n, despu¨¦s, sin ninguna pr¨¢ctica de poder, en definitiva.
Lo primero que hicieron estos ediles reci¨¦n elegidos fue intentar poner en marcha una Administraci¨®n local anquilosada, burocratizada al m¨¢ximo y, en gran parte, temerosa de perder una serie de privilegios que le permit¨ªa trabajar a su aire. Por ello, los primeros meses fueron de toma de contacto, de estudio de las posibilidades existentes para cambiar el panorama anterior.
Tras estudiar los resultados obtenidos y la firma de los pactos de la izquierda a nivel nacional, se eligieron los alcaldes seg¨²n el partido con mayor n¨²mero de concejales. As¨ª result¨® que el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) consegu¨ªa las alcald¨ªas de Getafe, Legan¨¦s, Parla, Fuenlabrada, Alcorc¨®n, M¨®stoles, San Sebasti¨¢n de los Reyes y Alcobendas, mientras los comunistas se hac¨ªan con los ayuntamientos de Coslada, San Fernando de Henares y Pinto.
Y al hacer un balance de estos acuerdos municipales dentro del ¨¢rea metropolitana de Madrid hay que se?alar que han funcionado con bastante perfecci¨®n, salvo en algunos casos puntuales. Aunque los problemas entre los partidos en el gobierno de los distintos municipios saltaron en varias ocasiones a las p¨¢ginas de los medios de comunicaci¨®n, es necesario se?alar que el balance, a mitad de mandato, ha sido positivo. Precisamente esta era la opini¨®n, hace ahora una semana, del partido que menos poder tiene de los dos, el comunista, que, aunque ha levantado la voz en algunos municipios, reconoce que son casos puntuales. Una versi¨®n similar muestran los socialistas.
Es m¨¢s: si estudiamos municipio por municipio, solamente se encuentran los casos de San Sebasti¨¢n de los Reyes, Getafe y Alcorc¨®n, donde las discusiones han llegado a poner en peligro la coalici¨®n. En el primero de los se?alados, la situaci¨®n estuvo a punto de romperse cuando los concejales comunistas, seg¨²n parece, sin contar con la direcci¨®n provincial del partido, pusieron el caso en manos del Gobierno Civil. En Alcorc¨®n, quiz¨¢ el primer sitio donde la situaci¨®n fue cr¨ªtica, las cosas se calmaron poco despu¨¦s del primer a?o de mandato. Y en Getafe, donde el problema se centra en el tema urban¨ªstico principalmente, la situaci¨®n sigue siendo tensa, pero parece que controlada por los responsables provinciales.
Problemas internos del PSOE
En Madrid capital los problemas no existieron en la relaci¨®n entre ambos partidos, sino dentro del partido mayoritario, el PSOE. Aqu¨ª los problemas surgieron entre las dos facciones existentes, entre los partidarios del segundo teniente de alcalde, Alonso Puerta, secretario de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a cuando los socialistas accedieron al gobierno municipal, y los seguidores del entonces concejal y m¨¢s tarde cabeza de dicha federaci¨®n, Joaqu¨ªn Leguina. Pero tampoco las cosas fueron a mayores, aunque existan diferencias entre ellos.
Una diferencia a resaltar entre las corporaciones actuales y las anteriores a las elecciones de abril de 1977 es que, mientras aqu¨¦llas no ten¨ªan una pol¨ªtica definida, los reci¨¦n llegados intentaron desde un primer momento planificar su trabajo. As¨ª surgieron los primeros estudios de las posibilidades de acci¨®n, y antes de cumplirse el primer a?o de mandato todos los municipios hab¨ªan elaborado un plan de acci¨®n municipal. En unos casos el plan era a corto plazo, para un a?o. En otros, la planificaci¨®n se preparaba para todo el tiempo de mandato. Algunos eran modestos programas para comenzar a trabajar mientras se preparaba un plan m¨¢s s¨®lido. Otros eran la plasmaci¨®n del programa electoral que los ediles estaban dispuestos a cumplir.
Y esta planificaci¨®n representaba tambi¨¦n la obligaci¨®n de aquilatar al m¨¢ximo los presupuestos. Por ello, en 1979 muchos ayuntamientos no tuvieron mucha oportunidad de conseguir lo que pretend¨ªan, pues se vieron obligados a establecer unos presupuestos que eran la pr¨®rroga de los del a?o anterior. Pero en 1980 las cosas cambiaron y de los 'presupuestos peque?os que hab¨ªan soportado en los primeros meses los municipios pasaron a la aprobaci¨®n de los presupuestos que consideraban reales.
Ello hizo necesario el aumento de las tasas y los impuestos a pagar por los vecinos. La medida era dura en un pa¨ªs acostumbrado a pagar escasos impuestos o a no pagarlos. Y con ello surgieron adem¨¢s los primeros enfrentamientos con la Administraci¨®n central. La parte de los impuestos estatales que corresponde a los ayuntamientos fue r¨¢pidamente considerada exigua, y la lucha por conseguir un aumento de la proporci¨®n que correspond¨ªa a las haciendas locales fue planteada abiertamente.
Pero la principal batalla planteada por los ayuntamientos de izquierda fue para conseguir arreglar la falta de equipamiento colectivo en los pueblos. Pronto surgi¨® el problema de falta de puestos escolares. Sin haber transcurrido seis meses de mandato, el comienzo de curso en los estratos de ense?anza obligatoria hizo surgir las voces de los vecinos en busca de una plaza escolar para sus hijos. En todos los municipios el problema era arduo, pues miles de ni?os se quedaban sin escolarizar.
Comenzaron las manifestaciones y los ayuntamientos se colocaron a la cabeza de los vecinos para conseguir escuelas para todos. La situaci¨®n fue grave el primer a?o, pero se agudiz¨® en el segundo ante las promesas no cumplidas por la delegaci¨®n provincial de Educaci¨®n. Poco a poco el problema se fue resolviendo y, aunque existen muchos colegios con enormes deficiencias, la batalla por la total escolarizaci¨®n la van ganando los municipios. Y todos los indicios auguran que antes de que finalice la legislatura el problema ser¨¢ resuelto.
Infraestructura sanitaria
Tambi¨¦n la batalla por conseguir una infraestructura sanitaria est¨¢ en pie. Y aparte de conseguir que la Administraci¨®n central, que es la que tiene competencia en la materia, dote a los pueblos de ambulatorios, consultas de especialidades y camas hospitalarias, los ayuntamientos del cintur¨®n de Madrid han fundado los llamados centros municipales de salud. No pretenden con estos centros cubrir las deficiencias sanitarias de sus t¨¦rminos municipales, sino conocer el estado de salud f¨ªsica y mental de sus vecinos, en primer lugar, ense?arles a ¨¦stos el modo de conseguir una vida m¨¢s sana y, finalmente, programar su vida familiar con arreglo a sus posibilidades. Es decir, hacer un inventario de las necesidades de los residentes, ense?arles una medicina preventiva y cubrir las especia-
El logro de un equipamiento digno, principal reivindicaci¨®n del "cintur¨®n rojo" de Madrid
lidades que la Seguridad Social no abarca.Y la batalla entablada est¨¢ empezando a dar frutos a su favor como los est¨¢ dando la emprendida en el campo de la ense?anza. Tres de los mayores municipios del cintur¨®n ya han conseguido que la Administraci¨®n central conceda parte de sus presupuestos para construir hospitales de zona.
El urbanismo: la gesti¨®n y la participaci¨®n
En otros tres campos han actuado con bastante acierto los municipios que rodean la capital: urbanismo, gesti¨®n abierta y participaci¨®n. El primero representa quiz¨¢ el mayor problema para su soluci¨®n. Pueblos como Fuenlabrada, Parla, Alcorc¨®n y M¨®stoles multiplicaron su volumen de edificaci¨®n en muy pocos a?os. Y todo este incremento se bas¨® en la especulaci¨®n de terrenos, en la concesi¨®n de licencias sin presentaci¨®n de proyecto de obras y en muchas ocasiones en la construcci¨®n sin licencia alguna, de una forma pirata. La herencia era irreversible y las soluciones dif¨ªciles, debido a la corrupci¨®n pasada.
Para conseguir paliar en lo posible este mal, los ayuntamientos del cintur¨®n decidieron aplicar el mayor rigor urban¨ªstico en el cumplimiento estricto de la ley del Suelo. Suspendieron licencias y establecieron planes parciales. Adem¨¢s exigieron a los constructores el respetar los baremos de construcci¨®n vigentes. La batalla empieza a dar resultados positivos.
En cuanto a la gesti¨®n, los nuevos mun¨ªcipes han elaborado planes anuales de inversi¨®n de presupuestos con arreglo a las necesidades de cada barrio, seg¨²n los estudios hechos in situ. Se da cuenta de los gastos y de los ingresos a los ciudadanos y en muchos casos se estudian las partidas dedicadas con las entidades vecinales afectadas. Y la participaci¨®n de los vecinos es tenida en cuenta a trav¨¦s de los estudios realizados para preparar los planes de acci¨®n inmediata. En alg¨²n caso, tras elaborar los presupuestos municipales con las propuestas hechas por la plantilla municipal, los representantes municipales han organizado asambleas en los barrios para que los vecinos discutiesen las partidas que les afectaban.
Por lo que claman la mayor¨ªa de los ayuntamientos de este pa¨ªs, y en ello se distinguen los municipios situados en los alrededores de Madrid, es por conseguir una ley de R¨¦gimen Local que represente una mayor autonom¨ªa a las corporaciones respecto a la Administraci¨®n central. Una ley que d¨¦ competencias a los ayuntamientos en materia de sanidad, de ense?anza, etc¨¦tera, con una mayor participaci¨®n en los impuestos estatales, como ocurre en los pa¨ªses europeos. Esta ¨²ltima es quiz¨¢ la mayor batalla en que quieren vencer los socialistas y comunistas de los ayuntamientos. Una batalla que en caso de ganar representar¨¢ la posibilidad de aumentar los presupuestos para la realizaci¨®n de equipamientos colectivos, mejoras de la calidad de vida y cumplimiento de las necesidades de los vecinos.
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