El Real Madrid contuvo al Inter
El Madrid estar¨¢ en la final de Par¨ªs gracias a un buen partido en el Gluseppe Meazza, en el que s¨®lo estuvo a merced del Inter en la fase inicial de la segunda parte. Durante el resto del tiempo control¨® el juego. Hizo una soberbia primera parte y una aceptable segunda, cre¨® ocasiones de gol tan claras y casi en tanto n¨²mero como el Inter y, aunque ofreci¨® en la segunda mitad alguna facilidad en la defensa, Agust¨ªn respondi¨® como un gran portero cuando hizo falta. El no cerrarse, sino jugarle al Inter por todo el campo, y el retener el bal¨®n lo m¨¢s posible fue la clave de la clasificaci¨®n.Tal como hab¨ªa anunciado Boskov, el Madrid no sali¨® a encerrarse en el Giuseppe Meazza. Aunque a ¨²ltima hora no sali¨® Pineda, sino Isidro, ello fue porque ¨¦ste y Juanito se alternaban en una de las puntas del ataque, y en ning¨²n caso el Madrid present¨® un planteamiento m¨¢s defensivo que el Inter. El equipo italiano le dio un gran susto al Madrid a poco de empezar el partido, cuando, tras el saque de un c¨®rner, un centro de Caso lo pein¨® de cabeza Prohaska y envi¨® el bal¨®n al palo. En esta y en una jugada posterior, Agust¨ªn demostr¨® cierta inseguridad, y ello permiti¨® que el exaltado p¨²blico del Meazza se entusiasmara. Pero pronto se tranquiliz¨® Agust¨ªn,
Angel tom¨® a Becalossi, un media punta que confirm¨® su capacidad para inventar jugadas de peligro. Camacho sali¨® al centro del campo para sujetar a Prohaska, y no s¨®lo lo consigui¨®, sino que le oblig¨® a perseguirle en sus galopadas hacia Bordon. Del Bosque controlaba muy bien el juego y sal¨ªa tambi¨¦n frecuentemente hacia el ataque por una u otra banda. Stielike, casi siempre por la derecha, se encontraba con el ¨²nico marcador serio de los italianos en la media, Marini, y a pesar de eso empuj¨® mucho. Aunque Juanito se equivoc¨® a veces al escoger un ritmo demasiado r¨¢pido en momentos en los que al Madrid le conven¨ªa m¨¢s mantener el bal¨®n, en general el Madrid jug¨® con autoridad, sin sentirse agobiado nunca y llegando al ¨¢rea italiana m¨¢s veces que el Inter a la suya. Por cierto que cada intervenci¨®n en el juego de Santillana obraba el milagro de enmudecer al estruendoso p¨²blico italiano.
Cuatro o cinco brillantes pases perpendiculares de Becalossi a los veloc¨ªsimos Altobelli y Muraro fueron lo ¨²nico que pudo ofrecer el Inter en la primera parte; pero la defensa espa?ola estuvo atenta en todas las ocasiones. Es de destacar el excelente papel de Garc¨ªa Navajas, que no s¨®lo lleg¨® al corte siempre oportunamente, sino que se dej¨® ver en subidas al ataque. Todo el Madrid toc¨® el bal¨®n con calma, a excepci¨®n de algunas precipitaciones de Juanito, se desmarc¨® y corri¨® por todas las zonas del campo y en el descanso parec¨ªa dif¨ªcil que el Inter pudiera remontar.
El Inter sali¨® con un aire algo distinto en la segunda mitad. Trat¨® de masticar m¨¢s la jugada, y tuvo en los hombres menos virtuosos de su centro del campo, Pasinato, Marini y Caso, especialmente este ¨²ltimo, hombres de mayor apoyo al ataque que en la primera mitad. En los primeros diez minutos se registraron disparos de Muraro y Bergomi, ante los que tuvo que intervenir con acierto Agust¨ªn, y eso reanim¨® al escandaloso p¨²blico, que para entonces estaba ya un tanto apagado. Coincidi¨® este mayor agobio atr¨¢s con que algunos jugadores del Madrid perdieran la calma para retener el bal¨®n, y empezaron a arriesgarlo en pases largos. Repentinamente, una gran arrancada de Bini, un libero de excelente planta, finaliz¨® con un hermoso gol.
Por unos minutos la clasificaci¨®n del Madrid estuvo realmente en peligro. El descontrol y la falta de serenidad se extendi¨® a varios jugadores m¨¢s y el Madrid se desconect¨® del juego. S¨®lo la parte de atr¨¢s aguant¨® bastante bien, y adem¨¢s se fue creciendo paulatinamente la figura de Agust¨ªn. Fue entonces cuando Juanito, que hab¨ªa cometido equivocaciones antes, supo estar en su sitio, acept¨® mejor que nadie la responsabilidad que impon¨ªa el partido en esos momentos y en dos o tres jugadas de su marca enfri¨® al Inter. Una de ellas, un sensacional pase a Del Bosque, fue quiz¨¢ la oportunidad m¨¢s clara de gol del encuentro.
Poco a poco, el Madrid recuper¨® la calma, y el Inter, aunque sigui¨® jugando mejor de lo que lo hab¨ªa hecho en la primera parte, dej¨® de amenazar tan seriamente con el segundo gol. De ah¨ª en lo sucesivo, el encuentro volvi¨® a ser equilibrado, con bonitas ocasiones de gol en ambas puertas, pues el Madrid dio en el ¨²ltimo cuarto de hora algunas ventajas en defensa, lo que no hab¨ªa hecho antes, pero sin que nadie llegara a concretar el gol. El cambio de Isidro, fatigado por su encomiable persecuci¨®n a Pasinato y por sus carreras de desmarque hacia una y otra punta del ataque, por Pineda fue efectivo y le permiti¨® al Madrid mayor desahogo. El Inter tambi¨¦n hizo un cambio, pero despu¨¦s de dudarlo mucho, pues al final eran varios de sus hombres los que estaban fatigados. Dos minutos antes de que terminara el encuentro, Garc¨ªa Hern¨¢ndez compareci¨® por Stielike, tambi¨¦n hundido, sin duda porque estos d¨ªas ha pasado una leve gripe y quiz¨¢ tambi¨¦n para defender en su ¨¢rea en los centros altos, pues es jugador de buen salto. Lleg¨® el final ante la decepci¨®n del p¨²blico, que quiz¨¢ comprendi¨®, a salvo de una numerosa minor¨ªa de revoltosos, que en la final iba a estar el mejor de los dos.
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