El dinero de la droga sirvi¨®, para pagar a militares y pistoleros que consumaron el cuartelazo de Garc¨ªa Meza
El general Echeverr¨ªa, con el coronel Arce G¨®mez y Jos¨¦ Abraham Baptista, ex agente de espionaje de Echeverr¨ªa, estuvieron ¨ªntimamente, comprometidos en los preparativos del golpe contra la presidenta interina de Bolivia, Lidia Gueiler. El golpe militar se dio finalmente el d¨ªa 17 de julio de 1980, pocos d¨ªas despu¨¦s de que resultara evidente que la coalici¨®n centroizquierdista Uni¨®n Democr¨¢tica y Popular (U13P) hab¨ªa ganado las elecciones generales, y que su l¨ªder, el veterano ex presidente Hern¨¢n Siles Suazo, iba a volver a la suprema magistratura del pa¨ªs andino.
De acuerdo con testimonios y documentaci¨®n proporcionados por un ex funcionario del Ministerio de Interior, Arce G¨®mez pidi¨® a Abraham Baptista que prestara la m¨¢xima cooperaci¨®n a su amigo Willy Sandoval Mor¨®n, un ex diputado de la UDP que se uni¨® a las fuerzas golpistas de Natush Bush, en noviembre de 1979 (volviendo la espalda a su partido y a Hem¨¢n Siles) y m¨¢s tarde se uni¨® a Arce G¨®mez, con quien trabaj¨® activamente como importante contacto en la parte monetaria del tr¨¢fico de coca¨ªna en Santa Cruz.Jos¨¦ Abraham Baptista fue el encargado de recoger el dinero de los traficantes, d¨ªas antes del golpe, para pagar a los comandantes de, tropas militares y a agentes paramilitares, adem¨¢s de otros posibles participantes.
Despu¨¦s del sangriento golpe del 17 de julio, Jos¨¦ Abraham Baptista confisc¨® seis millones de d¨®lares en efectivo de un avi¨®n colombiano que aterriz¨® en uno de los muchos aer¨®dromos privados de Santa Cruz. El reparto de ese dinero, en el que intervinieron Garc¨ªa Meza y Arce G¨®mez, y la sensaci¨®n del ¨²ltimo de que hab¨ªa sido dejado parcial mente al margen de la operaci¨®n, produjeron un agrio distancia miento entre el ministro de Interior y Baptista.
La tensi¨®n aument¨® cuando Arce G¨®mez tuvo noticia de que Baptista estaba organizando una red propia de contrabando. El ministro de la coca¨ªna hizo saber al agente del general Echeverr¨ªa que deb¨ªa abandonar La Paz. Baptista respondi¨® amenazando con hacer p¨²blicas las implicaciones del coronel Arce en el tr¨¢fico de drogas.
El 3 de septiembre, el general y presidente, Garc¨ªa Meza, orden¨® el retiro de Baptista del Ej¨¦rcito, ?previa revisi¨®n de sus antecedentes?. El 6 de octubre de ese a?o, Baptista fue asesinado a tiros por dos hombres cuando sal¨ªa de una pizzer¨ªa en la ciudad de Santa Cruz. Las balas, seg¨²n se prob¨®, proced¨ªan de pistolas autom¨¢ticas como las utilizadas por el Ej¨¦rcito. Los asesinos -uno de ellos Jos¨¦ Palanca Cu¨¦lla- usaron un veh¨ªculo proporcionado por Roberto Su¨¢rez-G¨®mez. El dinero con que se pag¨® la operaci¨®n fue proporcionado por el general Hugo Echeverr¨ªa, quien,- de acuerdo con una fuente allegada a los traficantes de drogas, recibi¨® ¨®rdenes personales de Arce G¨®mez para eliminar a Baptista.
Corre el dinero
Unos cuantos d¨ªas antes del golpe de Estado, Jos¨¦ Pepe Pat, una prominente figura de la Mafia y gran comercializador de coca¨ªna en Bolivia hab¨ªa entrgado al general Hugo Echeverr¨ªa la suma de 800.000 d¨®lares,copmo contribuci¨®n para la sublevaci¨®n militar del 17 de julio, en la localidad de Montero, uno de los centros m¨¢s importantes del tr¨¢fico de coca¨ªna. Hubo adem¨¢s otra importante reuni¨®n a la que asistieron Edwin Gasser (padre de Roberto. Gasser), propietario del complejo -azucarero La B¨¦lgica; Pedro Bleyer, presidente de la C¨¢mara de Industria y Comercio, y el , general Luis Garc¨ªa Meza,, quien recibi¨® una considerable suma, destinada a financiar el golpe y a convencer a oficiales militares a¨²n indecisos.
El mes anterior al golpe, los comandant¨¦s de las divisiones de Cochabamba y Oruro, y del regimiento Tarapac¨¢, de La Paz, fue ron convocados por el general Echeverr¨ªa en Santa Cruz. Cada uno de ellos recibi¨® 50.000 d¨®lares, recolectados entre los traficantes de drogas, para ganar su apoyo. El comandante del Tarapac¨¢, coronel Arturo Doria Medina, conocido como el Mariscal de la Muerte (por su responsabilidad en la muerte de varias decenas de manifestantes durante el golpe de Natush Bush en noviembre de 1979), fue designado por el general Garc¨ªa-Meza; el pasado mes de febrero, como el m¨¢s alto jefe en la supuesta embestida del Gobierno boliviano contra las drogas. Doria Modina;de acuerdo con vendedores de coca¨ªna en La Paz, es un adicto a la pichicata.
Luis Arce G¨®mez fue el cerebro real del golpe boliviano. Estuvo a cargo del reclutamiento de agentes paramilitares con la ayuda de dos antiguos comandantes nazis Klaus Altmann-Barbie y Hans J. Stellfeld. Se instalaron campos de en trenamiento en varios lugares estrat¨¦gicos del pa¨ªs, donde fueron entrenados ex convictos de delitos comunes, soldados retirados: y ase sinos a sueldo. En Santa Cruz se instal¨® un campo en la hacienda propiedad del doctor Jos¨¦ Guti¨¦rrez, un personaje muy influyente en esa ciudad. En este lugar se tom¨® una foto de los hombres que participaron en las operaciones de entrenamiento. La fotograf¨ªa apareci¨® m¨¢s tarde publicada en el pe ri¨®dico ultraderechista de Santa Cruz El Pa¨ªs el 31 de diciembre de 1980.
La oficina del controlador de la Rep¨²blica, Adolfo Ust¨¢rez, se usa, de acuerdo con informaciones dignas de todo cr¨¦dito, -como la principal pantalla para ?lavar? los d¨®lares provenientes de la coca¨ªna. La debilitada econom¨ªa boliviana, al borde de la bancarrota, no ha podido cumplir con el pago de los salarios a los empleados p¨²blicos m¨¢s que recurriendo al dinero pro veniente de la droga. Canalizando estos ingresos a trav¨¦s de la oficina del doctor Ust¨¢rez se ha podido, evitar el ?colapso del sector p¨²blico como se?al¨® un informante en las m¨¢s altas esferas de la Administraci¨®n p¨²blica. Al mismo tiempo el Gobierno boliviano ha lanzado clandestinamente al mercado grandes cantidades de d¨®lares norteamericanos, incluyendo billetes falsificados de cien d¨®lares hechos en Colombia, que hicieron bajar en un momento dado el valor del d¨®lar cuando el peso boliviano estaba notoriamente d¨¦bil. La deuda exterior supera hoy los 3.700 millones de d¨®lares.
Torturas, asesinatos
Seg¨²n el informe anual de la Embajada norteamericana en Bolivia, que se ha presentado al Congreso de EE UU y que fue redactado en febrero de este a?o, la tortura sigue a la orden del d¨ªa en Bolivia, donde a¨²n se mantiene el toque de queda.
A pesar de las afirmaciones constantes realizadas por funcionarios del r¨¦gimen militar de que se respetan los derechos humanos en Bolivia, la tortura sistem¨¢tica, el asesinato y la intimidaci¨®n contin¨²an en el pa¨ªs. De acuerdo con el mencionado informe, ?desde el golpe del 17 de julio, gente arrestada, con los ojos vendados, ha sido golpeada repetida y sistem¨¢ticamente por verdugos enmascarados en el Ministerio del Interior y en las oficinas del Servicio de Inteligencia del Ej¨¦rcito, en La Paz. Hombres y mujeres son met¨®dicamente intimidados y torturados f¨ªsica y mentalmente y obligados a denunciar a potenciales sospechosos de oponerse al r¨¦gimen. Existen informes que indican el uso de energ¨ªa el¨¦ctrica para lograr confesiones de los detenidos en el Ministerio del Interior ... ?.
Uno de los m¨¢s sangrientos incidentes posteriores al golpe tuvo lugar el 15 de enero de 1981, en que fueron asesinados en una casa de La Paz, mientras sosten¨ªan una reuni¨®n pol¨ªtica clandestina, ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), uno de los partidos integrados en la coalici¨®n Uni¨®n Democr¨¢tica y Popular (UDP), que ganaron las elecciones inmediatamente anteriores al cuartelazo.
Doscientos paramilitares, con ¨®rdenes del todav¨ªa ministro del Interior, Luis Arce G¨®mez, intervinieron en la operaci¨®n. Cuatro de los reunidos, todos ellos dirigentes sindicales y profesionales, fueron ametrallados all¨ª mismo. Otros cuatro fueron trasladados a las oficinas del Servicio Especial de Seguridad (SES), en la calle de los Hermanos Manchego, de La Paz, torturados y eliminados. Uno de ellos, el ex Oficial de carabineros y abogado Jos¨¦ Reyes Carvajal, fue hallado con los brazos y el cuello rotos.
Los cad¨¢veres fueron entregados a las familias por presiones de la Iglesia cat¨®lica. Durante el entierro, agentes del Ministerio del Interior tomaron fotograf¨ªas de los asistentes y confiscaron las tarjetas de condolencia enviadas a los familiares. Estos fueron obligados, para recibir los cuerpos de las v¨ªctimas, a firmar una declaraci¨®n en la que se agradec¨ªa al Gobierno de Garc¨ªa Meza ?haber librado a Bolivia de elementos terroristas?.
La- ¨²nica superviviente de la matanza fue Gloria Ardaya, una joven soci¨®loga ahora exiliada en Suiza, gravemente traumatizada. Gloria Ardaya fue advertida contra cualquier declaraci¨®n p¨²blica que pudiera formular desde su exilio, bajo amenaza a su hermana, que vive en La Paz y sufrir¨ªa las consecuencias.
El asesino de los miembros del MIR fue uno de los factores que han influido en la destituci¨®n de Arce G¨®mez.Uno de los j¨®venes muertos. Jos¨¦ Luis Su¨¢rez Guzman, era hijo de un general retirado.En algunos sectores del Ej¨¦rcito , los m¨¢s moderados , el incidente provoc¨® gran malestar.
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