400 m¨²sicos de todas las tendencias homenajean a Mach¨ªn

Desde las 21.00 horas del pasado mi¨¦rcoles hasta las 3.30 horas de ayer, cerca de cuatrocientos m¨²sicos, reunidos en el Palacio de los Deportes de Barcelona, le tributaron un emotivo homenaje al cantante cubano Antonio Mach¨ªn (1911-1977), conocido en Espa?a desde los a?os cuarenta con el sobrenombre de Su Majestad el Bolero.

Presentados por locutores de la radio catalana, fueron surgiendo en el escenario cantantes (Jos¨¦ Guardiola, Lorenzo Gonz¨¢lez, J¨®an Manuel Serrat, Bonet de San Pedro, Jorge Sep¨²lveda, Peret, Pi de la Serra, Sisa), humoristas (Mary Santpere, Chicho Gordillo, Eugenio, Los Hermanos Calatrava), actores (Lina Morgan, Antonio Ozores, Lorenzo Valverde) y numerosas orquestas. Unos 4.000 espectadores, entre los que no escaseaba la gente joven, tararearon melod¨ªas superpopulares (Angelitos negros, Dos gardenias, Madrecita) y acabaron bailando, bajo la direcci¨®n de Xavier Cugat, El Manisero.Para quienes estuvimos una noche antes presenciando la actuaci¨®n generosa y brillante de Bruce Springsteen en este mismo lugar, el barcelon¨¦s Palacio de los Deportes nos resulta irreconocible. Nada queda de los sabios gui?os a la primera voz quebrada de Bob Dylan y al delirio corporal de Elvis Presley. Tampoco hay piruetas en recuerdo de Pete Townsend. Ni siquiera permanecen los hermosos juegos de luces, los azules met¨¢licos, los naranjas equ¨ªvocos, la blancura cortante. Y el p¨²blico se ha sentado devotamente, cantando con embeleso camp los temas interpretados por la orquesta Amics de la M¨²sica: Ya s¨¦ que tienes novio, B¨¦same mucho, Esp¨¦rame en el cielo, Somos, El huerfanito, Mira qu¨¦ eres linda... Es el orgasmo a media luz ni ocult¨®n ni exhibicionista: derram¨¢ndose con nostalgia frondosa. Pasan las horas en las duras sillas como si se tratara de una gran siesta tropical en una hamaca.

Tras ese dilatado pr¨®logo, a base de melod¨ªas azucaradas de Mach¨ªn, sus amigos en edad y gobierno inician el desfile. Jorge Sep¨²lveda, m¨¢s tieso y sonriente que nunca, se convierte en espuma marina. El p¨²blico recrea el oleaje. Y el mismo desvar¨ªo produce Bonet de San Pedro. Los Hermanos Calatrava provocan carcajadas. Nuria Feliti, con negros pantalones y chaqueta memorable, conecta que es un gusto con la sala.

La gravedad de Jos¨¦ Guardiola merece punto y aparte. Ram¨®n Galduch se aferra con ¨ªmpetu a las barras de la bandera catalana. Y Ra¨²l del Castillo, personaje clave en este homenaje, acompa?ado por Eliseo del Toro y el m¨ªtico Tr¨ªo Guadalajara, recuerda la figura de Mach¨ªn: ?M¨¢s tarde o m¨¢s temprano, / al cielo iremos, / y all¨ª le pediremos /una canci¨®n?. La histeria cunde en el recinto cuando aparece Lorenzo Gonz¨¢lez. Vuelve el Tr¨ªo Guadalajara, resucitando la Malague?a con frescura ejemplar. Juntos y revueltos, en fin, todas las glorias carrozas entonan lo que el p¨²blico corea: Cuando se quiere de veras. Un mural ya imborrable.

El conjunto Tropical Pop acompa?a a Mary Santpere, kilom¨¦trico cromo que borda con sal gorda aquello de Fumando espero; ¨¦xito total. Con Juanito Segarra la prehistoria se calienta al m¨¢ximo. Chicho Gordillo se disfraza, una vez m¨¢s, de Cantinflas y Frank Sinatra. Ana Kiro, Lorenzo Valverde, Moncho, Francisca y un interminable etc¨¦tera de voces cantoras siguen teji¨¦ndole el homenaje al creador de Lamento esclavo.

Despu¨¦s de los chistes de Eugenio comienza el cap¨ªtulo m¨¢s ins¨®lito del festival, a cargo de cantantes de los que casi nadie sab¨ªa su cari?o y admiraci¨®n por Mach¨ªn. Pi de la Serra conecta muy mal con el p¨²blico. Marina Rosell funciona algo mejor. Pero ser¨¢ Joan Manuel Serrat, el m¨¢s esperado, quien cause conmoci¨®n absoluta, gritos de amor y alaridos. Peret se marca luego una rumbita.

Y llega la mejor actuaci¨®n de toda la noche. Jaume Sisa, vitoreado con frenes¨ª desde que pisa el escenario, se inserta en el homenaje a fondo e interpreta maravillosamente la primera canci¨®n que grabara Mach¨ªn en Espa?a, all¨¢ por 1939, Noche triste. Sisa estuvo sublime. Y, a altas horas de la madrugada, nos confesaba: ?En el campo de la canci¨®n, mi padre verdadero ha sido Mach¨ªn. Ninguno de los cantaurores de Biafra le llegamos ni siquiera al tobillo?.

La fiesta contin¨²a: Mario Visconti, Lina Morgan, Antonio Ozores, la trompeta de oro de Rudy Ventura (?Pero, se?ores, ?qu¨¦ pachanga! ?), Gato P¨¦rez con su sabor salsero, la Orquesta Encantada... Decenas de conjuntos e int¨¦rpretes. Xavier Cugat, que al principio se ha hecho silvar al decir ? ?Viva Cuba sin barbas! ?, dirige como puede el revuelo orquestal. Los int¨¦rpretes invaden el escenario. El p¨²blico baila con insomnio incurable. El homenaje es completo.