Pol¨ªtica industrial
La nueva pol¨ªtica industrial abordada por el Gabinete Calvo Sotelo pasa inevitablemente por un necesario y urgente proceso de an¨¢lisis y replanteamiento de ciertos sectores y empresas en crisis. La iniciativa, en principio, nos parece acertada y es, en definitiva, la direcci¨®n a la que se han encaminado los esfuerzos y actuaciones en otras econom¨ªas occidentales, fuertemente afectadas tambi¨¦n por la prolongada coyuntura adversa. Sin embargo, el tema es sumamente delicado e incluso vidrioso por la complejidad de los factores que han de tenerse en cuenta y, sobre todo, por la posible incidencia de las medidas en dos planos importantes: el del preocupante nivel de desempleo y el del creciente d¨¦ficit p¨²blico.Casi seis a?os de casi ininterrumpida crisis han producido efectos tan negativos como los siguientes: la reducci¨®n de las inversiones en la industria, como consecuencia de las incertidumbres, mayores, por cierto, en Espa?a que en otros pa¨ªses; el descenso real de la productividad, ya que los aparentes aumentos responden en buena medida a la disminuci¨®n de la poblaci¨®n activa; la ca¨ªda del empleo en la industria; la progresiva p¨¦rdida de competitividad de las exportaciones industriales. Ante esta situaci¨®n no puede adoptarse una actitud pasiva, sino hacerla frente mediante un conjunto de decisiones que, evidentemente, han de ser pol¨ªticas, aunque no pueda perderse de vista el objetivo econ¨®mico que persiguen.
No parece oportuno recurrir a f¨®rmulas de car¨¢cter proteccionista, cuyo coste suele ser muy elevado, sino utilizar el camino de la concertaci¨®n con los diversos agentes econ¨®micos, definiendo un marco claro al que habr¨¢n de acogerse los procesos de adaptaci¨®n.
En cualquier caso, una acci¨®n de esta naturaleza tiene que partir de una premisa bien concreta, al margen de cualquier discusi¨®n: la ordenaci¨®n o reestructuraci¨®n no puede significar, en modo alguno, una inversi¨®n infructuosa. Queremos decir que a cualquiera otra consideraci¨®n tiene que preceder la de que el sector de referencia o, en su caso, la empresa, tiene un futuro viable y rentable en t¨¦rminos econ¨®micos y sociales. Se ha dicho que la Administraci¨®n podr¨ªa dedicar, en conjunto, unos cien mil millones de pesetas a este fin durante el presente ejercicio. La escasa disponibilidad de recursos p¨²blicos obliga a un severo control de cada peseta de modo que se evite lo que en ocasiones ha sucedido en un pasado no demasiado remoto: una socializaci¨®n de p¨¦rdidas, sin perspectivas de encauzamiento en el corto o medio plazo.
25 de abril.
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