En defensa de Gil-Robles
Le¨ª detenidamente el editorial del 14 de abril titulado ?50 a?os despu¨¦s?, y observo que los protagonistas no vivieron la ¨¦poca de la Rep¨²blica en su forma de dar una de cal y otra de canto; pero lo incalificable es que al final de dicho art¨ªculo aparece la gran figura pol¨ªtica de Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles, donde solapadamente se insin¨²a la participaci¨®n en el golpe del 18 de julio. ?Hasta cuando se seguir¨¢ atacando desde la derecha, izquierda o centro al fundador de la Democracia Cristiana, campe¨®n de la defensa de la democracia, reconocido en el mundo entero, principalmente en Am¨¦rica Latina, y de una manera especial en el Consejo de Europa o Movimiento Europeo, en cuyo IV congreso, celebrado el 8 de junio de 1962, llev¨® la voz de los dem¨®cratas espa?oles, hecho que le cost¨® dos a?os de exilio forzoso, y durante el movimiento estuvo en Portugal porque su pensamiento no cab¨ªa ni en la pol¨ªtica del Eje Roma-Berl¨ªn, ni en las democracias populares, incluida Francia, ni en Espa?a ante la desbandada de los hombres hasta de su propio partido, como es el hecho de que un ministro de Franco neg¨® en la Alemania nazi haber pertenecido a la ZEDA, aunque pudo salir del Madrid rojo amparado en un acta de diputado de dicho partido?Desde este tranquilo pueblo leon¨¦s, maltratado y vilipendiadas sus estructuras por los llamados t¨¦cnicos agrarios, creo que no debe aconsejarse al actual Gobierno el adoptar una actitud de fuerza, ya que la Rep¨²blica la tiraron los propios republicanos, que de dem¨®cratas ten¨ªan s¨®lo el nombre, tanto los de izquierda como los de derecha. S¨®lo el amor, ante una industria que produce cada d¨ªa m¨¢s paro, una agricultura de viejos con fincas sin cultivar o en adil, crear y desarrollar unas delicadas autonom¨ªas, etc¨¦tera, pueden guiar a los pol¨ªticos a llevar el carro del Estado, como la madre, que tampoco tiene ley para la crianza y desarrollo de su hijo, sabe cu¨¢ndo tiene que darle el pecho, cu¨¢ndo hacerle fiestas, cu¨¢ndo echarlo a dormir, cu¨¢ndo limpiarle, etc¨¦tera./
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.