Hoy se cumple el cincuenta aniversario de la cesi¨®n de la Casa de Campo al pueblo de Madrid
El primer d¨ªa de mayo de 1931, diecisiete d¨ªas despu¨¦s. de proclamada la Rep¨²blica, un viernes, como hoy, unos 300.000 madrile?os entraron por vez primera en la Casa de Campo de Madrid, un inmenso parque de 17,2 millones de metros cuadrados ubicado en el suroeste de la ciudad, hasta entonces, y desde que el rey Felipe II lo adquiriera en el a?o 1556, propiedad de la Corona espa?ola. ?Fue una fiesta preciosa, una fiesta popular, porque all¨ª estaba el pueblo de Madrid?, recuerdan quienes estuvieron presentes en aquel acto. Trescientos setenta y cinco a?os despu¨¦s, el mayor parque de Espa?a pasaba al pueblo de Madrid. El entonces alcalde, el socialista Pedro Rico, reci¨¦n elegido, lo recib¨ªa del tambi¨¦n socialista ministro de Hacienda Indalecio Prieto. Hoy cincuenta a?os despu¨¦s, la Casa de Campo es visitada semanalmente por medio mill¨®n de personas; en su, recinto -un pol¨ªgono irregular de 52 lados- hay al menos diez instalaciones importantes p¨²blicas y privadas, y es el principal pulm¨®n de Madrid.
De los cuarenta o cincuenta metros cuadrados de espacio verde que le corresponden a cada madrile?o, m¨¢s de la mitad pertenecen a la Casa de Campo. Un total de 160 parques y jardines, 45 de los cuales con una superficie superior a las cinco hect¨¢reas, ofrecen a Madrid 3.000 hect¨¢reas de zona verde, de las cuales 1.722 (el 57,5 %)se hallan dentro de los l¨ªmites de la Casa de Campo.Situada en la zona occidental del casco urbano y formando un pol¨ªgono irregular de 52 lados, la Casa de Campo es el parque natural m¨¢s visitado por los madrile?os que buscan un poco de aire menos contaminado y un poco de espacio donde expansionarse. Cada semana pasan por la Casa de Campo m¨¢s de medio mill¨®n de personas. Las temporadas de mayor concurrencia son la primavera y el invierno, y las zonas de mayor concentraci¨®n humana, el Zool¨®gico, el Parque de Atracciones y los alrededores del lago. Los visitantes m¨¢s.asiduos son las parejas y pandillas de j¨®venes, los deportistas aislados o en grupos y los vecinos de las colonias lindantes: Los Angeles, Bat¨¢n, Vista Alegre, Pozuelo, etc¨¦tera. En verano proliferan las familias de clase media-baja que no pueden salir de la ciudad, peroque, sin embargo, no han renunciado a tener un contacto con la naturaleza.
Durante sus 325 a?os de existencia, la Casa de Campo ha experimentado una serie de cambios en su entomo ambiental, as¨ª como en su calificaci¨®n: el bosque y las praderas de los siglos XVIII y XIX se han convertido en un ?parque forestal o parque agreste? de paisaje descuidado y semisalvaje. Grupos ecologistas y entidades ciudadanas y proresionales denuncian constantemente el deterioro ambiental de la Casa de Campo, deterioro ocasionado por el uso multitudinario, la aparici¨®n de veh¨ªculos y aparatos mec¨¢nicos, la imposibilidad de controlar el comporta miento de los visitantes y la falta de medios para un cuidado eficaz de la flora y la fauna. El Ayuntamien to ha tomado algunas medidas para frenar el proceso de degradaci¨®n: se ha prohibido circular por v¨ªas no asfaltadas, estacionar a m¨¢s de diez metros del borde de la calzada, circular a m¨¢s de cuarenta kil¨®metros por hora, lavar los coches, arrojar basuras, hacer motocross. Estas medidas, que entraron en vigor el 19 de marzo de 1980, no han sido hasta el momento muy efectivas. Un ejemplo: cada cuatro d¨ªas hay un accidente automovil¨ªstico, generalmente de colisi¨®n contra el arbolado, a pesar de la limitaci¨®n de la velocidad.
Al pueblo de Madrid le es imprescindible conservar los escasos vestigios de naturaleza que a¨²n le quedan, y a los madrile?os les es imprescindible disfrutar de ellos. Pero la tarea de conservaci¨®n exige que autoridades y usuarios se responsabilicen ante el problema que supondr¨ªa la p¨¦rdida de este parque.
Zonas de uso restringido Otra de las denuncias que formula el vecindario de Madrid respecto a la Casa de Campo es la infrautilizaci¨®n de sus terrenos y el acceso restringido o vedado al 16 % de su superficie. La mayor¨ªa de las zonas acotadas, aunque est¨¢n en suelo del Ayuntamiento, son explotadas por empresas privadas que pagan (o pagaban en ciertos casos) un alquiler irrisorio, desproporcionado con los beneficios que producen. Las primeras concesiones de terrenos de la Casa de Campo a entidades particulares tuvieron lugar en los a?os veinte. En 1919, la Asociaci¨®n General de Ganaderos del Reino consigui¨® unos pabellones en los que posteriormente se instalar¨ªa la Feria del Campo. En 1929 se realiz¨® un contrato entre el Comit¨¦ de Plantas Medicinales y la Intendencia General de la Real Casa y Patrimonio para instalar en la Casa de Campo un servicio de plantas medicinales. El contrato venci¨® a los cinco a?os. En 1939, el Ministerio de Agricultura obtuvo la renovaci¨®n del contrato en t¨¦rminos similares y por un precio de 2.500 pesetas en concepto de consumo de agua y gastos generales.
A partir de 1939 se hicieron las concesiones m¨¢s importantes, algunas de las cuales se mantienen todav¨ªa. En un futuro m¨¢s o menos inmediato tendr¨¢n que revertir sobre el Ayuntamiento de Madrid.
El 7 de febrero de 1941 se concedieron 1.401.450 metros cuadrados a la Real Sociedad H¨ªpica Club de Campo. El plazo de la concesi¨®n era de treinta a?os. Pero cuando en 1971 el pueblo madrile?o se dispon¨ªa a recuperar las instalaci¨®n y abrirlas al p¨²blico, se descubrio que en 1954 se hab¨ªa establecido una pr¨®rroga por trece a?os m¨¢s. Por tanto, la concesi¨®n terminar¨¢ en 1984. El Ayuntamiento no se ha pronunciado sobre la posible renovaci¨®n del acuerdo porque para entonces se habr¨¢n producido cambios en la Corporaci¨®n municipal. El Club de Campo est¨¢ considerado como uno de los mejores recintos deportivos de Espa?a, una ciudad deportiva perfecta.
El 12 de mayo de 1950 se cedieron siete hect¨¢reas a la Empresa Nueva Plaza de Toros de Madrid, concesionaria de la. plaza de Las Ventas. La Venta del Bat¨¢n fue un negocio redondo gracias a los establecimientos hosteleros que la empresa mont¨® junto a los corrales de exhibici¨®n de reses bravas. En, 1979, cuando termin¨® la concesi¨®n de la plaza de Las Ventas a NPTMSA, el recinto volvi¨® al Ayuntamiento.
En 1951 el Patrimonio Nacional firm¨® un acuerdo con la organizaci¨®n Nacional de Sindicatos en virtud del cual se ced¨ªan 67 hect¨¢reas de terreno a la Delegaci¨®n Nacional de Sindicatos de FET y de las JONS. El precio simb¨®lico de alquiler eran 1.675 pesetas. Aqu¨ª se celebraban las Ferias del Campo durante el r¨¦gimen anterior y las fiestas particulares de las casas regionales sitas en Madrid. La concesi¨®n terminaba en 1980, pero con la desintegraci¨®n del sindicato vertical, en 1977, el recinto ferial retorn¨® al Ayuntamiento antes del plazo fijado.
El 19 de julio de 1967, el pleno municipal adjudic¨® a la Compa?¨ªa Parque de Atracciones Casa de Campo de Madrid, SA, la construcci¨®n y explotaci¨®n de un parque mec¨¢nico, por espacio de 35 a?os. En el 2002, terreno e instalaciones pasar¨¢n al ente municipal sin abono de ninguna indemnizaci¨®n. El Parque de Atracciones, inaugurado el 14 de mayo de 1969 por Carlos Arias -a la saz¨®n, alcalde-, tiene 144 elementos de distracci¨®n, cincuenta de ellos movidos por motores, emplea a 550 trabajadores y es visitado los d¨ªas festivos por m¨¢s de 50.000 personas.
Otro acuerdo plenario, ¨¦ste del 30 de septiembre de 1968, otorg¨® a la empresa Zool¨®gico, SA, un terreno de veinte hect¨¢reas para exhibici¨®n de animales. El zoo madrile?o re¨²ne unos 2.000 animales, que representan 150 especies de mam¨ªferos y cien de aves. Veintinueve de estas especies est¨¢n en peligro de extinci¨®n en estado libre. Telef¨¦rico de Rosales, SA, obtuvo el 19 de julio de 1967 la concesi¨®n para construir una terminal de telef¨¦rico, que explotar¨ªa por un per¨ªodo de 35 a?os.
Por ¨²ltimo, hay que citar las concesiones a particulares de veinte quioscos o chiringuitos que se reparten por la Casa de Campo (en tomo al Lago hay siete) y las autorizaciones a la empresa Llorente para que la l¨ªnea regular Madrid-H¨²mera-Pozuelo atraviese el parque.
El Ayuntamiento es propietario de dos zonas de uso restringido: la piscina municipal y las pistas de tenis; y de dos prohibidas: los viveros y los jardines de plantas medicinales.
La Corporaci¨®n municipal surgida de las elecciones de 1979 ha realizado ya una serie de mejoras dentro de la Casa de Campo: instalaci¨®n de mesas de pic-nic, creaci¨®n de un circuito de footing, colocaci¨®n de papeleras y contenedores, organizaci¨®n de fiestas populares, exposiciones y concursos. De cara a un futuro inmediato, la Delegaci¨®n municipal de Saneamiento y Medio Ambiente tiene previsto el incremento del uso del parque por parte de los ciudadanos, un mayor aprovechamiento de su espacio y sus posibilidades y, en consecuencia, una ampliaci¨®n de los servicios de mantenimiento. Entre los proyectos preparados en combinaci¨®n con la Delegaci¨®n de Cultura est¨¢n los siguientes: creaci¨®n de una escuela municipal de pesca infantil y un museo viviente de fauna acu¨¢tica en el Lago, reserva de una ribera de ¨¦ste para que
pesquen los jubilados, promoci¨®n de acampada de grupos infantiles, etc¨¦tera. Por otra parte, la Delegaci¨®n de Saneamiento ha llegado a un acuerdo con el Icona para hacer una repoblaci¨®n de peces, ¨¢rboles y p¨¢jaros en el recinto de la Casa de Campo.
Pero seguramente los proyectos m¨¢s ambiciosos son los de la antigua Feria del Campo. El pasado mes de noviembre se hizo cargo de ella un patronato dependiente del Ayuntamiento. Una junta compuesta por tres concejales de UCD, tres del PSOE y uno del, PCE, est¨¢ realizando estudios sobre los m¨¢s de cien edificios y pabellones que componen la feria y la aplicaci¨®n que se dar¨¢ a cada uno de ellos. En las dependencias que antes ocupaba la Asociaci¨®n de Ganaderos se va a levantar la Ciudad de los Ni?os, cuyo presupuesto inicial es de cien millones de pesetas. Ni?os entre dos y doce a?os encontrar¨¢n aqu¨ª gimnasio, pistas de patinaje, salas de lectura, salas de m¨²sica, teatro, cine, cursillos de pintura, idiomas y artes pl¨¢sticas, exposiciones, etc¨¦tera. En la ciudad se instalar¨¢ tambi¨¦n un centro planetario, seg¨²n una idea que trajo de Berl¨ªn el alcalde, Tierno Galv¨¢n. El presupuesto para el planetario es muy elevado, lo que retrasar¨¢ el inicio de su construcci¨®n.
En la zona central del recinto funciona ya el Instituto Ferial de Madrid (Ifema), entidad que integran el Ayuntamiento, la Caja de Ahorros, la C¨¢mara de Comercio y la Diputaci¨®n.
Actividades culturales
Aparte de estos dos centros de actividad, se habilitar¨¢n algunos locales para actividades culturales y gastron¨®micas. Unas ser¨¢n rentables y otras no lo ser¨¢n. ?Tenemos que sacar dinero de algunas para amortizar otras que ser¨¢n gratuitas?, dice Jorge Enjuto, director de Instalaciones Feriales de la Casa de Campo. Entre las actividades no rentables, aparte de las realizadas en la Ciudad de los Ni?os, estar¨¢n un club de la tercera edad, una biblioteca de microfilmes, una galer¨ªa para pintores principiantes, un teatro experimental, que se alquilar¨¢ a precio m¨®dico, etc¨¦tera. Entre las actividades rentables estar¨¢n los restaurantes y tascas regionales, un mercadillo del libro, un mercado del sello (ya en marcha), un rastrillo quincenal, etc¨¦tera.
Y otro proyecto municipal que redundar¨¢ pr¨®ximamente en beneficio de la Casa de Campo: la ampliaci¨®n de su extensi¨®n por la zona de Pozuelo de Alarc¨®n. El plan de ampliaci¨®n fue aprobado por el Ayuntamiento de Madrid en 1969, lo que supuso un contencioso con las tres urbanizadoras que hab¨ªan comprado los terrenos: Urbis, Urbanizadora Casa de Campo y Uni¨®n de Explosivos, las cuales pretend¨ªan edificar en ellos 10.000 viviendas. El plan se paraliz¨®. En 1980, el alcalde de Pozuelo, Juan Carlos Garc¨ªa de la Rasilla, present¨® un nuevo proyecto que significaba la cesi¨®n de los terrenos en litigio a la Casa de Campo y la construcci¨®n de 7.500 viviendas en su l¨ªmite (v¨¦ase EL PAIS de 28 y 29 de abril).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.