Continuismo pol¨ªtico en Yugoslavia un a?o despu¨¦s de la muerte de Josip Broz Tito
"Yo puedo irme cualquier d¨ªa sin que nada cambie", declaraba Tito poco antes de morir hace un a?o. Cuando ma?ana, lunes 4 de mayo, a las tres de la tarde, se cumpla el primer a?o de postitismo, siete de los ocho representantes de otras tantas unidades federales que forman la Presidencia colectiva de Yugoslavia que sucedi¨® a Tito se mostrar¨¢n satisfechos del cumplimiento continuista de los objetivos que se fijaron hace 12 meses. El octavo, el alban¨¦s Fadil Hoxha, que representa a la provincia aut¨®noma de Kossovo en el colegio presidencial y al casi mill¨®n y medio de albaneses que all¨ª conviven con una minor¨ªa eslava, tendr¨¢ que preguntarse por las razones de la mayorrevuelta nacionalista de la posguerra yugoslava.
Si la pol¨ªtica exterior yugoslava ha pasado su examen de no alineamiento y la maltrecha situaci¨®n econ¨®mica est¨¢ siendo sometida a planes razonables de estabilizaci¨®n y austeridad tras lustros de irracionalismo, el lema fraternidad-unidad, viga maestra de la Yugoslavia titista de seis pueblos y dos minor¨ªas mayores (la albanesa y la h¨²ngara), parece resquebrajarse en Kosovo, donde la situaci¨®n planteada por los nacionalistas, moralmente apo yados por la lim¨ªtrofe Albania, parece ser muy seria, con un saldo inicial de nueve muertos y m¨¢s de cien heridos.No hay atisbos de revisi¨®n de los postulados de Tito. Diarios y revistas yugoslavos salen estos d¨ªas repletos de fotos de Josip Broz Tito, con pies como ?fue un honor vivir en su ¨¦poca?, y proliferan las monograf¨ªas de t¨ªtulos entra?ables unas veces, ingenuos otras, como ?Tito y la caza? o ?Tito y las abejas?. Uno de los hist¨®ricos del socialismo, yugoslavo, Rodoljub Colakovic, escrib¨ªa hace dos d¨ªas en la revista Nin que ?ha llegado la hora de echar del partido a quienes juran en falso en nombre de Tito, oponi¨¦ndose en realidad al sentido de su lucha?.
De quien se habla menos es del cerebro econ¨®mico de Tito, Edvard Kardelj, padre de la autogesti¨®n socialista yugoslava. Kardelj, muerto un a?o antes que Tito, dio en vida directrices generales de doctrina econ¨®mica, sin entrar en el detalle. Muchos de los ejecutores de su descentralizaci¨®n econ¨®mica han patinado, desnuc¨¢ndose pol¨ªticamente. Aseguran ahora los yugoslavos que la autogesti¨®n tendr¨¢ que ser expurgada de los vicios de ego¨ªsmo que la acechan. Las rep¨²blicas yugoslavas federadas, so beranas econ¨®micamente, se encastillan en sus respectivos mercados, y el federal padece de raquitismo. Dice el economista Zoran Pijanic. que dentro del Mercado Com¨²n europeo hay m¨¢s libre circulaci¨®n de capitales que en el interior del ? mercado com¨²n yugoslavo?.
No alineamiento
Otra de las diferencias espec¨ªficas del socialismo yugoslavo, el no alineamiento, ha sido preservada durante el primer a?o del postitismo. Aunque un vistazo al incremento del comercio de Belgrado con la Uni¨®n Sovi¨¦tica provoca asociaciones de corrimiento yugoslavo hacia la ¨®rbita econ¨®mica del CAME, el hecho es que los yugoslavos son tan fr¨ªos en perseguir su ideal comercial del 33% de intercambio con Occidente, del 33% con el CAME y del restante 33% con el Tercer Mundo, como conscientes de que eso es, en este mundo en crisis, imposible. La URSS capta sola el 27,7% de las exportaciones yugoslavas, mientras que el Mercado Com¨²n Europeo levanta barreras a los productos de Belgrado.
Pero cuando faltaban dos semanas para el primer aniversario de la muerte de Tito, el ¨®rgano del Comit¨¦ Central sovi¨¦tico, Pravda, y el ¨®rgano oficioso yugoslavo, Borba, han entrado en pol¨¦mica sobre los bloques y el no alineamiento. Pravda reprocha a un comentarista yugoslavo su eclecticismo al referirse a la OTAN y al Pacto de Varsovia como si de dos cosas id¨¦nticas se tratara. La respuesta, conciliadora pero pol¨¦mica, de Borba fue: ?Nunca ¨ªgualamos a los dos bloques ni por su orden de constituc¨ª¨®n en el tiempo ni por otras caracter¨ªsticas?. Pero a?ade que ?la independencia y el no alineamiento son la ¨²nica realidad yugoslava?.
En pol¨¦mica tan enguantada no es dif¨ªcil entreleer que en Mosc¨² siguen acusando a Belgrado de malabarismo entre Washington y el Este y, en Yugoslavia, a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, de proselitismo entre los no alineados.
Las dif¨ªciles relaciones de Yugoslavia con Bulgaria, el aliado m¨¢s fiel de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el mundo, conocieron una clara tendencia de mejor¨ªa desde la muerte de Tito.Los ministros de Exteriores yugoslavo y b¨²lgaro intercambiaron visitas impensables hace un a?o. En ellas se qued¨® de acuerdo en que este a?o, 1.300 aniversario de la creaci¨®n del Estado b¨²lgaro, el primer Estado eslavo, seg¨²n Sof¨ªa, los funcionarios yugoslavos y b¨²lgaros se abstuvieran de entrar en pol¨¦micas territoriales por la Macedonia yugoslava.
Entretanto, las relaciones con Estados Unidos acusan la desaparici¨®n de Carter, un presidente que aprendi¨® a entender a Yugoslavia tras haber declarado con torpeza de novato, en v¨ªsperas de su acceso a la Casa Blanca, que Estados Unidos se desentender¨ªa de Yugoslavia si la URSS interviniera un d¨ªa. Su ausencia en los funerales de Tito dej¨® at¨®nitos a unos yugoslavos que sab¨ªan que Breznev vendr¨ªa y esperaban que una entrevista informal del l¨ªder sovi¨¦tico con Carter en la capital yugoslava, en torno a la tumba de Tito, habr¨ªa coronado p¨®stumamente los afanes mediadores del presidente yugoslavo.
Su venida a Belgrado para San Juan, mes y medio despu¨¦s derentierro, fue recibida con frialdad por los sucesores de Tito. Cvijetin Mijatovic, el primus inter pares del octeto presidencial yugoslavo, desfil¨® por Belgrado en coche descubierto, sobriamente sentado junto a un Carter que agitaba sus brazos al viento en plena campa?a preelectoral, como el protector de veintid¨®s millones de hu¨¦rfanos yugoslavos.
?Con respeto y comprensi¨®n hemos hablado de aquellas cosas en las que coincidimos y de aquellas en las que diferimos?, le dijo a Carter su anfitri¨®n yugoslavo.
El d¨ªa de la elecci¨®n de Reagan Radio Belgrado se?alaba que el programa republicano confirmaba el apoyo de Estados Unidos a la independencia yugoslava s¨®lo en el contexto de las relaciones Este-Oeste, sin insistencia en el papel no alineado de Yugoslavia.
En cuanto al reingreso de Grecia en la OTAN, la medida ha perturbado, a ojos sovi¨¦ticos, el equilibrio en los Balcanes, si bien el reconocimiento de los derechos adquiridos del Pacto Atl¨¢ntico en Atenas libera a¨²n m¨¢s las manos del Pacto de Varsovia, cara a Polonia. Pero la entrada de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica colocar¨ªa a Yugoslavia ante nuevas presiones sovi¨¦tic¨¢s para obtener concesiones navales en el mar Adri¨¢tico, parecidas a las que le plante¨® Breznev a Tito in¨²tilmente durante la visita del primero a Belgrado en 1976. Varios son los pa¨ªses no alineados de hecho (Vietnam, India, Siria y Etiop¨ªa, entre otros) que tienen con la Uni¨®n Sovi¨¦tica acuerdos militares de distintos matices, sin dejar de pertenecer al club de los sin bloque. La Prensa, radio y televisi¨®n yugoslavas han dado esta semana bastante publicidad a las declaraciones del dirigente socialdem¨®crata alem¨¢n Willy Brandt contra la entrada de Espa?a en la OTAN. Curiosamente, Willy Brandt, pas¨® unos d¨ªas de vacaciones en Yugoslavia, antes de pronunciarse al respecto, y convers¨® con los sucesores de Tito.
La Guinea de Sek¨² Tur¨¦ ha emitido un billete de banco de quinientos syllis con la efigie de Tito, como tributo.a uno de los padres del no alineamiento. Pero otras corrientes contestan el papel de Yugoslavia en el movimiento. Wilsred Bruchet, periodista muy comprometido con las tesis del no alineamiento duro,, provietnamita, y de los ?aliados naturales? del campo socialista, comentaba en un n¨²mero de marzo de la revista Afrique-Asie que los diplom¨¢ticos y los periodistas yugoslavos se asesoraron con las embajadas china y estadounidense durante la pasada cumbre ministerial de los no alineados en Nueva Delhi.
Pero cuando Estados Unidos enviaron a Belgrado a un funcionario del Departamento de Estado, Einaudi, con ocho kilos de archivos para tratar de ganarse a Yugoslavia hacia la condena de una supuesta injerencia cubano-sovi¨¦tica en los asuntos de El Salvador, la visita recibi¨® escasa publicIdad y los yugoslavos siguen apoyando a los frentes guerrilleros del Tercer Mundo.
La URSS, testigo atento
En la lucha por el favor de la Yugoslavia socialista, la Uni¨®n Sovi¨¦tica parece haberse atribuido el papel de testigo atento del socialismo yugoslavo, siempre dispuesta a brindar sus buenos oficios en defensa del mismo. Algo de lo que los sucesores de Tito se distancian, asegurando que se bastan para mantener la integridad del pa¨ªs. Si el nacionalismo croata prooccidental, en activa efervescencia desde hace meses, se pronunciara contra la federaci¨®n yugoslava, como en los a?os 1970 y 1971, poca duda hay de que la actuaci¨®n del centro federal ser¨ªa tan en¨¦rgica como en Kosovo lo est¨¢ siendo, con recurso a env¨ªos de tropa y milicia, no obstante tener las seis rep¨²blicas yugoslavas garantizando el derecho constitucional a la secesi¨®n. ?Desarticularemos con decisi¨®n cualquier intentona de fuerzas enemigas, nacionalistas o contrarrevolucionarias?, promet¨ªa en su editorial del Primero de Mayo el diario belgradense Politika.
Respecto a la amenaza del terrorismo ustachi (croata), el ministro yugoslavo del Interior habl¨® en Bonn con sus colegas germanooccidentales, obteniendo garant¨ªas de que los ustachis refugiados en Alemania son vigilados. Tambi¨¦n los austriacos, vecinos septentrionales de Yugoslavia, han prometido que colaborar¨¢n para que no se repita la incursi¨®n de un comando de decenas de ustachis que al principio de los a?os setenta pagaron la frontera y se instalaron en el macizo monta?oso de Bosnia durante unas semanas.
Existen unas memorias de Tito, inconclusas, como declaraba hace unos d¨ªas su hijo Misa Broz, y es posible que dentro de unos meses vayan a constituir una sensaci¨®n editorial. Mientras tanto, el pa¨ªs se prepara para su segundo a?o de postitismo, en lucha contra sus dos talones de aquiles, la inflaci¨®n y el despilfarro de las inversiones y ?el enemigo interno y externo?, como dicen los comunicados oficiales.
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