4.000 zonas habitadas de los Pa¨ªses Bajos se levantan sobre suelo "envenenado"

El Gobierno holand¨¦s ha preparado un plan de construcci¨®n de cerca de un mill¨®n de apartamentos en los pr¨®ximos diez a?os para intentar paliar el grav¨ªsimo problema de falta de viviendas que padecen los Pa¨ªses Bajos y que han dado origen en los dos ¨²ltimos a?os al movimiento de protesta kraker. Sin embargo, el plan se encuentra paralizado ante el descubrimiento de que cerca de 4.000 zonas del pa¨ªs est¨¢n seriamente contaminadas por desechos qu¨ªmicos.Holanda es uno de los pocos pa¨ªses europeos que hace frente a la crisis econ¨®mica internacional con resultados aceptables, gracias a la competitividad de su potente industria. Pero esta misma industria, unida a las especiales caracter¨ªsticas geogr¨¢ficas de Holanda, ha provocado un serio problema de contaminaci¨®n, que exigir¨¢ una inversi¨®n enorme de fondos estatales en los pr¨®ximos a?os.

La primera se?al de alarma salt¨® hace menos de un a?o en la peque?a localidad de Lekkerkerk. Novecientas personas tuvieron que ser inmediatamente evacuadas ante la contaminaci¨®n qu¨ªmica del suelo, que pon¨ªa en serio riesgo su salud. Los trabajos de limpieza -que consistieron nada menos que en la sustituci¨®n de la tierra polucionada por otra limpia- costaron aproximadamente 170 millones de florines, es decir, m¨¢s de 5.000 millones de pesetas.

El Ministerio de Sanidad orden¨® una investigaci¨®n para detectar otras zonas contaminadas. Los primeros resultados se han conocido ahora: m¨¢s de 4.000 zonas habitadas en todo Holanda se levantan sobre un suelo envenenado. Aproximadamente trescientos puntos deben ser sometidos inmediatamente a limpieza. El plan de urgencia indica que al menos veinte zonas en las proximidades de grandes ciudadades deben ser descontaminadas sin la menor p¨¦rdida de tiempo, bajo amenaza de causar graves problemas sanitarios.

La limpieza de las 4.000 zonas envenenadas por desechos qu¨ªmicos costar¨¢, seg¨²n c¨¢lculos gubernamentales, unos 50.000 millones de pesetas, aunque portavoces de movimientos ecologistas holandeses estiman que con esa cantidad ?no hay ni para empezar?. Los medios de comunicaci¨®n han abierto una pol¨¦mica sobre qui¨¦n debe abonar estos gastos: el Estado o las empresas responsables de la contaminaci¨®n. El primer problema ser¨¢, en muchos casos, saber qui¨¦n es el culpable de haber enterrado miles de toneladas de productos qu¨ªmicos.

La aut¨¦ntica dificultad la plantea qu¨¦ hacer con la tierra contaminada y con las 100.000 toneladas anuales de desechos qu¨ªmicos que producen las empresas radicadas en los Pa¨ªses Bajos. La posibilidad de quemarlos no solucionar¨ªa nada: la contaminaci¨®n del suelo se convertir¨ªa en contaminaci¨®n atmosf¨¦rica.