La empresa qu¨ªmica italiana Montedison pasa a manos privadas
La Montedison, que es la mayor empresa qu¨ªmica italiana y una de las mayores del mundo, ha vendido su participaci¨®n estatal para convertirse en grupo completamente privado. De este modo, el Estado sale del gran gigante de la qu¨ªmica para dejar su 17% de capital, que supon¨ªa un control efectivo del 48%, cediendo su parte a los nombres m¨¢s famosos de la empresa privada, entre ellos Agnelli, Pirelli y Bonomi.La noticia ha sido dada por el ministro socialista Gianni de Michelis a la Comisi¨®n de Presupuesto del Parlamento, y Corriere della Sera, el primer diario del pa¨ªs, calificaba ayer el anuncio en primera p¨¢gina de ?clamoroso e inesperado?. El capital estatal lo va a recoger una superfinanciera capitaneada por Mediobanca, a la cual han ofrecido ya su apoyo los industriales ya se?alados.
A pesar de que ya se sab¨ªa que la gran empresa qu¨ªmica del pa¨ªs se estaba arrastrando desde hace casi diez a?os con crisis permanentes que han llevado a Montedison a acumular una deuda de 400.000 millones de pesetas y sin dar dividendos desde 1974, la noticia ha causado igualmente impresi¨®n.
Se preguntan los observadores c¨®mo es posible que precisamente un ministro socialista como De Michelis haya resuelto el problema entregando Montedison a la empresa privada. Pero el ministro ha respondido diciendo que ha sido el Gobierno y no ¨¦l quien ha tomado la decisi¨®n, y que el Parlamento lo ha aplaudido.
Al parecer, lo que no se pod¨ªa hacer era resolver el problema de Montedison con una ayuda estatal siendo en realidad un grupo mixto. Por eso, el Gobierno ha pensado que es mejor que vuelva a su origen de gran empresa privada.
La pregunta inmediata es qu¨¦ contrapartida ha ofrecido el Estado a estos empresarios privados como Agnelli y Pirelli para que se hagan cargo de una empresa tan en crisis como Montedison. La operaci¨®n alguien la ha juzgado m¨¢s como beneficencia que como ventajosa econ¨®micamente. Pero a esto se responde que se trata precisamente de empresarios que trabajan en una industria que necesita de la qu¨ªmica, quienes se hacen cargo de una de las empresas m¨¢s prestigiosas del mundo en este campo y que probablemente intentan cambiarla a fondo para que vuelva a ser activa. Por lo pronto van a aumentar el capital con 40.000 millones de pesetas.
Los sindicatos han acogido la noticia con sorpresa. Han dado el visto bueno, pero, al parecer, con pocas ganas. Se teme que pueda haber gato encerrado en toda la operaci¨®n. No se f¨ªan. Entre las sociedades interesadas a participar en la nueva Montedison figura la Anglo American de Oppenheimer, famoso porque, al parecer, nunca se ha equivocado en una operaci¨®n financiera.
Toda la operaci¨®n la coordinar¨¢ el famoso estratega de la financiera italiana Enrico Cuccia, que es quien ha encontrado en seguida a los nuevos socios. Ahora, pues, la qu¨ªmica se dividir¨¢ en Italia entre empresa privada (Montedison) y p¨²blica (ENI e IRI).
Existe un cierto temor por parte de los defensores de la nacionalizaci¨®n de las empresas de que ahora Montedison logre obtener como privada lo que no consigui¨® cuando estaba pr¨¢cticamente controlada por el Estado; e incluso que pueda resultar m¨¢s productiva y saneada que el grupo estatal. El m¨¢s contento de todos es el Gobierno, que se ha quitado una pesadilla con Montedison, ya que no sab¨ªa c¨®mo hacer salir de la crisis a una empresa que se presentaba en quiebra irreversible en un momento ya tan delicado para la econom¨ªa italiana.
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