El Giro, sin sovi¨¦ticos, mantiene su gran nivel
La 64? edici¨®n del Giro de Italia, que comienza hoy en Trieste, no saldr¨¢ este a?o del pa¨ªs, pero su organizador, Vicenzo Torriani, tampoco le podr¨¢ sacar rentabilidad publicitaria a la presencia de corredores aficionados, al no participar los sovi¨¦ticos -te¨®ricos amateurs-, temerosos del excesivo kilometraje. De todas formas, el recorrido no ser¨¢ duro, salvo por los t¨ªpicos Dolomitas, y habr¨¢ bonificaciones, que animar¨¢n la prueba. No estar¨¢ Hinault, ¨²ltimo ganador, y s¨®lo correr¨¢n cuatro equipos extranjeros -el Zor espa?ol, uno de ellos-, pero los nueve italianos aportar¨¢n sobradamente figuras: Moser, Saronni o Baronchelli, por ejemplo, como para mantener el alto nivel, muy al contrario de la devaluada Vuelta a Espa?a.
El Giro de este a?o tendr¨¢ 3.879 kil¨®metros, repartidos en diecinueve etapas en l¨ªnea, tres contra reloj individual y una por equipos. En principio iba a haber dos d¨ªas de descanso tan s¨®lo, pero los cinco referendos del pr¨®ximo domingo -dos, especialmente, que acaparan la atenci¨®n, sobre el aborto- inclinaron a los organizadores a incluir un tercero, para que el ciclismo no distraiga a los ciudadanos ni sea perjudicado tampoco por las obligaciones pol¨ªticas. La prueba, por ello, programada para comenzar ma?ana, jueves, se iniciar¨¢ hoy y terminar¨¢ el 7 de junio en Verona, otra novedad, pues el escenario habitual era la plaza del Duorno, de Mil¨¢n.
Bonificaciones de nuevo
El trazado ser¨¢, como casi siempre, una verdadera vuelta a Italia, pues tambi¨¦n a base de neutralizaciones bajar¨¢ desde Trieste, localidad fronteriza con Yugoslavia, hasta el sur del pa¨ªs -Reggio Calabnia- y subir¨¢ nuevamente. Los Dolomitas, con su cima Coppl como m¨¢xima cumbre volver¨¢n a ser las mayores dificultades de monta?a, aunque una ¨²ltima contra reloj, entre Soave y Verona, podr¨ªa ser decisiva. En cualquier caso ser¨¢ dif¨ªcil que la carrera no est¨¦ ya sentenciada entonces, pues en la actual edici¨®n nadie podr¨¢ descuidarse. Las bonificaciones de medio minuto al ganador de cada etapa: veinte segundos al segundo y diez al tercero, podr¨¢n hacer diferencias en todo momento.
La lucha por esos segundos beneficiar¨¢ a corredores con aspiraciones, pero r¨¢pidos, caso Saronni, Y ello obligar¨¢ a otros, como Baronchelli, e incluso Moser a tener dispuestos siempre a sus gregarios para ganar, en su ausencia, esas bonificaciones de las llegadas. La carrera, en resumen, se animar¨¢ con ello, ante la confirmaci¨®n de que el Giro open, es decir, abierto a los amateurs, seg¨²n se acord¨® a nivel federativo internacional, no podr¨¢ ser todav¨ªa. Los sovi¨¦ticos, aunque precisamente ganaron recientemente en Italia el Gran Premio de la Libertad y el Tour de las Re-iones. ambos organizados por el diario comunista L'Unit¨¢, han preferido abstenerse de tomar parte en el Giro, que, con cerca de 4.000 kil¨®metros de recorrido, podr¨ªa ser demasiado para su costumbre. El presidente de la Federaci¨®n Sovi¨¦tica, M. Erdakov, insisti¨® en estos extremos, el pasado lunes d¨ªa 4, al volverse de su decisi¨®n de aceptar, un mes antes, la invitaci¨®n de participar en el Giro. ?Nuestros corredores?, dijo, ?s¨®lo est¨¢n, por ahora, acostumbrados a distancias m¨¢s cortas, que no excedan de los 2.000 kil¨®metros. No es que estemos en contra de las carreras open, como el Giro o la Burdeos-Par¨ªs?.
La disculpa sovi¨¦tica es clara, pero a¨²n le falta a?adir lo que quiere cara el futuro: recibir a los profesionales, en los contactos iniciales, al menos, en carreras de amateurs, como suceder¨¢, casi con seguridad, en el Tour del Porvenir del 8 al 21 de septiembre. Entonces con etapas nunca superiores a dos cientos kil¨®metros -ni de 140 a 160 en monta?a- y kilometraje total m¨¢s corto, los amateurs estar¨¢n en su medida. Actualmente, por ejemplo, Soukho -su gran figura dos veces ganador del Tour de Porvenir y campe¨®n ol¨ªmpico en Mosc¨²- y el resto de corredores de la URSS participan -y dominan en la Carrera de la Paz, la prueba m¨¢s importante del mundillo aficionado. Entre el pasado viernes y el d¨ªa 21, en un tri¨¢ngulo Berl¨ªn Este- Praga-Varsovia, cubrir¨¢n s¨®lo 1.865 kil¨®metros.
S¨®lo italianos, pero basta
El tema de la participaci¨®n en el Giro, que reunir¨¢ a los nueve equipos italianos y s¨®lo a cuatro extranjeros, puede ser otro agravio comparativo para la reci¨¦n terminada Vuelta a Espa?a. El ciclismo italiano, s¨®lo con sus equipos, tiene -un potencial de figuras -nacionales e importadas- como para darle f¨¢cilmente un nivel de segunda carrera del mundo por etapas, tras el Tour. Esto, desde luego, no sucede con la ronda espa?ola -te¨®rica tercera-cuya funci¨®n no puede ser exclusivamente promocionar esos ciclistas que no hay, sino ofrecer espect¨¢culo. Si la Federaci¨®n y su presidente, Luis Puig, quieren hacerlo -y lo han hecho otra vez en la pasada edici¨®n- convendr¨¢ recordarle que tambi¨¦n existen otros caminos, casi nunca explorados, pero que s¨®lo su pondr¨ªa ir por los caminos verdaderos. Por ejemplo, subvencionar a los corredores espa?oles, para que participen en las cl¨¢sicas europeas. Si el problema eterno del ciclismo espa?ol es que, mientras aqui se anda, por el continente poco me nos que se vuela, tampoco se va a solucionar nada andando en una Vuelta a Espa?a. Incluso as¨ª se ofrece igualmente la posibilidad de lograr su primer gran triunfo por etapas a Battaglin, un corredor bueno, pero no una gran figura.
Los espa?oles, a cumplir dignamente
De todas formas, se ver¨¢ qu¨¦ hacen los Pedro Mu?oz Arroyo, Rup¨¦rez y compa?¨ªa, que vuelven con el Zor Hellos al Giro. No parece claro que pasen de cumplir dignamente ante equipos como el Bianchi, de Baronchelli -ganador del Giro de Puglia-, Knudsen, Contini o Prim -vencedor del Tour de Romand¨ªa ante Saronniel Farricucine, de Moser -que querr¨¢ ganar su primer Giro, al no sertan monta?oso-, y Gregor Braun; el Gis, de Saronni -vencedor en 1979 y que podr¨¢ despegarse en las llegadas-, o de Panizza -tantos d¨ªas l¨ªder la pasada edici¨®n gracias a su poder¨ªo en la monta?a-. Al margen quedan otros equipos o corredores sorpresa, incluido el Inoxpran, de Battaglin. Otros extranjeros ser¨¢n el suizo Cilo Aufina, de Mutter -ganador del Tour del Mediterr¨¢neo-, y de otros buenos hombres, como Huchs -antiguo gregario de Oca?a-, Gisiger y Sutter, el Kondor alem¨¢n de reci¨¦n casado y cuyo rendimiento hasta ahora en la temporada, quiz¨¢ como toda su carrera, raya entre la esperanza frustrada y el fracaso total, pero siempre es una atracci¨®n.
Sin desmerecer
No habr¨¢ franceses, como suele ser casi habitual, salvo en casos excepcionales, como el de Hinault la temporada pasada, en que quiso unir el Giro a su excepcional historial. El Tour queda ya cerca, y pruebas como la Vuelta a Suiza o el Dauphine Liber¨¦ pueden servir de mejor publicidad y preparaci¨®n. En ellas estar¨¢n los belgas, ausentes tambi¨¦n casi por norma en el Giro. Pero todas estas ausencias no desmerecer¨¢n la carrera. Los Saronni, Baronchelli, Moser y compa?¨ªa tienen peso suficiente para salvar un prestigio. Lamentablemente, los Pedro Mu?oz, Coll, Cedena y dem¨¢s, a¨²n no. Y por el camino de promocionarse s¨®lo a trav¨¦s de carreras espa?olas, aunque sea la m¨¢s importante, dif¨ªcilmente lo podr¨¢n hacer en el futuro.
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