La urbanizaci¨®n de la Casa de Campo
El pasado 27 de abril el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarc¨®n acord¨®, en accidentada sesi¨®n, desbloquear el proceso de aprobaci¨®n del llamado Plan Parcial de Ampliaci¨®n de la Casa de Campo (PPACC), dando luz verde a una de las m¨¢s graves y discutidas operaciones inmobiliarias de la ¨²ltima d¨¦cada en el Area Metropolitana de Madrid (AMM).Su origen se remonta a la compra por Urbis, SA, en los primeros a?os setenta, de terrenos no edificables calificados de reserva urbana. El proyecto actual, que permite construir una ciudad-dormitorio de 7.500 viviendas y m¨¢s de 30.000 habitantes entre Pozuelo y Aravaca, en el l¨ªmite occidental de la Casa de Campo, ha sido reconocido por la propia Copiaco, en un informe sobre la Revisi¨®n del Plan General del Area Metropolitana de Madrid (1980), como una de las ?actuaciones que tanto por su tama?o como por sus caracter¨ªsticas pueden tener una importancia decisiva de cara a la configuraci¨®n del futuro modelo territorial?.
El proceso de tramitaci¨®n del PPACC ha sido irregular y discutido. En la etapa anterior a 1979 se margin¨® al Ayuntamiento de Pozuelo en las sucesivas aprobaciones realizadas por Coplaco. Las primeras elecciones municipales abren una nueva etapa de impugnaciones y contraofertas que ahora culminan con el reciente acuerdo del Ayuntamiento de retirar el recurso con tencioso-administrativo que manten¨ªa paralizado el proyecto. Esta ¨²ltima decisi¨®n, por su contenido y procedimiento, ha sido rechazada por sectores de la poblaci¨®n y concejales de la oposici¨®n.
Desde sus comienzos, la urbanizaci¨®n de la Casa de Campo encontr¨® una sistem¨¢tica contestaci¨®n ciudadana; la lucha contra el Plan constituy¨® el eje de la oferta electoral de las candidaturas de izquierda al Ayuntamiento, e incluso. UCD nunca se mostr¨® abiertamente partidaria del Plan, comprometi¨¦ndose a la realizaci¨®n de un refer¨¦ndum municipal.
Desde niveles profesionales las cr¨ªticas a este tipo de actuaciones no han sido escatimadas. Resultado del ¨²ltimo per¨ªodo de boom econ¨®mico y del fuerte crecimiento que experimentaba Madrid en la primera mitad de la d¨¦cada de los setenta es el propio car¨¢cter de la macroactuaci¨®n el que merec¨ªa el rechazo, en momentos de crisis econ¨®mica y ecol¨®gica y cambios pol¨ªticos ya de concepciones urban¨ªsticas.
En cualquier caso, toda valoraci¨®n del PPACC debe partir de la consideraci¨®n del impacto metropolitano de una promoci¨®n semejante, aspecto este soslayado en el momento de su aprobaci¨®n. Una actuaci¨®n del tipo de la propuesta, por su car¨¢cter masivo, residencial y fuertemente dependiente de Madrid, presenta unos costes econ¨®micos y sociales en el conjunto del Area que no pueden en absoluto reducirle al balance contable de los promotores privados, y que no quedan compensados por las cesiones para la ampliaci¨®n de la Casa de Campo. Por poner un ejemplo, no est¨¢ resuelto el impacto que los cerca de 10.000 nuevos autom¨®viles pueden ocasionar en una red de transportes ya muy congestionada en la actualidad, y no existen compromisos concretos de realizaci¨®n de las infraestructuras que lo solucionen. La urbanizaci¨®n de la Casa de Campo amenaza uno de los sectores estrat¨¦gicos para el equilibrio ambiental del conjunto del AMM, el Noroeste, consumiendo adem¨¢s suelo del anillo verde.
Un nuevo Pozuelo
Por otra parte, es necesario se?alar que los problemas internos del pueblo de Pozuelo han sido ignorados a la hora del planeamiento. Ni su carencia de empleos, ni sus d¨¦ficit de viviendas sociales y equipamientos van a verse aliviados mediante una actuaci¨®n que persigue incrustar un nuevo Pozuelo junto al existente, segregado del mismo urban¨ªstica y socialmente. Adem¨¢s, el Plan presentaba deficiencias, internas, tanto por su dise?o como por la inadecuaci¨®n a la vigente ley del Suelo y por la insuficiencia de sus equipamientos, que agravaban la elevada problem¨¢tica propia de una ciudad-dormitorio.
Ante tales deficiencias, y precisamente en base a ellas, conviene precisar que, en nuestra opini¨®n, el Plan no era aceptable en los t¨¦rminos en que ven¨ªa dado. Y, en todo caso, exist¨ªan posibilidades para, como m¨ªnimo, replantear el conjunto de la operaci¨®n sobre los siguientes puntos: Primero, aprovechar criterios y objetivos y compatibilizarlos a nivel metropolitano. Segundo, reducci¨®n significativa del n¨²mero de viviendas a edificar. Tercero, nuevo dise?o del Plan. Y cuarto, supeditar la construcci¨®n de viviendas a la ejecuci¨®n de las infraestructuras necesarias.
Tal negociaci¨®n era factible. A nadie se le oculta que un programa de inversiones tan elevado y a desarrollar en doce a?os requiere por parte de los promotores un grado de acuerdo con todas las instancias pol¨ªticas y sociales que garantice su viabilidad a un plazo en el que pueden ser previsibles cambios en la relaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas, garant¨ªas, por cierto, muy superiores a las que ofrece un procedimiento tan discutible y discutido como el adoptado.
Sin embargo, estas posibilidades no han sido consideradas. UCD-CD ha optado por forzar su mayor¨ªa municipal para conseguir desbloquear el Plan.
La direcci¨®n provincial del PSOE, por su parte, tras una larga inactividad en el tema, se ha visto arrastrada a una negociaci¨®n de ¨²ltima hora, que ha provocado la dimisi¨®n de alguno de sus m¨¢s significados concejales al valorar incompatibles las ¨²ltimas propuestas de su partido con los compromisos electorales contra¨ªdos. En el acuerdo finalmente adoptado, las cesiones concedidas por los pro motores se han limitado a una racionalizaci¨®n del dise?o y al cumplimiento de las especificaciones de la ley del Suelo.
Con todo, las consecuencias pol¨ªticas m¨¢s graves del proceso se sit¨²an en otro plano: la aprobaci¨®n del PPACC es un torpedo contra el Consejo de Municipios Metropolitano de Madrid y la revisi¨®n del Plan General del AMM. Con su creaci¨®n, las fuerzas pol¨ªticas se dotaban de un instrumento cuyo valor superaba los objetivos de la revisi¨®n del planeamiento urban¨ªstico de Madrid. El PPACC no s¨®lo contradice abiertamente los criterios y objetivos urban¨ªsticos propuestos por el Consejo de Municipios, sino que atenta gravemente contra el propio pilar de su constituci¨®n: la solidaridad intermunicipal.
Al margen de la opini¨®n que nos merece el PPACC, un municipio no puede adoptar decisiones como la de duplicar su poblaci¨®n sin vincular de una u otra forma a los municipios afectados por su medida. Nos encontramos ante un precedente que probablemente se ha de hacer notar en el futuro.
El Partido Socialista fue el gran impulsor del Consejo de Municipios. Su actitud en Pozuelo, por tanto, trasciende la tem¨¢tica local para proyectarse a un nivel superior, al poner en entredicho un Consejo que languidece por momentos.
Tras el acuerdo del Ayuntamiento de Pozuelo, la contestaci¨®n ciudadana ha vuelto a hacer acto de presencia. Es necesario que los organismos con incidencia en el planeamiento (Diputaci¨®n, Consejo de Municipios, Coplaco) reconduzcan el proceso hacia su inserci¨®n en los mecanismos generales de la revisi¨®n del Plan General del AMM. El m¨ªnimo de credibilidad hacia quienes est¨¢n formulando las directrices de dicha revisi¨®n as¨ª lo exige.
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