Incertidumbre sobre el futuro de las relaciones franco-alemanas
La derrota de Giscard d'Estaing, ?mi amigo Giscard?, en las elecciones presidenciales francesas plantea al canciller federal alem¨¢n, Helmut Schmidt, un dif¨ªcil problema de adaptaci¨®n personal al nuevo presidente Fran?ois Mitterrand y al mismo tiempo abre una interrogante sobre el futuro de las relaciones entre Francia y la RFA.
Aunque sus partidos pertenecen a la Internacional Socialista, no se puede decir que las relaciones entre el canciller Schmidt y el nuevo presidente franc¨¦s sean buenas, sino que pr¨¢cticamente no existen. Schmidt se apresur¨® a mencionar, despu¨¦s de la elecci¨®n de Mitterrand, que se hab¨ªan visto varias veces en los ¨²ltimos a?os. ?Pero hay una gran diferencia si uno es pol¨ªtico de la oposici¨®n o se encuentra al frente de su Estado?. Algunas informaciones de estos d¨ªas pasados en Bonn dec¨ªan que el canciller y el nuevo presidente franc¨¦s s¨®lo se vieron dos veces y de forma muy superficial, y tambi¨¦n que Schmidt no estaba preparado para la derrota de ?su amigo Giscard?.
La componente personal en las relaciones entre Francia y la RFA ha sido un factor muy importante en los ¨²ltimos a?os. Hasta el punto de que se hablaba con frecuencia del eje Bonn-Par¨ªs en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Aunque Schmidt no quiera ni o¨ªr la palabra ?eje? por sus inevitables resonancias nazis.
En la ¨²ltima d¨¦cada las frecuentes llamadas telef¨®nicas entre la canciller¨ªa de la Adenauerallee y el palacio del El¨ªseo tuvieron una influencia decisiva en la pol¨ªtica europea.
Con Mitterrand las cosas no ser¨¢n f¨¢ciles. A Schmidt le cuesta un esfuerzo considerable adaptarse a una cara nueva y construir una nueva relaci¨®n. Adem¨¢s, Mitterrand consigui¨® irritar al canciller alem¨¢n en varias ocasiones, con su protesta contra el ?decreto de los radicales?, que discrimina a los comunistas en los servicios p¨²blicos en la RFA, y las cr¨ªticas del nuevo presidente franc¨¦s a los m¨¦todos de la lucha antiterrorista seguidos por el Gobierno de Bonn.
La relaci¨®n personal
En una reciente entrevista con la revista alemana Stern, Mitterrand advirti¨® claramente que no necesita la ?bendici¨®n de Schmidt? ni de nadie y dijo que la relaci¨®n entre Schmidt y Giscard ?es asunto suyo. Pero hay una regla de precauci¨®n y de retraimiento, seg¨²n la cual tienen que evitarse en las relaciones entre los Estados toda injerencia en los asuntos internos de otros. Ser¨ªa una desgracia que se estropeasen las relaciones franco-alemanas por una equivocada apreciaci¨®n del futuro?.Esto lo dec¨ªa Mitterrand tres semanas antes de ser elegido presidente, poco despu¨¦s de irritarse mucho por el anuncio de un empr¨¦stito internacional franco-alem¨¢n de 500.000 millones de pesetas, que suscribir¨ªan los pa¨ªses productores de petr¨®leo. Esto lo consider¨® el equipo de Mitterrand una injerencia en la campa?a electoral francesa y un intento de favorecer la reelecci¨®n de Giscard. Despu¨¦s de la elecci¨®n de Mitterrand, el Gobierno franc¨¦s anunci¨® ya su renuncia al proyecto de empr¨¦stito com¨²n, que ahora llevar¨¢ adelante la RFA.
Temor ante una ca¨ªda del valor del franco
Al margen de la relaci¨®n personal entre Schmidt y Giscard, en la RFA existe el temor de que la pol¨ªtica comunitaria los ¨²ltimos socialista de Francia provoque una ca¨ªda del valor del franco y a la larga se venga abajo el ?sistema monetario europeo?, uno de los pocos puntos de acuerdo de la pol¨ªtica comunitaria en los ¨²ltimos a?os. Los programas econ¨®micos de Mitterrand, nacionalizaciones, impuls¨® a la coyuntura econ¨®mica con actuaci¨®n directa contra el paro y la mayor intervenci¨®n del Estado se consideran en Bonn atentados contra el dogma de la ?econom¨ªa de mercado?. Mitterrandcorre el riesgo de no ser considerado por Schmidt como un interlocutor v¨¢lido en el campo econ¨®mico, donde el canciller se considera un maestro.
En las relaciones con Estados Unidos, Giscard pod¨ªa dialogar con Washington desde una posici¨®n m¨¢s fuerte y esto tambi¨¦n beneficiaba la pol¨ªtica de Bonn a la hora de intentar frenar la estrategia de tensi¨®n marcada por el equipo del presidente Ronald Reagan. La inquietud quiz¨¢ m¨¢s grave en Bonn sobre el futuro de las relaciones con Francia es la posible entrada de ministros comunistas en un Gabinete franc¨¦s, aunque no se cree que las cosas vayan tan lejos.
El futuro de las relaciones entre Francia y la RFA se presenta por ahora lleno de incertidumbre.
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