"El nuevo presidente necesitar¨¢ muchos diputados socialistas para poder gobernar"
Jean Daniel, a los 55 a?os, es uno de los observadores pol¨ªticos m¨¢s respetados de la Prensa francesa. Fue testigo privilegiado, en el campo de la izquierda no comunista, de la IV Rep¨²blica, del gauIlismo, del giscardismo, primero en el semanario L'Express, que defendi¨® la descolonizaci¨®n, y, desde hace veinte a?os, como director del Nouvel Observateur, portavoz y ?conciencia? de la inteligentcia francesa heredera de Albert Camus.La era de las rupturas es el ¨²ltimo libro de Daniel, el escritor, moralista y periodista vinculado a Mitterrand, a su delf¨ªn, del ichel Rocard, que, como para tantos otros, fue su nostalgia antes de la victoria del domingo pasado, y a Claude Cheysson, el comisario europeo que va a ser un ?ministro importante? de Mitterrand y que sal¨ªa de su despacho en el momento en que lleg¨® EL PAIS para charlar un rato con Daniel sobre el efecto de la victoria socialista, en Francia y en el extranjero.
Pregunta. En espera del resultado de las elecciones legislativas, que son las que van a establecer la relaci¨®n de fuerzas parlamentarias que le permitir¨¢n gobernar o no al nuevo presidente, la clave pol¨ªtica de las posibilidades de gesti¨®n del Gobierno socialista reside en sus relaciones con los comunistas. ?C¨®mo prev¨¦ usted el planteamiento de este problema?
Respuesta. En efecto, hay que esperar el resultado de las legislativas-para que, de la manera m¨¢s responsable y eficaz, empiece a gobernar Mitterrand. Caben dos hip¨®tesis: en primer lugar, que el PCF recupere el electorado que perdi¨® en la primera vuelta de las presidenciales. En tal caso, el PCF querr¨¢ imponer menos ministros comunistas. Aun as¨ª, su fuerza les permitir¨¢ exigir, pero Mitterrand no ceder¨¢. Y el PCF se convertir¨¢ en el ¨²nico partido de la oposici¨®n obrera.
P. Y si esto se produce, ?c¨®mo gobernar¨¢ el presidente?
R. Estimo que nombrar¨¢ a un primer ministro adecuado para establecer un programa susceptible de ser aceptado por todos, suscitando una mayor¨ªa de ideas. Me explico con un ejemplo: cuando Giscard someti¨® a aprobaci¨®n la ley del aborto, no fue votada por diputados de su mayor¨ªa, y s¨ª lo fue por la oposici¨®n. Ahora ocurrir¨ªa igual.
P. Veamos la segunda hip¨®tesis, es decir, supongamos que el PCF, en las pr¨®ximas legislativas, no recupera el 5% de los votos que perdi¨® en las presidenciales.
R. En tal caso, los comunistas desear¨¢n entrar en el Gobierno a toda costa, para participar en la gesti¨®n, pero se ver¨¢n obligados a hacer las concesiones que conllevan las responsabilidades p¨²blicas.
Ahora bien, a mi modo de ver, en este caso son previsibles dos f¨®rmulas de Gobierno: la primera consiste en un entendimiento entre socialistas y comunistas, sin participaci¨®n de estos ¨²ltimos. No hay que olvidar que Marchais afirma que no sostendr¨¢ a un Gobierno sin ministros comunistas, pero no dice que lo censurar¨¢ necesariamente. La segunda f¨®rmula de Gobierno consistir¨ªa en que, antes del escrutinio legislativo, socialistas y comunistas firmaran un contrato de Gobierno.
P. Sea cual fuere el escenario real tras las legislativas, ?qu¨¦ posibilidades tiene Mitterrand de realizar una gesti¨®n a largo plazo?
R. Muchas, sin duda alguna, con una sola condici¨®n: que en las legislativas consiga muchos diputados el Partido Socialista. Hay que saber que una parte sustancial de la patronal est¨¢ dispuesta a ?jugar el juego?.
Los ?alborotos? de la Bolsa, estos ¨²ltimos d¨ªas, han sido provocados por los capitales ¨¢rabes que se han invertido en Francia estos a?os pasados y que, de momento, se han asustado porque dudan de la pol¨ªtica de Mitterrand en Oriente Pr¨®ximo, a causa de su sensibilidad pro israel¨ª. Y, por fin, Mitterrand formar¨¢ un Gobierno con socialistas y tambi¨¦n con hombres como el gaullista Michel Jobert, y con Chaysson, y con radicales de izquierdas. Y, ?qui¨¦n sabe? Mitterrand quiz¨¢ reserva alguna sorpresa en este aspecto.
P. A nivel europeo, ?qu¨¦ cambiar¨¢ con Mitterrand?
R. En primer lugar, las relaciones humanas. Giscard se llevaba medianamente con todos los responsables comunitarios. Sabida es su amistad con Schmidt, pero ¨²ltimamente sus relaciones se hab¨ªan deteriorado tambi¨¦n. En segundo lugar, conviene tener en cuenta que Cheysson, que ya he citado, es comisario europeo y probablemente ser¨¢ un ministro muy importante. En tercer lugar, Mitterrand es un europeo convencido y profundo y tomar¨¢ iniciativas serias y nuevas en lo concerniente, por ejemplo, a la Europa del Sur o Europa latina, en la que ¨¦l cree.
P. Sobre el plano geopol¨ªtico mundial, ?en qu¨¦ medida influir¨¢ la elecci¨®n de Mitterrand?
R. En mi opini¨®n, en una cosa muy por encima de todo lo dem¨¢s: Francia, con Mitterrand, y paralelamente Europa, van a poder participar en el desarme, que, por ahora, es el coto privado de Mosc¨² y de Washington. Todo lo dem¨¢s, es decir, Afganist¨¢n, Polonia, Am¨¦rica Latina, Africa, etc¨¦tera, para Mosc¨², es secundario; el desarme es el tema que sensibiliza a los rusos. La llegada de Mitterrand al El¨ªseo pienso que es positiva en este sentido.
P. Los espa?oles esperan con ansiedad la posici¨®n de Mitterrand ante la cuesti¨®n vasca. ?Qu¨¦ piensa usted?
R. Ese es un tema muy delicado. Yo no hablo ni en nombre de Mitterrand ni en el de los socialistas. El tema de las extradiciones es delicado. Lo ¨²nico que puedo decir, por mi cuenta, naturalmente, es que Francia no es un pa¨ªs de extradiciones. Lo que haya podido hacer Giscard le incumbe a ¨¦l.
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