Los consejos reguladores vin¨ªcolas de denominaci¨®n de origen no tienen capacidad operativa ante el fraude
Las denominaciones de origen son un conjunto de garant¨ªas en producci¨®n, elaboraci¨®n, uniformidad, etc¨¦tera, de un producto que depende estrechamente de su entorno y que ofrece un prestigio de cara al consumidor. Sin embargo, la calidad, principal defensa de estos art¨ªculos, no siempre es la que debiera, se cuelan demasiadas veces elementos de origen incierto o muy alejado del original. La existencia de estos fraudes a la calidad tendr¨ªa su raz¨®n esencial en la inoperancia de los Consejos Reguladores.
La conocida costumbre de dar gato por liebre se hace fuerte tentaci¨®n en el terreno de las denominaciones de origen. Sin llegar a los fraudes que transforman la naturaleza del producto se puede ahorrar trabajo y ganar m¨¢s dinero por el sencillo sistema de no seguir los pasos prescritos por el reglamento de un producto de denominaci¨®n de origen. Hay casos que por su nivel de esc¨¢ndalo han llegado a conocimiento p¨²blico, como pasa con el vino de Ribeiro que vend¨ªa el doble de lo que produc¨ªa, porque muchos almacenistas o bodegueros compraban uva m¨¢s barata a otras regiones, se mezclaba as¨ª un alto porcentaje de vino normal con otro mucho m¨¢s peque?o de Ribeiro genuino y se comercializaba como Ribeiro cien por cien.Otras habilidades en los vinos pueden ser falsificar las a?adas, trasvasar vinos extra?os mediante bodegas contiguas, o mezclar los caldos de peor calidad con los buenos. En los quesos, el fraude estar¨ªa en la mezcla de leches -oveja con vaca- y siempre intentar colar productos de zonas m¨¢s baratas para ampliar los estrechos l¨ªmites de la denominaci¨®n. Tales conductas no s¨®lo perjudican a[ consumidor defraud¨¢ndole en la calidad de lo que consume y logrando que no sepa en absoluto le) que est¨¢ comprando, sino que tambi¨¦n da?a a los productores que siguen las reglas del juego y que ven como el prestigio de una denominaci¨®n puede irse deteriorando por los abusos. La soluci¨®n est¨¢ por supuesto en un control estricto, pero ¨¦ste todav¨ªa tiene lagunas, la principal de las cuales es la falta de democratizaci¨®n de los Consejos Reguladores.
La consideraci¨®n de la procedencia como un elemento de importancia en la calidad de un producto se remonta a finales del siglo pasado y fue en los a?os veinte cuando se hil¨® a¨²n m¨¢s fino y aparecieron las denominaciones de origen. En nuestro pa¨ªs, los primeros Consejos Reguladores surgieron en los a?os treinta, dentro de la producci¨®n vin¨ªcola, por ser el vino un producto de f¨¢cil mixtificaci¨®n o fraude. Los Consejos, que se propon¨ªan proteger un producto determinado que depend¨ªa de un entorno determinado crecen, y en 1970 surge el estatuto hoy vigente de ?Vi?as, Vinos y Alcoholes?, que actualiza todo el tema, crea un c¨®digo de pr¨¢cticas permitidas y prohibidas, define la denominaci¨®n de origen, abre el camino para que otros productos puedan acceder a ella, establece las funciones de los consejos y crea el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen (INDO) cuyo actual presidente es Luis Mir¨®.
Y el problema ahora es que los Consejos Reguladores est¨¢n anclados en los tiempos del sindicato vertical sin que se haya procedido a unas elecciones para su renovaci¨®n, establecidas por el Decreto 2004/ 1979 del 13 de julio, y por el Decreto Complementario 3 182/ 1980, de 30 de diciembre. Tanto los peque?os y medianos viticultores, como la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y, Ganaderos del Estado Espa?ol (COAG) han insistido en esta necesaria renovaci¨®n sin resultados positivos por parte de la Administraci¨®n.
Para la COAG, la clave del problema se encuentra en las presiones de las grandes bodegas y empresas de car¨¢cter monopolista para conservar en sus manos unos cultivos o elaboraciones que son por tradici¨®n artesanales. En la producci¨®n viticultora -hasta ahora la principal protagonista de las denominaciones de origen- es cada vez m¨¢s fuerte la compra de vi?as por grandes empresas que anulan la explotaci¨®n familiar, y el prestigio fundado en el esmero puede diluirse en la elaboraci¨®n industrial masiva.
Desde el 8 de mayo de 1978, la COAG tiene en marcha los trabajos encaminados a buscar una alternativa a los Consejos, las negociaciones con la Administraci¨®n empezaron en junio del mismo a?o y han sido trabajosos. Se consigui¨® que se respetase el derecho de un voto por cada viticultor (o el productor que corresponda), pero no logr¨® evitar los sucesivos aplazamientos a las elecciones y los Consejos siguen en manos de: los m¨¢s fuertes.
En los Consejos Reguladores participar¨¢n las cooperativas, los viticultores particulares, las Sociedades Agrarias de Transformaci¨®n, los elaboradores, los embotelladores -exportadores, los elaboradores iniciales, los almacenistas y la crianza.
La calidad, ¨²nica base del producto
Para la COAG, las denominaciones de origen son la ¨²nica soluci¨®n para promocionar y controlar todos aquellos productos que s¨®lo tienen como defensa la calidad y que constituyen el medio de vida de productores de tipo artesanal. Esto es evidente, por ejemplo, en los quesos que hoy permanecen pr¨¢cticamente desconocidos el(, los consumidores, a pesar de tener una gran variedad de modalidades. La denominaci¨®n de origen supondr¨ªa un gran impulso que les pondr¨ªa en condiciones de competir con. los extranjeros.La denominaci¨®n no debe ser, pues, una simple menci¨®n de procedencia, sino que ha de fijar unas caracter¨ªsticas, tanto de entorno, como de modo de cultivo, de elaboraci¨®n, manipulaci¨®n, crianza, etc¨¦tera, que hagan al producto en cuesti¨®n distinto a los de su misma especie. Los fallos que ve la COAG en el continuo cuidado de la calidad que exigen las denominaciones los podr¨ªamos resumir en los intereses contrapuestos de las marcas -muchas de ellas enclavadas dentro de denominaciones de origen- que se interesan exclusivamente por la promoci¨®n de su nombre; el poco peso que tienen hoy los peque?os y medianos productores y, sobre todo, en la poca capacidad ejecutiva de los Consejos Reguladores, evidenciada en el hecho de que de los veintisiete que existen, s¨®lo funcionan bien dos o tres.
Las piezas clave para mantener la calidad son, sin duda, los Consejos. Seg¨²n Luis Mir¨®, la labor de la Administraci¨®n, a trav¨¦s del INDO, es la de reconocer el prestigio y cualidades de un producto, dar la denominaci¨®n de origen y protegerla. El peso de la acci¨®n cae sobre los Consejos, que son de car¨¢cter aut¨®nomo. Cuando se solicita una denominaci¨®n de origen, el INDO estudia el producto en todas sus caracter¨ªsticas, se da una autorizaci¨®n y se crea un Consejo provisional que establece un reglamento al que ha de someterse el cultivo y elaboraci¨®n del art¨ªculo. Comprobada la buena marcha se da la denominaci¨®n y se nombra el Consejo con car¨¢cter de definitivos. El Consejo ser¨¢ el encargado de vigilar y mejorar el producto mediante vendedores.
Otros elementos de control para evitar la entrada de productos de zonas ajenas y otras falsificaciones, lo constituyen los registros de vi?as, de bodegas, de entrada y salida de vol¨²menes; el no pasar de una determinada producci¨®n por hect¨¢rea, etc¨¦tera.
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