Cada novillo llevaba dentro un cortijo
Manolito Gonz¨¢lez, que estaba anunciado en Las Ventas y que, al parecer, no pudo venir por una inoportuna lesi¨®n, no sabe lo que se ha perdido, pues los novillos de Lisardo (y el sustituto de Moreno Pidal) llevaban dentro un cortijo. Manolito Gonz¨¢lez ya tiene un cortijo, del padre, pero suponemos que no le importar¨ªa tener dos. En cambio, Pep¨ªn Jim¨¦nez, que le sustituy¨® y no es terrateniente, se encontr¨® con el regalo. Y no lo dej¨® ir, qu¨¦ va.Seis cortijos en los pitones de seis diles, que encima exhib¨ªan ese respeto que da m¨¦rito a cuanto puedan hacerles los toreros. Unos m¨¢s, otros menos, todos llevaban la escritura de propiedad a la vista, y los novilleros no ten¨ªan m¨¢s que cogerla. Por qu¨¦ V¨ªctor M¨¦ndez y Juan Mora se fueron de vac¨ªo es un misterio a desvelar. Se supone que un torero, antes de meterse en los riesgos de la lidia, sabe torear de sal¨®n. Y hubo novillos tan nobles que para triunfar con ellos s¨®lo se necesitaba saber torear de sal¨®n.
Plaza de Las Ventas
Quinta de feria (lunes). Cinco novillos de Lisardo S¨¢nchez, encastados -aunque mansos- y nobles, y sexto de Moreno Pidal, bravo y boyante. V¨ªctor M¨¦ndez: pinchazo bajo, bajonazo y rueda de peones (silencio). Cuatro pinchazos alternados con ruedas de peones, bajonazo y tres descabellos (silencio). Juan Mora: media atravesada, estocada, rueda y descabello (palmas y pitos cuando saluda). Estocada delantera (m¨¢s pitos que palmas). Pep¨ªn Jim¨¦nez: pinchazo perdiendo. la muleta, otro, estocada atravesada que asoma tambi¨¦n perdiendo la muleta y dos descabellos (vuelta). Estocada corta ladeada (oreja).
Cuando V¨ªctor M¨¦ndez y Juan Mora se dejaban enganchar los enga?os, no pod¨ªamos ni creerlo. ?Qu¨¦ pasa? ?Lo hacen adrede? ?Los mismos novillos tampoco pod¨ªan creerlo, y embestida a embestida perfeccionaban su boyant¨ªa, por ellos que no quedara. Pero no era el caso. Un torero sin temple es como el que nace sin o¨ªdo, al que le da lo mismo la Quinta sinfon¨ªa que La traviata, que el catap¨²n chinch¨ªn.
Quiz¨¢ fue ese el misterio de que V¨ªctor M¨¦ndez y Juan Mora se fueran de vac¨ªo: que no tienen temple. El debutante Pep¨ªn Jim¨¦nez, por el contrario, aprovech¨® las maravillosas embestidas para torear como los ¨¢ngeles, lo mismo en los relances de capa que en las suertes de muleta. Ten¨ªa este diestro un empaque especial, un reposo, una pinturer¨ªa, que le configuraban personalidad, y como los novillos dejaban colocarse, pudo representar durante sus dos faenas el papel de figura grande del toreo.
Suavidad y arte
El p¨²blico estaba encantado. Y c¨®mo no, si ve¨ªa torear con suavidad y arte. Lo que ocurre es que, profundizando un poco m¨¢s, pod¨ªa apreciarse que s¨ª, que los pases eran exquisitos, pero les faltaba ligaz¨®n. La t¨¦cnica de los remates no se ajustaba al tiempo y medida quer equer¨ªan las reses, y Pep¨ªn ten¨ªa que rectificar posiciones a la salida de cada muletazo para iniciar el siguiente. Incluso algunos redondos y naturales los dio de par¨®n, aprovechando el viaje, lo cual no era necesario con aquellos novillos.
De cualquier forma, Pep¨ªn. Jim¨¦nez arm¨® el alboroto, y ser¨ªa importante que repitiera su ¨¦xito en otras condiciones menos favorables, pues no toda la vida se va a encontrar con toros que le regalan un cortijo nada m¨¢s que porque s¨ª. A lo mejor ser¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 27, otra vez en sustituci¨®n de ManoIito Gonz¨¢lez.
Los Lisardo no fueron bravos, porque protestaban en la prueba de varas, aunque casta ten¨ªan todos, y esto es lo importante. Segundo y cuarto a?adieron poder a esta condici¨®n y derribaron con estr¨¦pito. El quinto result¨® tan bueno que se lo disputaban los espadas en los quites, aunque no les correspondiera turno. Y ya el sexto de Moreno Pidal, fue una joya por su bravura y nobleza. Como flojeaba de manos lo protestaron, perro el presidente quiso que permaneciera en el ruedo, y esa fue la suerte de Pep¨ªn Jim¨¦nez, porque le vali¨® para redondear el triunfo y ganar cortijos. O por lo menos ya ha pagado el primer plazo.
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