El Gobierno se puede sumar en breve a la firma de un segundo acuerdo-marco entre sindicatos y patronal
En un plazo muy breve, dos o tres semanas, podr¨ªa firmarse alg¨²n tipo de documento sobre paro y empleo entre Administraci¨®n, patronal y sindicatos. A los tres meses de la investidura de Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, en la que ¨¦ste ofreci¨® negociar este tema con las fuerzas sociales, las grandes expectativas de los primeros momentos (Jes¨²s Sancho Rof, titular de Trabajo, lleg¨® a afirmar que las conversaciones deb¨ªan dise?ar los presupuestos para 1982 y 1983) se han esfumado. Las conversaciones entre Gobierno, CEOE y sindicatos languidecen, y tan s¨®lo la coincidencia de todos en evitar transmitir una nueva sensaci¨®n de impotencia y frustraci¨®n a los espa?oles y a la necesidad de ultimar el borrador del presupuesto para 1982 pueden facilitar el que a ¨²ltima hora se firme alg¨²n tipo de acuerdo, mucho menos ambicioso que el inicial y que tal vez se circunscriba a un remedo de acuerdo-marco interconfederal suscrito en ejercicios pasados por CEOE y UGT.
Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas secretario general de la CEOE, constataba ayer esta realidad: ?Tal como van las discusiones con el Gobierno y UGT, las materias sobre las que puede haber acuerdo son muy pocas y tengo mis dudas de si se just¨ªfica la denominaci¨®n de ?acuerdo nacional de empleo?. Estas dudas, que no son nuevas en CEOE (ya en los primeros momentos hablaron del peligro de crear expectativas que no se ajustaran a la realidad), comienzan a generalizarse. Fuentes del Gobierno y del Partido Socialista, principales art¨ªfices del optimismo inicial de esta concertaci¨®n, comienzan a reconocer extraorficial mente el estancamiento y escasas posibilidades de estas conversaciones.Las negociaciones tripartitas sobre el desempleo, como muchos observadores apuntaron desde el primer momento, est¨¢n a punto de convertirse en una segunda edici¨®n de las famosas ?jornadas de reflexi¨®n?, propiciadas por Abril Martorell cuando era vicepresidente "todopocleroso", del Gobierno. En aquellos meses de octubre, noviembre y diciembre de 1978, el Gobierno -en frase gr¨¢fica de un ex miembro del mismo- ?estuvo mareando la perdiz?. para preparar las elecciones generales.
La diferencia entre aquellas jornadas y ¨¦stas, ¨¢unque para algunos tambien pesa en estos momentos la posibilidad de unas elecciones generales adelantadas, estriba en la existencia de un 23 de febrero (golpe de Estado de Tejero) y en el profundo deterioro de nuestra econom¨ªa.
Ya nadie habla de aquellas primeras cifras de 200.000 millones de pesetas que iba a destinar el Gobierno en los presupuestos de 1982 para crear empleo, ni de propuestas concretas en la mesa de negociaci¨®n sobre incrementos salariales o proyectos de desarrollo legislativo. Tal vez el pecado fue original. El ministro Sancho Rof, en declaraciones a Cinco D¨ªas (19 de marzo pasado), defin¨ªa cu¨¢les eran para el Gobierno las l¨ªneas maestras del plan sobre el empleo: ?La creaci¨®n de puestos de trabajo estables como ¨²nica forma de combatir el paro. Esto pasa por la inversi¨®n, y esa inversi¨®n pasa por el ahorro de todos, y cuando hablo de todos me estoy refiriendo al de empresarios, trabajadores y sector p¨²blico en gastos corrientes. El programa tiene que comenzar a caminar este a?o, y yo dir¨ªa que de forma r¨¢pida aunque, por supuesto el programa tiene que dise?ar lo que ser¨¢n los a?os 1982 1983. De estas conversaciones, lo que tiene que salir, pues. es el dise?o de los Presupuestos del Estado para 1982 y 1983?.
Dos meses despu¨¦s de las declaraciones del ministro se ha hecho evidente lo que ya para muchos lo era entonces: la imposibilidad de concertar los presupuestos, pretensi¨®n que era tanto como concertar la pol¨ªtica econ¨®mica entre Gobierno, oposici¨®n, patronos y sindicatos, como si estuvi¨¦ramos en la ¨¦poca preconstitucional de los pactos de la Moncloa, y aun entonces no se lleg¨® a tanto.
Firmar a toda costa
La elaboraci¨®n de los Presupuestos de 1982 no puede retrasarse m¨¢s y para ello es esencial contar con un criterio fiable sobre incrementos salariales en el sector privado y, p¨²blico. De ah¨ª que en torno a este punto, al que podr¨ªan a?adirse algunos otros relativos al desarrollo legislativo del Estatuto de los Trabajadores, podr¨ªa girar la firma de un documento que pusiera fin a estas conversaciones tripartitas.De hecho, las conversaciones entre UGT y CEOE se est¨¢n circunscribiendo ya, en las ¨²ltimas reuniones, sobre estos temas. Y una fuente de la Administraci¨®n, siempre de forma extraoficial y confidencial, asegur¨® a este diario que corr¨ªa prisa el ?hacerse la foto?. ?Es necesario que firmemos cuanto antes un documento, no importa su contenido. Ya lo llenaremos despu¨¦s?.
Sobre esta realidad, el posible acuerdo sobre incrementos salariales para 1982, por el momento hay ya algunos criterios que han trascendido a la opini¨®n p¨²blica. El Ministerio de Hacienda, por ejemplo, tiene planteada la hip¨®tesis -de cara a la elaboraci¨®n del presupuesto del a?o pr¨®ximo- de que la subida de sueldos para los funcionarios oscilar¨¢ entre el 5% y el 8% (v¨¦ase EL PAIS del 6 de mayo). CEOE, en su ¨²ltimo documento, Nuera pol¨ªtica de empleo, fija un incremento salarial m¨¢ximo del 9% para 1982, excluyendo del mismo a las empresas con p¨¦rdidas. UGT, en declaraciones de Nicol¨¢s Redondo a este diario (2 de mayo ¨²ltimo), admit¨ªa la posibilidad de aceptar incrementos salariales por debajo en uno dos puntos al coste de la vida a finnal de a?o. Las diferencias entre las partes en este terreno, a la vista e e las posiciones expuestas, no imposibilitan el acuerdo.
El pretencioso ?acuerdo nacional sobre el empleo? puede convertirse as¨ª, en los pr¨®ximos d¨ªas, en un nuevo acuerdo-marco interconfederal (AMI), distinguido con la firma del Gobierno, y adelantado en varios meses sobre el calendario del que hace dos a?os suscribieron unilateralmente CEOE y UGT.
?Qu¨¦ gana el Gobierno sum¨¢ndose a este pacto de empresarios y sindicatos?. A primera vista, el Gobierno, adem¨¢s de salvar medianamente la cara ante la opini¨®n p¨²blica tras las expectativas creadas por estas conversaciones, puede lograr una cienrta pacificaci¨®n en los debates presupuestarios en el Parlamento y una mayor facilidad para imponer topes salariales a sus funcionarios y empleados. La gloria e e estos acuerdos no parece que pueda ir mucho m¨¢s all¨¢, a juzgar por el escepticismo y prudencia de los responsables de sindicatos y organizaciones empresariales en sus declaraciones de los ¨²ltimos d¨ªas. Tan s¨®lo alg¨²n miembro de la Administraci¨®n, tras dos meses de unas negociaciones sin un interlocutor ministerial definido, sigue hablando del acuerdo triunfalista mente y justifica el retraso de las conversaciones en que se ha dejado a los sindicatos que preparaban con tranquilidad la celebraci¨®n del Primero de Mayo.
La central socialista y la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales han sido las dos entidades que han mantenido m¨¢s habitualmente contactos, en el marco de estas conversaciones tripartitas, para intentar llegar a un acuerdo sobre el desempleo. Los contactos con la Administraci¨®n en este terreno se han prodigado menos, aunque han sido frecuentes, y los de CEOE con CC OO pr¨¢cticamente no han existido. El sindicato socialista se ha reunido por separado con CC OO para tratar sobre este tema, ya que entiende -en palabras de Nicol¨¢s Redondo- ?que no es bueno marginar a CC OO de este acuerdo?.
La falta de reuniones entre CC OO y CEOE, sin embargo, relega de alguna forma a aquel sindicato a una representaci¨®n a trav¨¦s de UGT en las negociaciones. De ah¨ª que CC OO, que pas¨® en las ¨²ltimas elecciones sindicales su ausencia del AMI y que hoy sufre la proyecci¨®n de las tensiones y luchas por el poder en el PCE, haya decidido retomar la iniciativa y exponer, al estilo de CEOE en su ¨²ltimo documento sobre la ?Nueva pol¨ªtica de empleo?, una plataforma en la que se pormenorizan algunos puntos de su estrategia econ¨®mica.
Esta plataforma, que se denomina ?de negociaci¨®n concreta contra el paro?, fue aprobada por la ¨²ltima ejecutiva de CC OO y va a ser discutida con UGT para -seg¨²n afirman- ?contrastar los respectivos puntos de vista sobre los contenidos del documento, ya que CC OO considera importante alcanzar una posici¨®n compartida por ambos sindicatos ?.
En cuanto al contenido de la plataforma, que en s¨ªntesis se reproduce junto a estas l¨ªneas, hay que destacar la aceptaci¨®n -como va hab¨ªan hecho los socialistas- de un incremento salarial para 1982 dos puntos por debajo del coste de la vida y la exigencia de inversiones p¨²blicas por un bill¨®n de pesetas, que, a juicio de CC OO, puede financiarse por aumento de la presi¨®n fiscal y por endeudamiento.
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