Homenaje a Mar¨ªa Moliner, autora del "'Diccionario de uso del espa?ol", cuatro meses despu¨¦s de su muerte

Parece evidente que el sino de Mar¨ªa Moliner fue, y sigue siendo, pasar inadvertida, a pesar de la gran obra lexicogr¨¢fica que realiz¨®. Separada en vida de su labor de bibliotecaria por la depuraci¨®n consiguiente a la guerra civil, construy¨® su Diccionario de uso del espa?ol en la precariedad dom¨¦stica de una mesa de cocina, y ahora a los cuatro meses de su muerte -falleci¨® el 22 de enero pasado-, cuando se le quiere rendir un homenaje p¨²blico, apenas medio centenar de personas se re¨²nen para o¨ªr hablar de su obra, clave para la moderna construcci¨®n del castellano.

La obra de Moliner es, en palabras del acad¨¦mico Rafael Lapesa, ?una de las m¨¢s grandes aportaciones que ha habido en nuestro siglo a la lexicograria espa?ola?.En el acto, organizado por la Cruz Roja, intervinieron tambi¨¦n Hip¨®lito Escolar, director de la Biblioteca Nacional; el bioling¨¹ista Manuel de la Fuente y los escritores Rosa Chacel y Alvaro Pombo.

Lapesa y Escolar conocieron personalmente a Mar¨ªa Moliner. El primero de ellos fue quien, junto a Pedro La¨ªn Entralgo, le pidi¨® permiso para presentar su candidatura a la Real Academia de la Lengua. Y juntos tambi¨¦n tuvieron despu¨¦s que ir a darle la mala noticia de que no hab¨ªa un sill¨®n para ella. Para el profesor Lapesa la inclusi¨®n de Mar¨ªa Mcdiner en la Academia ?hubiera significado una colaboraci¨®n important¨ªsima a la hora de preparar nuevas ed¨ªciones del diccionario, porque aunque tengamos muy en cuenta su aportaci¨®n impresa, la participaci¨®n personal en las discusiones, la labor de criba y mejoramiento continuo que se hace en la Acade m¨ªa hubiera sido nruy eficaz?.

Por su parte, Hip¨®lito Escolar asegura que debe de ser verdad el dicho popular seg¨²n el cual Dios escribe derecho con renglones torcidos, y casi se congratula de que se cometiera con Mar¨ªa Moliner la injusticia de apartarla de las bibliotecas, porque, dice, ?perdimos una gran bibliotecaria pero a.cambio ganamos una extraordinaria, fil¨®loga?.

Como Manuel de la Fuente es bioling¨¹ista, o sea, ?el que estudia la lengua desde el punto de vista de la biolog¨ªa?, resalta la utilidad del Diccionario de uso del espa?ol para ayudar a corregir los defectos del lenguaje en la infancia, en los deficientes mentales o en los af¨¢sicos, por tratarse de un m¨¦todo de asociaci¨®n de ideas y de palabras.

El escritor Alvaro Pombo se siente muy agradecido al que llama ?diccionario de mi madurez?, y Rosa Chacel afirma que ?no conoc¨ª a Mar¨ªa Moliner ni tampoco conozca su obra?, pero, no obstante, le rinde homenaje con su presencia en el acto y ya que no puede contar mucho de ella manifiesta que ?hubiera sido muy bonito conocerla y saber c¨®mo viv¨ªa su ciencia, c¨®mo se entregaba a ella?.

Tarea de toda una vida

Sobre este aspecto, Carmen Ram¨®n Moliner, que estaba entre el p¨²blico, nos dir¨ªa despu¨¦s que ?el diccionario le andaba a mi madre en la cabeza desde chiquitina. Siempre nos explic¨® la preocupap¨ª¨®n que tenia en un momento dado por una palabra, c¨®mo se levantaba y se acostaba pensando en ella. Dos a?os seguidos verane¨® con la palabra verbo, por ejemplo. Iba a todas partes con las fichas de su trabajo?. Y a?ade: ?Lo m¨¢s bonito de mi madre es que trabajaba a nuestro lado. En una mesa de comer, bajo un candil, con su m¨¢quina Olivetti peque?ita, rodeada por todos nosotros. Es como si ahora alguien cogiera una hoja de papel y un bol¨ªgrafo de los m¨¢s simples y se pusiera, sin m¨¢s medios, a escribir un diccionario?.