"Los Victorino son una obra de artesan¨ªa"
Compr¨® la ganader¨ªa en 1960 por tres millones de pesetas
Y llegan los Victorino. Al conjuro de su nombre, las figuras huyen pero la plaza se llena a reventar. El toro de casta se convierte en el gran protagonista de la flesta y Victorino, que compr¨® la ganader¨ªa all¨¢ por 1960 en tres millones de pesetas -menos de lo que cobra ahora por corrida- ma?ana se comer¨¢ los puros en la plaza. Aunque no fume. Pero es que para ¨¦l sus toros son una obra de artesan¨ªa.Los toros de Escudero Calvo, antiguos Albaserrada, despu¨¦s de unos a?os gloriosos, no pasaban un buen momento en 1960. Y la ganader¨ªa sali¨® a subasta. Nadie la quer¨ªa. Un aficionado a la fiesta, hombre de campo, que algo sab¨ªa sobre ganado -por algo ten¨ªa vacas-, decidi¨® gastarse sus ahorros y se llev¨® la subasta. Cinco a?os m¨¢s tarde puso su nombre a los toros. Hab¨ªan nacido los Victorino. ?Eran toros de casta, de los que quer¨ªa la afici¨®n, pero a¨²n no muy conocidos?. cuenta Victorino Mart¨ªn, ?y fui yo y ofrec¨ª seis toros para que los mataran en Las Ventas Palomo Linares y, El Cordob¨¦s. No aceptaron y la corrida fue para Barrero, hoy en la cuadrilla de El Ni?o de la Capea. Flores Bl¨¢zquez y Juan Antonio Romero, que en paz descanse. La cosa sali¨® bien, y ese mes traje tres, corridas para Madrid, pero el gran ¨¦xito vino al a?o siguiente, en 1969 cuando Andr¨¦s V¨¢zquez triunf¨® con Baratero?.
Sus toros comenzaron a causar pavor. Sin ir m¨¢s lejos, hace dos a?os, en San Isidro, la corrida no pudo finalizar porque los tres diestros resultaron cogidos. Las carnes de Victorino tambi¨¦n fueron raseladas por uno de sus toros. El 2 de junio har¨¢ trece a?os. No olvida la fecha porque estuvo cuatro meses al borde de la muerte. Recibi¨® nueve cornadas: una de ellas le parti¨® el ri?¨®n en dos: ?Fue un accidente, porque el toro estaba con un semental, no le vi y me ech¨¦ encima de ¨¦l. Cuando quise darme cuenta estaba dando volteretas. Iba con el mayoral, los dos a pie, pero no pudo hacer nada por auxiliarme porque, tambi¨¦n le hubiera cosido a cornadas a ¨¦l. Me salv¨® estar cerca del, r¨ªo que atraviesa la finca, pues como pude me tir¨¦ al agua y all¨ª el toro ya se despist¨®?. Se salv¨® de milagro y, de nuevo. volvi¨® al campo, sin miedo a los toros. ?porque aquello fue un accidente; al toro se le ve en la cara cuando est¨¢ enfadado, y si no lo est¨¢, jam¨¢s ataca en el campo?.
Dice Victorino que sus toros conservan la casta que en otras ganader¨ªas se pierde porque mantiene las vacas que a los toreristas no les gustan: ? Lo primero es el toro y a m¨ª me lleva a la plaza el p¨²blico (no las figuras), que es quien mantiene la fiesta. Con mis toros se puede triunfar y ah¨ª estuvo Andr¨¦s V¨¢zquez y, ahora, Ruiz Miguel; tambi¨¦n supo lidiarles Miguel M¨¢rquez, que precisamente ha vuelto y ma?ana los matar¨¢ en Madrid. Yo digo que, en general, son aptos para todos los que sean profesionales.
La crisis, sin embargo, es real para Victorino: ?Los ganaderos estamos tiesos como mojama por que actualmente no es rentable mantener una ganader¨ªa brava y, adem¨¢s, los toros embisten cada vez menos. Yo, por mi parte, intento poner los medios para superarla. En primer lugar, me acomodo a la situaci¨®n econ¨®mica y no busco en los toros ser millonario, y, en segundo lugar, me niego hacer un toro para servir a los toreros, yo me debo al p¨²blico y no puedo quitar fiereza a mis toros?. Y bien contento que est¨¢ con ellos Victorino ?porque para m¨ª son una obra de artesan¨ªa. hay que estar encima de ellos, atender la calidad y no la cantidad. El toro no puede ser una cosa de f¨¢brica. Yo dispongo de seis, ocho a lo m¨¢s, corridas al a?o. Si atendiera todas las peticiones meter¨ªa cuarenta, cincuenta corridas cada a?o. Pero no me interesa. Igual que vender la ganader¨ªa. Criar toros bravos y ser figura del toreo es lo m¨¢s dif¨ªcil de este mundo, y yo estoy en ello?.
Ma?ana ser¨¢ uno de los d¨ªas grandes de Victorino. Sus toros, en Las Ventas. Y con televisi¨®n, como a ¨¦l le gusta, ?porque es una pena que se quede tanta gente sin ver el acontecimiento ?. Prepar¨® con mucho cuidado la corrida. Est¨¢ elegida desde hace algo m¨¢s de un mes. El confia, sobre todo, en ese n¨²mero veintinueve. No sabe por qu¨¦. S¨®lo que ser¨¢ el mejor. Cuando salga a la arena, Victorino llevar¨¢ ya ni se sabe cu¨¢ntos puros. Y el caso es que no sabe de d¨®nde salen, porque ¨¦l, a lo sumo, lleva s¨®lo uno encima.
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