Desembarco en la Barceloneta
Hasta las Ramblas llegan los ecos de las marchas militares en un ambiente de fiesta espl¨¦ndidamente ambientada por la climatolog¨ªa favorable. En los quioscos de Prensa proliferan las publicaciones y revistas de tem¨¢tica castrense. Todo el abigarrado paisaje humano de estos barrios populares barceloneses vive jornadas de pl¨¦tora por la afluencia de los contingentes que tornaran parte en el desfile de hoy.Los actos de estos d¨ªas cuentan con la presencia como invitados de la Mesa del Congreso y del Senado, as¨ª como con representaciones de las comisiones de Defensa y de las juntas de portavoces de ambas C¨¢maras. Ayer pod¨ªa v¨¦rseles pasear y sentir el halago de ser reconocidos. En la fuente de Canaletas, por ejemplo, Enrique M¨²gica hubo de atender a varios paseantes que se identificaron como militantes del PSC-PSOE.
A mediod¨ªa del s¨¢bado autoridades y parlamentarios acudieron a la playa de la Barceloneta para presenciar una demostraci¨®n anfibia que hab¨ªa despertado mucha expectaci¨®n. Con estricta fidelidad al plan marcado de antemano se efectu¨® un ejercicio de desembarco en la zona de la playa al norte de los Ba?os Orientales, que se encontraban muy concurridos dada la festividad del d¨ªa.
Primero, una embarcaci¨®n navegando a alta velocidad lanz¨® al agua una unidad de buceadores que prepar¨® la demolici¨®n de supuestos obst¨¢culos para el desembarco. Minutos despu¨¦s. un helic¨®ptero realiz¨® otros lanzamientos de nuevos buceadores, con la misi¨®n de colaborar en ese mismo objetivo y abrir el canal de acceso para el desembarco.
Una vez recogidos todos los buceadores por embarcaciones que navegaban a gran velocidad, se efectu¨® la ?demolici¨®n submarina?. La explosi¨®n, a s¨®lo unos metros de la playa, levant¨® el agua por encima de la altura de los edificios, que vibraron sobre sus cimientos por efecto de la onda expansiva. Alguno de los camareros que atend¨ªan a los invitados pens¨® entonces que era el momento del cuerpo a tierra. Mientras, el transporte Galicia lanz¨® los veh¨ªculos anfibios acorazados (LVT's) y dos helic¨®pteros procedieron a desembarcar personal en la playa descolg¨¢ndolo mediante cable. Otros helic¨®pteros efectuaron varios simulacros de ametrallamiento en vuelos rasantes muy espectaculares, que hicieron recordar a los diputados las escenas de la pel¨ªcula Apocalypse Now.
Luego fueron varando los primeros elementos de las compa?¨ªas de asalto en olas sucesivas, seg¨²n el argot de la Armada. As¨ª lleqaron tambi¨¦n a la playa veh¨ªculos y carros de combate, artiller¨ªa de campa?a y equipo pesado auxiliar. El ejercicio se vio dificultado por la limitaci¨®n del teatro de operaciones, condicionado a las caracter¨ªsticas de la playa y zonas terrestres lim¨ªtrofes.
Alaunas de las barcazas de desembarco no guardaron la perendicular en su arribo a la playa y quedaron encalladas por el oleaje. Un oficial coment¨®, quitando importancia al incidente, que as¨ª pasaba en los desembarcos reales, pero al almirante Ar¨¦valo, jefe del Estado Mayor de la Armada, le disgust¨® visiblemente el incidente. El adiestramiento de los infantes de Marina fue muy elogiado, y para todos qued¨® muy claro que mantener su plena operatividad necesita medios que permitan el adecuado entrenamiento.
Todo este programa de actividad militar, el m¨¢s completo desde la instauraci¨®n del D¨ªa de las Fuerzas Armadas -convertido aqu¨ª en Barcelona en una semana de ambientaci¨®n castrense, arropada por el calor popular- presta fuerza pl¨¢stica a los objetivos de la reforma emprendida hace m¨¢s de cinco a?os
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