Estreno en Madrid de una pel¨ªcula del h¨²ngaro Istv¨¢n Szab¨®
Destacado con un premio especial del jurado en el ¨²ltimo Festival de Cannes por su pel¨ªcula Mephisto, el director h¨²ngaro Istv¨¢n Szab¨®, del que hoy se estrena en Madrid La confianza, fue un cineasta conocido por los cin¨¦filos espa?oles de los a?os sesenta por sus primeras obras, La edad de las ilusiones y Aapa (Padre), exhibidas en cineclubes y en las primeras salas de ?arte y ensayo? en momentos en los que la censura espa?ola parec¨ªa comenzar a deponer su car¨¢cter intransigente.
Desde entonces, Szab¨® ha realizado una serie de pel¨ªculas que, sin embargo, no han tenido f¨¢cil acceso a las pantallas comerciales espa?olas, a pesar de haber sorprendido en muchas ocasiones en festivales internacionales. Su pel¨ªcula siguiente, por ejemplo, Film de amor, constituy¨® un notable ¨¦xito en el Festival de Venecia de 1973. Algunos de sus t¨ªtulos siguientes, como La confianza, que hoy se estrena en Madrid, consigui¨® el Oso de Plata del Festival de Berl¨ªn de 1980, y fue una de las cinco candidatas extranjeras al Oscar de Hollywood de ese a?o. Szab¨® es, por tanto, uno de los autores de mayor importancia en la cinematograf¨ªa h¨²ngara.La confianza se sit¨²a en el ambiente de la segunda guerra mundial, ¨¦poca tambi¨¦n elegida por Istv¨¢n Szab¨® para Mephisto. El autor declara que prefiere esos a?os para sus obras, ya que ?no puedo rodar en ambientes que desconozco. Esos a?os me parecen cruciales para determinar nuestro momento hist¨®rico, y pienso que en ellos los nombres se encontraban en una situaci¨®n l¨ªmite que les permit¨ªa. aparecer tal como realmente somos. En ese sentido, La confianza propone el encuentro de dos personajes que se ven obligados a vivir una situaci¨®n poco com¨²n. Sus encuentros, su relaci¨®n, me sirven para exponer mi punto de vista sobre la necesidad que tenemos de confiar unos en otros, de basar en esa confianza nuestra propia seguridad ?.
Tuvimos ocasi¨®n de asistir en Budapest al doblaje de esta pel¨ªcula. Nos sorprendi¨®, en primer lugar, el alto nivel t¨¦cnico de los estudios h¨²ngaros, que no se conformaban con la simple sincronizaci¨®n de las voces, sino que creaban, en una sala de dimensiones m¨¢s que respetables, el ambiente sonoro que tradujera con exactitud las im¨¢genes (siempre en color, incluso en el copi¨®n de trabajo) de la pantalla. El sistema de selecci¨®n de la toma de sonido se hac¨ªa por computador, sin que se rechazara nunca la menor prueba.
Babelia
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