Limites mar¨ªtimos, emigraci¨®n ilegal y Centroam¨¦rica, temas del encuentro Reagan-L¨®pez Portillo
El marco campestre de Camp David, residencia para los fines de semana del presidente de Estados Unidos, relajar¨¢, sin duda, la importante entrevista entre el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y su colega de M¨¦xico, Jos¨¦ L¨®pez Portillo, que llegar¨¢ hoy a Washington para una visita oficial de 48 horas.
Seis horas de conversaciones privadas, que con int¨¦rpretes por medio se reducen a la mitad, parece muy poco tiempo para que Reagan y L¨®pez Portillo puedan tratar en profundidad las cuestiones que ambos han prometido abordar. La agenda incluye temas bilaterales tan espinosos como el diferendo sobre l¨ªmites mar¨ªtimos, la emigraci¨®n ilegal mexicana a Estados Unidos y las dificultades en el comercio mutuo. En el orden internacional tratar¨¢n sobre el conflicto centroamericano y la cumbre Norte-Sur, que se va a celebrar en Canc¨²n (M¨¦xico) el mes de octubre.Una barbacoa en pleno campo festejar¨¢ en la noche del pr¨®ximo lunes la presencia de L¨®pez Portillo en Camp David, situado a unos sesenta kil¨®metros al noroeste de Washington. Es probable que Reagan y L¨®pez Portillo, dos jinetes empedernidos, intercalen la discusi¨®n de los problemas pol¨ªticos con sendos paseos a caballo. L¨®pez Portillo regal¨® un hermoso caballo blanco a Reagan durante la primera entrevista, celebrada hace cinco meses, entre ambos estadistas.
La nueva estrategia pol¨ªtica de la Administraci¨®n Reagan para la zona del Caribe ser¨¢ objeto de debate a alto nivel pol¨ªtico con L¨®pez Portillo. M¨¦xico y Venezuela suponen los dos aliados imprescindibles para Estados Unidos en toda soluci¨®n para la zona de Centroam¨¦rica, a pesar de las claras diferencias entre M¨¦xico y Washington en el caso de El Salvador, por citar un ejemplo.
Dos posturas enfrentadas sobre El Salvador
En torno a Centroam¨¦rica es evidente que los puntos de vista de los dos pol¨ªticos son radicalmente diferentes. Reagan opina que los conflictos existentes son producto de ?la agitaci¨®n comunista manejada desde el exterior?. Su ayuda militar no ser¨ªa sino una operaci¨®n de defensa de los Gobiernos leg¨ªtimos. L¨®pez Portillo, en cambio, entiende que en el origen no hay sino una situaci¨®n de injusticia secular que los propios centroamericanos deben resolver sin intromisiones ajenas. Decidido partidario de la negociaci¨®n en El Salvador, no es probable que L¨®pez Portillo pueda convencer de ello al presidente vecino.El cap¨ªtulo de intercambios comerciales incluye las ventas de petr¨®leo, el convenio pesquero y, en general, la queja mexicana de que, Estados Unidos est¨¢ endureciendo su pol¨ªtica arancelaria. M¨¦xico figura actualmente entre los cuatro primeros compradores de Estados Unidos, mientras que su cartera de ventas se reducir¨ªa cada mes a no ser por el petr¨®leo y el gas natural, que representan dos terceras partes de las exportaciones.
La balanza conmercial presenta un saldo negativo para M¨¦xico de 2.687 millones de d¨®lares. El Gobierno estadounidense no pondr¨ªa reparos a invertir esta situaci¨®n, siempre que fuera a base de aumentar los suministros petroleros de M¨¦xico. Pero el plan energ¨¦tico mexicano establece taxativamente que no se vender¨¢ a ning¨²n pa¨ªs m¨¢s de la mitad de los crudos exportados. En la actualidad, Estados Unidos recibe m¨¢s de 700.000 barriles diarios sobre unas exportaciones totales de 1,5 millones.
Durante la etapa de Carter se lleg¨® a manejar la posible expulsi¨®n masiva de indocumentados si M¨¦xico no acced¨ªa a aumentar sus ventas de petr¨®leo. No parece que este chantaje pueda ser resucitado ahora. La Administraci¨®n Reagan propone un programa de cartas de trabajo temporales para regular este flujo migratorio, imposible de detener ante las dificultades que supone controlar los casi 3.000 kil¨®metros de frontera com¨²n entre Estados Unidos y M¨¦xico.
?Estados Unidos no cerrrar¨¢ sus fronteras con M¨¦xico?, declar¨® recientemente Ronald Reagan en una entrevista televisada. ?Se trata de un pa¨ªs amigo que tiene una tasa de desocupaci¨®n muy fuerte, por eso debe existir una v¨¢lvula de seguridad que actualmente llamamos inmigraci¨®n ilegal?.
Yacimientos estrat¨¦gicos en el mar
El diferendo sobre las fronteras mar¨ªtimas ha sido objeto de una intensa campa?a period¨ªstica, probablemente agitada desde el Gobierno mexicano. La opini¨®n p¨²blica de este pa¨ªs est¨¢ preparada para no aceptar otro arreglo que no sea la ratificaci¨®n estadounidense del tratado que los dos ministros de Exteriores firmaron en mayo de 1979.Detr¨¢s de las reticencias del Senado norteamericano se esconden razones econ¨®micas: la existencia probable de 9.000 millones de barriles de petr¨®leo en la zona mar¨ªtima que el tratado adjudica a M¨¦xico, junto con importantes yacimientos de minerales estrat¨¦gicos. M¨¦xico prefiere que el tema quede en punto muerto antes que renunciar a sus doscientas millas marinas, que est¨¢ dispuesto a vigilar con una marina en fase urgente de modernizaci¨®n.
La pol¨ªtica petrolera de M¨¦xico, con sus 2,7 millones de barriles diarios de producci¨®n en el golfo de M¨¦xico, ser¨¢ examinada dentro el contexto general, de la congelaci¨®n de precios patrocinada por Arabia Saud¨ª en la ¨²ltima reuni¨®n de la OPEP (Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo), hecho de significativa influencia sobre la recuperaci¨®n de la econom¨ªa de Estados Unidos, de la que depende, en definitiva, la supervivencia a largo plazo de la Administraci¨®n Reagan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.