El debutante Jos¨¦ Franco Cadena visita el cielo de Madrid
Est¨¢ bien lo de ?de Madrid al, cielo?, pero tampoco hay que pasarse, como un torero sevillano y debutante llamado Jos¨¦ Franco Cadena, que lo quiso representar a lo vivo con ayuda de los novillos. Y, dada su tenacidad, de la que hac¨ªa gala, lo consigui¨®. De manera que se pon¨ªa terco con lo de ?de Madrid al cielo?, y ?hala!, por los aires sal¨ªa el torero sevillano y debutante Jos¨¦ Franco Cadena, a visitar el cielo de Madrid.
Cinco aterrizajes
Plaza de Las Ventas
Cinco novillos de Ruise?ada, desiguales de presencia, bien armados y astifinos, muy encastados, de interesante juego; segundo de Garc¨ªa de la Pe?a, manso y con problemas. Pascual G¨®mez Ja¨¦n: Pinchazo y media (palmas, y tambi¨¦n pitos cuando saluda). Metisaca, media trasera tendida y dos descabellos (silencio). Fernando Rivera: Estocada enhebrada, cuatro pinchazos y descabello (pitos). Dos pinchazos, otro hondo y descabello (silencio). Jos¨¦ Franco Cadena: Pinchazo, bajonazo, voltereta al sacar la espada, descabello, aviso y otro descabello (ovaci¨®n y salida al tercio). Pinchazo, otro hondo trasero, estocada, aviso con retraso, y cinco descabellos (vuelta).
Cinco veces le vimos volar y, al cabo, aterrizar. Porque es cierto lo del cielo, pero no desmiente el otro aserto que quiz¨¢ ten¨ªa olvidado, m¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda, y la ca¨ªda, por supuesto que era dura: sin red y de coscorr¨®n. Sin embargo, no hubo cornada -el santo del d¨ªa al quite- y el joven torero sevillano y debutante Jos¨¦ Franco Cadena pudo salir por su pie de la plaza; cojeando, pero sali¨®.Por a?adidura, entre ovaciones, que a eso ven¨ªa tambi¨¦n, a triunfar. Tuvo para el empe?o unos novillos que no admit¨ªan bromas. La novillada entera de Ruise?ada fue as¨ª: de casta, nervio y, a veces, genio, fuerte, muy interesante por su comportamiento, noble en conjunto, pero nada f¨¢cil. ?C¨®mo se entiende eso de noble y nada f¨¢cil? Pues ha de entenderse en el sentido de que, a salvo excepciones, tomaban Ia muleta en derechura y bien humillada cerviz, mas con tal fuerza y codicia que s¨®lo manos expertas, coletudos de bien aprendido oficio, pod¨ªan embarcar con desahogo las acometidas.
Un cornal¨®n polvorilla
O quiz¨¢ ni eso, pues placeado novillero como Pascual G¨®mez Ja¨¦n, a quien correspondi¨® en primer lugar un cornal¨®n animalito de extraordinaria fijeza, pero que a su vez era un polvorilla, hubo de construir una faena atropellada en la que aceleraba las suertes y los enga?os pocas veces pod¨ªan recrear el toreo de sentimiento. Empez¨® G¨®mez Ja¨¦n de rodillas, muy valiente, saliendo a los medios, y de rodillas termin¨®, para la cuesti¨®n del capic¨²a. En su otro enemigo, el de m¨¢s trap¨ªo, que desarrollaba sentido, prob¨® cuanto hab¨ªa que probar, pero los peligros superaban a su voluntad y acab¨® macheteando a dos manos con eficacia.
Lidia anodina
Asimismo result¨® dif¨ªcil el segundo, de Garc¨ªa de la Pe?a, por su tendencia a probar las embestidas, a quedarse en la suerte, a tirar derrotes, e hizo imposible la faena que pretend¨ªa administrarle Fernando Rivera. El quinto, en cambio, de condici¨®n quedadote, ten¨ªa nobleza, y el diestro de San Mart¨ªn le porfi¨® much¨ªsimo a lo largo de un trasteo interminable y anodino, lleno de derechazos y naturales que no dec¨ªan nada.La gente con quien estaba es con Jos¨¦ Franco Cadena, que protagoniz¨® dos esperas a porta gayola, lance¨® de capa con dudoso gusto, escasa t¨¦cnica y menos quietud, y en la muleta demostr¨® un valor estoico. Sus dos novillos resultaron nobles, encastados y fuertes. El ¨²ltimo, con tanto Poder que volte¨® al caballo en la primera vara, y manso de los que esperan, hizo pasar las de Ca¨ªn a los banderilleros. A estos galanes, Jos¨¦ Franco Cadena los pas¨® de muleta acentuando en cada suerte el alarde de valor. Y as¨ª, en un par¨®n, por aguantarlo, lleg¨® la primera voltereta morrocotuda. Poco m¨¢s tarde, en un desplante, le dio la vena amorosa, fue a besar al novillo en el testuz y ¨¦ste, que primero levant¨® el morro fingiendo que aceptaba el beso y que ser¨ªa de tornillo, cuando ya ten¨ªa acaramelada a su medida naranja; le peg¨® un testarazo bestial (cierto: algunas son como novillos) y la mand¨® por los aires, a la altura de las filas de tendido.
Cogida en tres tiempos
Despu¨¦s de un bajonazo quiso el debutante sacar el estoque a cuerpo limpio y se llev¨® otro volteret¨®n escalofriante. En el sexto, cuando mejor toreaba, sufri¨® una cogida espantosa, en tres tiempos, con pirueta combinada de Fossbury-flop y rodillo ventral, suspensi¨®n entre las astas, ca¨ªda sin red, pisotones, derrotes, nuevo enganch¨®n, otra voltereta... ?Horrible! Pero no hubo cornada, se incorpor¨® tan ufano, continu¨® arrim¨¢ndose, y el p¨²blico, a todo esto, en pie, ech¨¢ndose las manos a la cabeza. Don Mariano, que siempre presumi¨® de republicanote y ateo, musitaba jaculatorias, y un mudo dijo: ?Madre m¨ªa?. Volver¨¢, debe volver este torero sevillano a Madrid, que bien se lo ha ganado despu¨¦s de visitar el espacio a¨¦reo. Se hace llamar, para que no haya dudas sobre su identidad, Jos¨¦ Franco Cadena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.