La econom¨ªa italiana, pendiente de la incierta salud de Fiat
La econom¨ªa italiana est¨¢ pendiente de la incierta salud de Fiat. La multinacional de los hermanos Agnelli. que es la mayor industria privada italiana y la tercera firma automovil¨ªstica mundial, ha aventajado este a?o a la americana Ford en sus ventas europeas -en abril alcanz¨® el 14.21% de las ventas (un punto m¨¢s que la empresa norteamericana)-, y en el mercado alem¨¢n s¨®lo ha sido superada por la rival francesa Renault. A pesar de este balance, la Fiat se encuentra asediada por tensiones laborales,
?Est¨¢ o no est¨¢ en crisis Fiat, considerada hoy la ¨²nica fuerza industrial itallanla en medio de un desierto creado por la decadencia y la crisis de los antiguos gigantes industriales, empezando por la qu¨ªmica?. Se podr¨ªa decir que, como siempre, Fiat es en Italia un s¨ªmbolo, m¨¢s que una empresa. Es como la gran madre, que desencadena odios y grandes amores. Da cora e su arrogancia ancestral y da miedo una posible crisis de ese gran seno bueno, como dir¨ªan los psicoanalistas, que da hoy de comer a 360.009 familias. Por eso hasta los comunistas est¨¢n siempre muy atentos al fen¨®meno Fiat. Mientras Enrico Berlinguer, secretario general del partido comunista, que es en fuerza electoral el segundo del pa¨ªs, lleg¨® en octubre pasado a amenazar a Aenelli con la ocupaci¨®n de las f¨¢bricas por parte de los obreros ante las duras tensiones laborales, los comunistas promovieron al mismo tiempo en toda Italia una amplia e importante investigaci¨®n entre los obreros para estudiar la crisis de Fiat.
Se acusa a Fiat de llorar miserias ante el poder pol¨ªtico para obtener ayuda y al mismo tiempo de explotar los mercados del Tercer Mundo o de retirarse sin respeto de aquellos pa¨ªses donde, seg¨²n ?huele a chamusquina? o teme futuras tensiones laborales, como en Espa?a.
Una aut¨¦ntica cama
De lo que no cabe duda es que en este pa¨ªs Fiat est¨¢ ¨ªntimamente unida a la historia italiana de los ¨²ltimos veinte a?os. Hay quien llega a decir que la familia Agnelli, con su pol¨ªtica del autom¨®vil, que ha llevado a la creaci¨®n de la mayor red de autopistas de Europa, ha cambiado radicalmente la vida del itallano. Se le adjudica desde la ?revoluci¨®n sexual? hasta la ?secularizaci¨®n? de un pa¨ªs que gracias a Flat pasa r¨¢pidamente de agricultor a industrializado. Cuando Fiat lanza su coche m¨¢s peque?o, pero m¨¢s famoso, el Topolino, es como un terremoto en el pa¨ªs. Se abandona la bicecleta y la moto y se crea una nueva clase social: los automovilistas pobres. Los j¨®venes educados en f¨¦rreas reglas morales en el campo sexual encuentran en el coche la libertad en sus relaciones. Se le llega a llamar al autom¨®vil ?la cama de los j¨®venes?. Entonces Agnelli no se lo pensaba siquiera. Hoy, despu¨¦s de aquella experiencia, ha lanzado el coche Panda, estudiado exprofeso para que pueda convertirse, para los j¨®venes, en una ?aut¨¦ntica cama?.
Con el coche familiar se da un paso m¨¢s en la revoluci¨®n social del pa¨ªs: las familias se mueven, descubren Italia, las vacaciones, el austo de gastar el dinero. Y con el coche nacen otras exigencias: el consumismo desenfrenado. Y nuevas exigencias de clase: a mayor motor, mayor prestigio, y a modelo m¨¢s moderno de coche, mejor posici¨®n moral. Se llega a decir que el italiano ama y cuida m¨¢s su coche que a su mujer. Aqu¨ª coche es femenino (la machina), y hasta un famoso psic¨®logo ha querido descubrir en este cari?o por la machina como una proyecci¨®n de un amor inconsciente por la familia Agnelli, la gran madre. Fiat tambi¨¦n es femenino (la Fiat). Por eso, dice el psic¨®logo, cuando a un italiano le rozan el coche se enfurece y grita, se descompone, o llora, o blasfema, como si hubieran insultado a su misma madre.
La salud del gigante
Se asegura que en ning¨²n pa¨ªs como en Italia todas las ventajas y defectos de la industrializaci¨®n est¨¢n unidos a la socializaci¨®n del coche. Y aquel coche es Fiat.
Pero hoy, que el petr¨®leo est¨¢ poniendo en grave crisis el autom¨®vil y el consumismo y que Fiat empieza a temblar y a Agnelli se le ha puesto el pelo blanco y ha amenazado m¨¢s de una vez con cerrar su tienda y escapar al extranjero, se mira a Fiat como a un viejo gigante que puede caerse. Los despidos, los miles de trabajadores puestos en paro forzoso, los llantos de Agnelli son, al mismo tiempo, los primero s¨ªntomas de un imperio que se derrumba y de una crisis del pa¨ªs que podr¨ªa ser tambi¨¦n pol¨ªtica y cultural y hasta de r¨¦gimen. Y hay como una voluntad de que no se conozca realmente la situaci¨®n del viejo gigante Fiat. Mientras un d¨ªa se hable de una Fiat que se va a renovar para volver a recobrar su viejo esplendor con las nuevas tecnolog¨ªas avanzad¨ªsimas, para salir al paso de las nuevas exigencias del autom¨®vil del futuro, al d¨ªa siguiente se amenazaba con cerrar si el Estado no la ayuda.
Actualmente Fiat es una gran multinacional. Trabaja en once sectores simult¨¢neamente: desde autom¨®viles hasta hoteles. Cuenta con seiscientas sociedades que trabajan con ella en todo el mundo. Produce anualmente 1.493.700 coches. En 1899 hab¨ªa producido s¨®lo ocho.
Veh¨ªculos industriales, 115.700; tractores agr¨ªcolas, 59.200; m¨¢quinas excavadoras, 9.182, Iingotes de acero, 2.112.000. Posee hasta siete casas editoriales y dos diarios, uno de ellos conocido en todo el mundo, La Stampa. Actualmente da trabajo a 360.009 personas.
Hasta los cr¨ªticos m¨¢s ben¨¦volos con Fiat confirman que el gran imperio de Fiat se hab¨ªa dormido en el campo del autom¨®vil, que no ha sabido prever la crisis que iba a producir en este campo el problema de la energ¨ªa, que no est¨¢ preparada para hacer frente a la competencia de empresas mucho m¨¢s avanzadas en este sector, como las japonesas y norteamericanas. Pero Fiat acusa al mismo tiempo al Estado porque, seg¨²n Agnelli, en ninguna parte del mundo se ha gastado menos dinero p¨²blico que en Italia para proteger la investigaci¨®n tecnol¨®gica del autom¨®vil. En los ¨²ltimos meses, exactamente desde octubre del a?o pasado, se ha desencadenado una dura lucha dentro de Fiat a causa de los graves conflictos laborales internos. Y est¨¢ en marcha un duro pulso entre la empresa y los grandes sindicatos. En medio est¨¢ el Gobierno, entre la espada y la pared.
Precisamente en el caso Fiat, en octubre pasado los tres grandes gremios sindicales -CISL, CGIL y UIL- han obtenido la mayor derrota de su gloriosa historia. En Tur¨ªn desfilaron en octubre por las calles 40.000 empleados y obreros cualificados como proi.esta contra los grandes sindicatos despu¨¦s de 33 d¨ªas de huelga. Ped¨ªan volver al trabajo, y acusaban de ?traidores? a los sindicatos oficiales. Lo que dej¨® helada a la izquierda fue que entre los manifestantes, hab¨ªa m¨¢s de un viejo comunista.
Los secretarios generales de las tres organizaciones siridicales fueron abucheados, empezando por Luciano Lama. Algunos recibieron hasta bofetadas. A uno de ellos tuvo que salvarlo la polic¨ªa.
La tensi¨®n hab¨ªa nacido porque Fiat hab¨ªa despedido a 61 obreros acusados de ?terrorismo?, es decir, de connivencia con las Brigadas Rojas. M¨¢s tarde quiso poner en paro forzoso, sin espcianzas de ser reabsorbidos, a 17.000 trabajadores. Dur¨® la lucha entre Fiat, sindicatos y Gobierno m¨¢s de un mes. Se lleg¨® a un compromiso: entrar¨ªan en ?caja de integraci¨®n?, es decir, pagados al 80% del sueldo por un fondo en el que participa el Estado, la Confindustria y la empresa, por un tiempo indeterminado. A los que no encontraran trabajo en otras empresas, Fiat se compromet¨ªa a integrarlos de nuevo en sus diversos sectores de actividad.
La batalla pol¨ªtica
Sigue en pie la tensi¨®n entre Fiat y sindicatos. Actualmente, seg¨²n los sindicatos, el triunfo de Fat, que es el mayor vendedor de autom¨®viles de Europa, tiene un nombre bien claro: 23.000 obreros en paro indeterminado desde octubre, m¨¢s 60.000 que se les dej¨® en casa durante una semana el mes pasado para frenar la producci¨®n, m¨¢s un clima de miedo a perder el puesto que ha hecho bajar del 18 % al 5 % el absentismo en las f¨¢bricas. ?La gente?, dicen los sindicatos, ?va a trabajar enferma, por miedo al despido?. Se ha disminuido la conflictividad interna porque, seg¨²n los sindicatos, con la excusa de echar a los sospechosos de colaboraci¨®n con los terroristas se ha despedido a los m¨¢s activistas de la izquierda. Por eso, los tres gremios sindicales -CISL, CGIL y UIL- han vuelto a movilizar a los obreros de Fiat ante la inminente renovaci¨®n del contrato. Para recuperar la derrota de octubre acaban de organizar una manifestaci¨®n sindical unitaria en Tur¨ªn. Seg¨²n Fiat ha sido un fracaso, porque salieron a la manifestaci¨®n s¨®lo 4.000 obreros en vez de los 40.000 contra los sindicatos en octubre. Seg¨²n el sindicato, ?fue ya un ¨¦xito si se tiene presente el clima que desde hace meses se respira en Fiat, con miedo al despido, al paro, a las amenazas?. Los manifestantes desfilaron por las calles de Tur¨ªn con un cartel enorme en el que iban escritos los nombres de los 23.000 obreros pr¨¢cticamente suspendidos de su trabajo, ya que los sindicatos temen que Fiat no respete el pacto de reabsorverlos en su empresa. Se habla de que en realidad Agnelli, para salvarse de la crisis y para que su empresa se mantenga a flote, tiene ya decidido despedir definitivamente a 50.000 trabajadores.
De hecho, el jueves pasado el diario de econom¨ªa Il Sole-24 Ore escrib¨ªa que el ¨¦xito de Fiat. que se ha convertido de nuevo en el primer vendedor de autom¨®viles en Europa, se debe ?a que Fiat ha logrado cambiar el ambiente interno de la f¨¢brica: menos conflictividad, menos absentismo y mayor rendimiento?.
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