Las obras en la calle del Ferrocarril duran ya tres a?os
La calle del Ferrocarril, una de las m¨¢s bonitas de Madrid, seg¨²n la opini¨®n de sus propios vecinos, lleva tres a?os soportando obras de envergadura, para las que se ha tenido que levantar todo el suelo de su paseo central, hasta dejar al descubierto la v¨ªa f¨¦rrea subterr¨¢nea que pone en comunicaci¨®n las estaciones de Delicias con la de Las Pulgas. En una carta reciente, el presidente del Consejo de Administraci¨®n de Renfe, Alejandro Rebollo, contesta al requerimiento de los vecinos, en el sentido de que las obras siguen paralizadas y ?es imposible en estos momentos fijar la fecha en que se pueda pa vimentar de nuevo el paseo central?. En su escrito de contestaci¨®n, el se?or Rebollo explica que la reanudaci¨®n de las obras depende de la comisi¨®n mixta Renfe-Ayuntamiento, y que a¨²n no est¨¢n terminados los estudios de reparaci¨®n del tramo m¨¢s peligroso ni se sabe la fecha en que pueden estar listos.
Seg¨²n la documentaci¨®n facilitada por los vecinos afectados, hace tres a?os que una brigada de obreros levant¨® el pavimiento del paseo central, y en poco tiempo dejaron al descubierto la v¨ªa f¨¦rrea citada. Pocas semanas despu¨¦s, la marcha de las obras comenz¨® a languidecer, hasta que hace dos a?os se paralizaron definitivamente. En octubre del a?o pasado, otra cuadrilla de trabajadores se afan¨® en levantar una cerca met¨¢lica a lo largo de todo el anterior paseo central, y ya no se ha vuelto a trabajar.
En sus cartas enviadas al ministro de Transportes, Jos¨¦ Luis Alvarez, que era alcalde de Madrid en el inicio de las obras, se citan detalla damente ?los perjuicios morales, f¨ªsicos, econ¨®micos y de toda ¨ªndole? que vienen padeciendo desde entonces. Las molestias a los vian dantes, que antes pod¨ªan atravesar la calle por cualquier punto del paseo, y que ahora se ven obligados a dar la vuelta a toda la valla, la desaparici¨®n de una zona de esparcimiento popular, ya que el antiguo paseo, arbolado, era un lugar de encuentro de la gente del barrio y zona de juegos para los ni?os; los perjuicios a los comerciantes de la calle, la proliferaci¨®n de ratas, que han venido como consecuencia de dejar la v¨ªa f¨¦rrea al aire libre, los ruidos de los trenes al circular, so bre todo por la noche, y, en suma, haber perdido la est¨¦tica de una calle bien cuidada, agradable para el vecindario, que ahora no es sino un c¨²mulo de molestias.
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