El muchacho encontrado ahorcado en el hospital del Ni?o Jes¨²s fue asesinado previamente, seg¨²n el abogado de la familia
El muchacho de catorce a?os, cuyo nombre responde a las iniciales D. G. B., que fue encontrado ahorcado el pasado d¨ªa 7 en un edificio del complejo del hospital del Ni?o Jes¨²s, ?fue asesinado previamente?, seg¨²n manifest¨® categ¨®ricamente a este peri¨®dico el abogado de la familia, Manuel Tuero. Por otra parte, el juez de instrucci¨®n que lleva las diligencias del caso, se?al¨® que el suceso no estaba claro y que necesitaba obtener los resultados de unos an¨¢lisis toxicol¨®gicos espec¨ªficos y de las v¨ªsceras que hab¨ªa pedido al m¨¦dico forense que realiz¨® la autopsia, Modesto Rodr¨ªguez Pi?ero.
El muchacho, fuerte y de complexi¨®n atl¨¦tica, seg¨²n las descripciones de algunos de sus compa?eros de colegio, fue encontrado ahorcado, desnudo, en el tercer piso del hueco del ascensor de un edificio abandonado, que nunca lleg¨® a terminarse, y que est¨¢ bajo la tutela del hospital del Ni?o Jes¨²s. En un principio, las investigaciones de la polic¨ªa y los signos externos que presentaba el cuerpo parec¨ªan indicar que se trataba de un suicidio, pero esta hip¨®tesis no parece nada probable.El joven presentaba, en el momento en que fue encontrado muerto, un ¨¦xtasis sangu¨ªneo en las piernas, efecto propio de una persona que lleva colgada alg¨²n tiempo, pero, por el contrario, no presentaba, seg¨²n se?alaron a este peri¨®dico varios expertos, signos propios de un ahorcado, como la lengua fuera, los ojos desorbitados, etc¨¦tera.
Las versiones obtenidas por EL PAIS sobre las condiciones en que fue encontrado el cad¨¢ver var¨ªan considerablemente. Por un lado, el director en funciones del citado hospital, doctor Jos¨¦ Manuel Tabuenca, se?al¨® a este peri¨®dico que el ni?o no presentaba se?ales externas de que se le hubiera aplicado alg¨²n golpe, mientras otras personas indicaban que en el cuerpo se observaban hematomas y signos de haberle arrastrado y golpeado antes de colgarle, lo que parece desmentir la primera hip¨®tesis que se manten¨ªa: un suicidio.
Mutismo y confusi¨®n
Las investigaciones policiales y m¨¦dico-forenses realizadas por Rodr¨ªguez Pi?ero, as¨ª como todo tipo de opiniones sobre el suceso, tanto en los medios familiares como de las personas involucradas en el caso, se manten¨ªan bajo el mutismo y el sigilo m¨¢s absoluto. Ahora, al parecer, el hecho comienza a aclararse y todas las impresiones reflejan que lo ocurrido no es un suicidio, sino que se trata de un asesinato, y hasta puede que de un crimen ritual
El cad¨¢ver del muchacho fue encontrado por su hermano, Enrique, y un amigo suyo que, observando el retraso de ¨¦ste, hab¨ªan decidido salir a buscarle. Tambi¨¦n otros j¨®venes, de los muchos que merodean por el ruinoso edificio, se dieron cuenta despu¨¦s de que el muchacho estaba all¨ª colgado. El espect¨¢culo no era nada agradable.
D. G. B. hab¨ªa salido de su casa por la ma?ana y no volvi¨® a aparecer. La polic¨ªa est¨¢ investigando, en estos momentos, qu¨¦ ocurri¨® en ese espacio de tiempo, pero todav¨ªa no tienen pistas concretas.
Sobre las seis de la tarde, se presentaron en el lugar de los hechos varios inspectores de polic¨ªa de la comisar¨ªa de la Estrella, el padre del muchacho, su hermano, el juez de guardia, el forense, el director en funciones del hospital y otras personas que tuvieron conocimiento de lo ocurrido, entre ¨¦stas, un celador del centro, Luis Mart¨ªnez. R¨¢pidamente se procedi¨® al levantamiento del cad¨¢ver, que, poco despu¨¦s, fue trasladado al Instituto Anat¨®mico Forense, donde le fue practicada la autopsia.
Los padres y familiares del chico muerto, as¨ª como la polic¨ªa, mantuvieron bajo riguroso silencio todo lo ocurrido. La Prensa desconoc¨ªa el hecho, y la Jefatura Superior de Polic¨ªa, que tiene por norma no facilitar informaci¨®n sobre suicidios, no hab¨ªa hecho p¨²blico el tema.
Ahora, los rumores que circulan en torno al extra?o caso abordan un sinn¨²mero de posibilidades: drogas, venganzas entre j¨®venes, homosexualismo y hasta cr¨ªmenes rituales en un edificio sin vigilancia que est¨¢ tomado por decenas de j¨®venes como refugio particular.
La confusi¨®n es la ¨²nica conclusi¨®n que se obten¨ªa de este acto.
Puestos en contacto con Julio L¨®pez Oruez¨¢bal y Luis L¨®pez Mora, con larga experiencia en el Tribunal Tutelar de Menores, manifestaban que en los cerca de treinta a?os que llevan estudiando estos temas s¨®lo han conocido, como mucho, tres suicidios de muchachos. Seg¨²n las estad¨ªsticas, son muy extra?os estos tipos de casos. Unicamente son motivados por dramas familiares debidos a problemas de falta de afecto, desatenci¨®n, malos tratos o desolaci¨®n, signo que no parecen observarse en este caso.
El padre del muchacho es un conocido psiquiatra y psic¨®logo. Su familia pertenece a la clase media-alta y bien acomodada en un piso situado junto al parque del Retiro.
El muchacho, D. G. B., estudiaba actualmente en un colegio situado en la colonia de El Viso: el Gymnasium Espa?ol. Estaba estudiando el s¨¦ptimo curso de Ense?anza General B¨¢sica y, seg¨²n comentaron a este peri¨®dico algunos de sus compa?eros, ?era un buen chico?.
Sus ¨ªntimos amigos no estudiaban en el mismo colegio, por lo que no sol¨ªa tener excesivo contacto con sus compa?eros de clase. Solamente manten¨ªa la relaci¨®n l¨®gica entre estudiantes. Tampoco hablaba mucho con ellos, y ?las chicas no le ten¨ªan mucha simpat¨ªa?, seg¨²n manifestaba uno de los compa?eros, quien adem¨¢s se?alaba que ?normalmente llevaba colgada una insignia de la Falange?.
El a?o anterior, el joven fallecido hab¨ªa dejado de cursar sus estudios en el colegio de Santa Mar¨ªa del Pilar. Por un lado, la polic¨ªa se?alaba que el ni?o hab¨ªa sido expulsado del colegio por alg¨²n ?extra?o? incidente, mientras el director del citado centro, Jos¨¦ Ram¨®n Sebasti¨¢n de Erice, afirmaba que ?no fue exactamente una expulsi¨®n, sino que sus padres optaron por sacarle del colegio?, debido, posiblemente, a alg¨²n toque de atenci¨®n.
El colegio de El Pilar es famoso en Madrid porque la mayor¨ªa de sus ex alumnos son ahora destacadas personalidades en el mundo de la pol¨ªtica, la econom¨ªa, la cultura, etc¨¦tera, importantes directores de partidos pol¨ªticos, empresas, peri¨®dicos y televisi¨®n.
La moda de estudiar en este colegio no parece que haya finalizado y la elite madrile?a sigue llevando a sus hijos al centro.
D. G. B. sali¨®, expulsado o retirado, del citado colegio. Un a?o despu¨¦s ha aparecido ahorcado sin que, por el momento, nadie conozca qui¨¦n y por qu¨¦ realiz¨® tal acto.
Un edificio abandonado
El edificio donde se encontr¨® el cuerpo ahorcado del muchacho, aunque todav¨ªa pertenece al Ministerio de Educaci¨®n, est¨¢ bajo la tutela de la direcci¨®n del hospital, del Ni?o Jes¨²s y situado detr¨¢s de este centro. Solamente se necesita una firma para que este conjunto de ladrillos, abandonado y sin vigilancia, refugio eventual de drogadictos y pandillas de j¨®venes que en muchos casos son delincuentes, pase a ser propiedad del hospital.
Angel Crespo, director del centro, informaba a El PAIS que este edificio hab¨ªa sido tomado por decenas de j¨®venes, quienes hac¨ªan ?de todo?, y esta situaci¨®n hab¨ªa sido denunciada, rcpetidas veces, al Instituto Nacional de la Salud (Insalud), sin que, hasta ahora, se tengan noticias de que hayan sido tomadas medidas al respecto. Adem¨¢s, existe un importante riesgo de infecciones, cuando a muy pocos metros de ¨¦ste se encuentra el centro hospitalario.
La situaci¨®n ha llegado, algunas veces, hasta el punto de que se han detectado all¨ª exhibicionistas que incluso llegaban hasta el propio hospital y se presentaban a las enfermeras. La polic¨ªa ha encontrado vestigios de que el edificio era frecuentado por personas. Exist¨ªan restos de cigarros, porros, etc¨¦tera.
Ahora, abandonado y semirruinoso, ser¨ªa ?muy aprovechable por el hospital para anipliar sus servicios?, seg¨²n Crespo.
Las obras que comenzaron a realizarse all¨ª para construir un centro para minusv¨¢lidos fueron paralizadas hace cerca de diez a?os. Todav¨ªa siguen igual. Los bomberos han tenido que sacar del lugar muchas veces a muchachos drogados y casi inconscientes.
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