Las autoridades yugoslavas

se distinguen por mantener un cierto tono liberal con las artes, tanto ante las de expresi¨®n pl¨¢stica como frente a las de creaci¨®n musical. Pero a veces se producen graves excepciones, como la que se acaba de anotar en la localidad de Kanjiza, en la provincia aut¨®noma de Voivodina. All¨ª, un grupo de profesores de una escuela secundaria han sido excluidos de la Liga Comunista por escuchar m¨²sica de Juan Sebasti¨¢n Bach.

Al parecer, esta intransigencia es reflejo de las tensiones existentes entre el Estado yugoslayo y la Iglesia cat¨®lica, acusada de fomentar el esp¨ªritu nacionalista de las nacionalidades de esa confesi¨®n. Entre las nacionalidades cat¨®licas se halla la croata.

Seg¨²n el corresponsal de Efe en Belgrado, los incidentes que siguieron al concierto de Bach se produjeron el pasado mes de marzo, despu¨¦s de estallar los disturbios de la regi¨®n de Kossovo. El d¨ªa 12 de ese mes se celebraba un festival de ¨®rgano en la parroquia cat¨®lica de Horgos Interpretaba una alumna de la citada escuela secundaria. La joven invit¨® a sus profesores y ¨¦stos se plantearon la posibilidad de acudir al concierto. Hubo una votaci¨®n y de ella result¨® que una mayor¨ªa de doce profesores pertenecientes al partido decid¨ªa, frente a la opini¨®n contraria de cuatro m¨ªlitantes, que era conveniente escuchar a Bach. Luego vendr¨ªa la sanci¨®n, a pesar de que los infractores de las normas de la Liga Comunista se defendieron diciendo que se hab¨ªan ahorrado la misa y s¨®lo hab¨ªan escuchado la interpretaci¨®n de Bach.

Emilia Sala, una de las expulsadas de la Liga, ha declarado: ?Durante la misa no entramos en la Iglesia, y estuvimos esperando fuera, pero cuando empez¨® a sonar el ¨®rgano fue maravilloso. No entiendo lo ocurrido, pues me comport¨¦ como una buena comunista y al entrar en la Iglesia no pens¨¦ en Dios?.

El mariscal Tito tuvo m¨¢s suerte hace a?os cuando visit¨® la Uni¨®n Sovi¨¦tica y fue invitado a escuchar un concierto de ¨®rgano, con m¨²sica de Bach, en la catedral de Riga. El concierto dur¨® quince minutos, pero por expreso deseo del fallecido l¨ªder yugoslavo ¨¦l ¨®rgano sigui¨® sonando media hora m¨¢s. Tito toler¨® muy bien a Bach.