Los servicios de inspecci¨®n de los ministerios son escasos y mal utilizados

El Consejo de Ministros abord¨®, el viernes, el tema de la protecci¨®n de la salud de los consumidores, con el fin de aunar los servicios de inspecci¨®n de los ministerios relacionados con temas de alimentaci¨®n, como Sanidad, Econom¨ªa y Comercio y Agricultura. Hasta que la mal llamada neumon¨ªa at¨ªpica se cobr¨® 57 vidas, la Administraci¨®n no ha visto la necesidad de coordinar estos servicios con el fin de paliar las grandes deficiencias que sufren.Ante el caso de la adulteraci¨®n del aceite de oliva con aceite de colza t¨®xico y el fallo de inspecci¨®n que ha revelado, los ministerios implicados se han defendido escud¨¢ndose en la falta de medios humanos, pero no es tan grave este hecho como la ausencia de una labor conjunta que ha llevado a una interferencia de competencias y la mala utilizaci¨®n, o no utilizaci¨®n, de los recursos existentes.

El tema del control y vigilancia de los alimentos se rige por tres normas distintas seg¨²n que ministerio. El de Comercio ser¨ªa el en cargado de la aplicaci¨®n de sanciones por infracciones cometidas en materia de disciplina de mercado; su labor, en t¨¦rminos populares, seria la de ?leer, pesar y medir?. Para ello cuentan con cuarenta inspectores en Madrid y provincia, aunque, seg¨²n las declaraciones del ex presidente de la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios, Garc¨ªa Pablos, el n¨²mero es tan s¨®lo de veinte y sin ning¨²n veh¨ªculo para prestar su servicio. Para toda Espa?a, el n¨²mero de inspectores es de cuatrocientos, y el presupuesto global asciende a sesenta millones.

La labor de estos inspectores, as¨ª como su formaci¨®n t¨¦cnica, arrastra todav¨ªa reminiscencias del pasado, cuando los inspectores de Comercio se dedicaban a perseguir el estraperlo; desde entonces sus m¨¦todos no han variado sensiblemente. La mayor multa que pueden imponer como sanci¨®n administrativa es de medio mill¨®n de pesetas.

Por su parte, la normativa que afecta a Agricultura le da poder para reprimir e inspeccionar los fraudes en los productos agrarios, mientras que Sanidad tiene competencia para el control y la vigilancia de los alimentos desde el punto de vista de protecci¨®n de la salud.

El argumento m¨¢s esgrimido por las autoridades de los distintos ministerios, a la hora de descargarse de culpas, es la falta de presupuestos que ayuden a ampliar las plantillas de las distintas inspecciones. Se da el caso, por ejemplo en Sanidad, que en fechas de verano tiene que redoblar los servicios en la zona litoral a costa de los inspectores del interior, con lo que casi dejan desabastecidas de servicios las ciudades que no est¨¢n situadas en la costa.

A nivel global, en todo el pa¨ªs existen unos 8.000 veterinarios en funciones de inspecci¨®n pertenecientes a los ministerios de Agricultura y Sanidad, 3.000 farmac¨¦uticos de inspecci¨®n de las delegaciones, 5.000 inspectores qu¨ªmicos de aduanas, ayuntamientos y Ministerio de Agricultura; quinientos qu¨ªmicos de alimentaci¨®n, doscientos ingenieros agr¨®nomos y veinte bi¨®logos.

Las cifras resultan rid¨ªculas si se piensa en un pa¨ªs de 36 millones de habitantes, que aumenta sensiblemente de poblaci¨®n en los meses de verano. Sin embargo, no es tan grave la falta de medios como el mal uso que de ellos se hace. Esto lo han denunciado los mismos profesionales, como los farmac¨¦uticos, quienes ayer mismo manifestaron, en una conferencia de Prensa, que, a pesar de ser pocos los profesionales que trabajan en el control sanitarios, ellos, como cuerpo, eran subvalorados.

Esta mala utilizaci¨®n se ha hecho patente con la investigaci¨®n de la toxicidad del aceite de colza, donde en ning¨²n caso se ha contado con los laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas ni con el Instituto de la Grasa de Sevilla, uno de los mejores dotados de toda Europa.

Para colmo, se ha dado el caso de que, mientras se produc¨ªa la intoxicaci¨®n por el aceite de colza, las inspecciones provinciales de Sanidad se encontraban -como a¨²n siguen- en proceso de transferencia a las autonom¨ªas. hecho que sin duda resta eficacia a su funcionamiento habitual.

Es curioso, sin embargo, que mientras la Jefatura de Comercio Interior cuenta con cuarenta inspectores, seg¨²n sus fuentes -veinte, seg¨²n los consumidores-, el Ayuntamiento de Madrid tiene una dotaci¨®n de 75 inspeciores de abastos con ocho unidades m¨®viles, de los cuales M han pasado a formar parte de las juntas municipales de distrito.