Impacto previsible del cierre de la M-30
La oposici¨®n al cierre de la M-30 por la zona de la Vaguada cuenta con varios a?os de lucha, paralela a la lucha contra la construcci¨®n del centro comercial. La amenaza se cierne sobre varios barrios: El Pilar, Pe?a Grande-Lacoma, Ciudad de los Periodistas y zonas pr¨®ximas, Pe?a Chica, Puerta de Hierro y Saconia..., pero tambi¨¦n afectar¨ªa, en menor grado, a Fuencarral, Mirasierra, Altamira, etc¨¦tera.Esta oposici¨®n se argumenta con una serie de razones. Entre ellas: la gran densidad de poblaci¨®n de la zona (la m¨¢s alta de Europa), la incomunicaci¨®n que producir¨ªa en ella y la contaminaci¨®n que originar¨ªa. El cierre cumplir¨ªa fundamentalmente un objetivo: la expansi¨®n del centro comercial de la Vaguada.
Seg¨²n todos los proyectos de cierre, en versi¨®n m¨¢s r¨¢pida o m¨¢s lenta, la autopista discurrir¨ªa en todo su recorrido por una depresi¨®n a lo largo de una zona densamente poblada, sin que pueda pensarse en una protecci¨®n vegetal, salvo un peque?o tramo por Puerta de Hierro, sufriendo un estrangulamiento precisamente en la Vaguada, la zona m¨¢s poblada.
No se puede calcular con exactitud el volumen de tr¨¢fico que soportar¨ªa: las estimaciones m¨¢s solventes hablan de 50.00,0 a 80.000 veh¨ªculos/d¨ªa" y se piensa que atraer¨ªa tanto tr¨¢fico que se saturar¨ªa pronto, sin posibilidad de ensanche.
Dejando a un lado los accidentes fortuitos, como atropellos, y los inherentes a la circulaci¨®n de veh¨ªculos peligrosos, como cisternas con substancias inflamables, -vamos a tratar de evaluar la diversidad de contaminantes que se eliminar¨ªan por los tubos de escape de los veh¨ªculos, y que en su mayor parte se estacionar¨ªan en la zona o alimentar¨ªan la atm¨®sfera de Madrid debido a la disposici¨®n topogr¨¢fica del terreno, al r¨¦gimen de vientos y a las elevadas temperaturas de que gozamos. Los autom¨®viles emiten mon¨®xido de carbono, hidrocarburos de diferentes magnitudes, ¨®xidos de nitr¨®geno, anh¨ªdrido sulfuroso, part¨ªculas de plomo, caucho y asfalto finamente pulverizados, otros compuestos mal definidos caracterizados por su mal olor y vapor de agua.
El mon¨®xido de carbono se elimina en grandes cantidades: su incidencia sobre los sistemas nerviosos central y cardiovascular es bien conocida. Los diversos hidrocarburos que se eliminan ejercen su acci¨®n t¨®xica espec¨ªfica sobre vegetales y animales, pero adem¨¢s pueden reaccionar fotoqu¨ªmicamente, dando lugar a compuestos de efectos imprevisibles. Los compuestos de nitr¨®geno se eliminan en cantidades considerables y no todos son igualmente t¨®xicos: la cantidad de emisi¨®n est¨¢ condicionada a la velocidad de los veh¨ªculos, y sus efectos patol¨®gicos est¨¢n relacionados con 4a bronquitis cr¨®nica y el edema y enfisema pulmonares. Hay otros efectos secundarios igualmente graves, como la producci¨®n de ox¨ªgeno at¨®mico, que, actuando sobre el material org¨¢nico citado, forma ozono y otros oxidantes t¨®xicos, lo que, junto a la formaci¨®n de aerosoles, agravar¨ªa sus efectos, incidiendo gravemente sobre el aparato respiratorio. Los compuestos de azufre, emitidos en menor cantidad que los anteriores, potencian junto a ellos la acci¨®n necrosante, sobre las plantas. La cantidad de plomo depende del octanaje de las gasolinas, pues se a?ade a ¨¦stas plomo tetrametilo y plomo tetraetilo para elevar el octanaje, y de la velocidad de circulaci¨®n de los veh¨ªculos, pues se elimina m¨¢s plomo a velocidades m¨¢s altas. La penetraci¨®n del plomo en los animales y en el hombre, por el aparato respiratorio, var¨ªa seg¨²n la dimensi¨®n de las part¨ªculas, el r¨¦gimen de los vientos, la climatolog¨ªa local y la distancia a los lugares de emisi¨®n, pero puede penetrar tambi¨¦n por v¨ªa digestiva, por exposici¨®n de los alimentos a una atm¨®sfera en que est¨¦ presente, y acumularse en los diversos tejidos. El plomo incide sobre los sistemas hematopoy¨¦tico y nervioso perif¨¦rico -y sobre el aparato respiratorio. algunas manifestaciones subcl¨ªnicas, como la. hiperactividad y el retraso mental en los ni?os, se asocian con los efectos del plomo procedente de autom¨®viles. Es muy gran de la incidencia d e todos estos contaminantes sobre los microorganismos, del suelo y sobre las plantas, pero este supuesto no tiene cabida en este caso, pues la Vaguada, que antes fue una huerta y luego un vivero de ¨¢rboles, ha sido ya desecada y desertizada.
Dado el emplazamiento de la autopista, gran parte de los contaminantes permanecer¨ªan en las proximidades de los puntos de emisi¨®n, por la depresi¨®n del terreno, o ser¨ªan desplazado! hacia el centro de la ciudad por los vientos del Guadarrama, pero en el caso m¨¢s favorable para los vecinos de la zona, si pudieran atravesar las barreras de edificaciones, su salida se ver¨ªa obstaculizada por los vieritos del Sur. No pudiendo descartarse, inversiones de temperaturas, como la que padecimos no hace mucho, estamos en condiciones de evaluar lo que supondr¨ªa la apertura de esta nueva v¨ªa para la atm¨®sfera de Madrid.
No hay que olvidar otro gran contaminante originado por el tr¨¢fico, con un radio de acci¨®n inferior pero muyperceptible a corta distancia: el ruido. Afectar¨ªa s¨®lo a las zonas inmediatas, pero su efecto ser¨ªa magniflicado por la gran densidad de poblaci¨®n. Se sabe que, entre treinta y cincuenta decibelios, el ruido produce taqpicardia y excitaci¨®n; que entre cincuenta y ochenta decibelios, hay alteraciones del sistema vegetativo y desarreglos mentales, y que a partir de los noventa decibelios (que a ciertas horas del d¨ªa pudieran alcanzarse al borde de la autopista), hay efectos medibles en perturbaciones auditivas. Los efectos del ruido van a depender del tiempo de exposici¨®n, y la densidad del tr¨¢fico variar¨¢ con las horas del d¨ªa y de la noche, pero la poblaci¨®n sedentaria de ni?os y, personas mayores estar¨¢ sometida a su impacto constante. Se achaca al ruido un porcentaje importante de los envejecimientos prematuros, de las jaquecas y de los trastornos de memoria, en grado variable seg¨²n su intensidad y la sensibilidad a ¨¦l. No podemos olvidar que estamos en barrios-dormitorio y, aunque a cuarenta o cincuenta decibelios el ruido no despierta, afecta ¨¢ la profundidad del sue?o, alterando el: sue?o parad¨®jico, lo que inhibe su efecto relajante y ocasiona problemas seg¨²n las edades. La falta de un sue?o reparador se unir¨ªa a la tensi¨®n e irritaci¨®n diurnas; hay estudios -realizados en zonas pr¨®ximas a bases militares y aeropuertos que apoyan esta previsi¨®n. Desde muy antiguo se sabe que el ruido excit¨® la agresividad, y por eso se emplean los tambores de guerra. Las perturbaciones auditivas se deben a lesiones causadas en el o¨ªdo medio por un ruido intenso y prolongado, pero cuando llegan a ser medibles ya no tienen remedio.
No se puede hablar de mejorar la calidad de vida con este panorama. Ni tampoco de limpiar la atm¨®sfera de Madrid, esta posibilidad pasa por el incremento del transporte colectivo y por la incitaci¨®n a su uso por los ciudadanos, pero excluye la apertura de v¨ªas que, m¨¢s lentas o m¨¢s r¨¢pidas, concentren el tr¨¢fico por zonas tan pobladas. Por lo dem¨¢s, el volumen de la contaminaci¨®n depende de la densidad del tr¨¢fico y de su velocidad, y estos par¨¢metros no son, alterados por el uso est¨¦tico de rotuladores de colores en la confecci¨®n de los planos ni por el cambio de nombre, ll¨¢mense autopistas o v¨ªas r¨¢pidas.
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