18 de julio
LA JUNTA de gobierno de la Diputaci¨®n ha revocado la decisi¨®n del Consejo Taurino que autorizaba, previo su pago en met¨¢lico, la cesi¨®n de la plaza de toros de Las Ventas para un acto de Fuerza Nueva el pr¨®ximo 18 de julio, fecha que conmemora el 45 aniversario de aquella rebeli¨®n militar contra el poder leg¨ªtimo. El sangriento conflicto civil en el que deriv¨® la intentona golpista tuvo sus causas en una completa constelaci¨®n de factores internos, cuyo inventario parece ocioso, y en una situaci¨®n internacional que preludiaba la segunda guerra mundial. La intervenci¨®n de la Italia fascista y de la Alemania nazi, documentada en investigaciones historiogr¨¢ficas a la venta en cualquier librer¨ªa, en apoyo de los militares sublevados, descalifica de antemano cualquier, pretensi¨®n de reservar ¨¦l car¨¢cter de fuerzas nacionales a las que depend¨ªan del Gobierno de Burgos. La tentativa de Stalin de subordinar el conflicto fratricida entre los espa?oles a la estrategia sovi¨¦tica, cuya diplomacia no vacil¨® en rubricar en el verano de 1939 el pacto Von Ribentropp-Mol¨®tov, que abri¨® a las divisiones acora7,gdas alemanas el camino para la invasi¨®n de Europa occidental, vaci¨® parcialmente de contenido a la causa republicana conforme avanzaba la guerra civil.El 18 de julio significa para los espa?oles, fundamentalmente, la tr¨¢gica fecha que inaugur¨® una espantosa carnicer¨ªa desencadenada por conflictos interiores irresolubles mediante procedimientos democr¨¢ticos, y manipulada y aprovechada por la Internacional fascista y la Internacional staliniana. Las gentes de bien, con independencia de que sus recuerdos o sus lealtades pertenezcan a uno de los bandos enfrentados en el conflicto, ni pueden ni deben festejar ese sombr¨ªo y espeluznante aniversario, comienzo de un pavoroso drama que cost¨® la vida, la c¨¢rcel o el exilio a cientos de miles de nuestros compatriotas, y que levant¨® una muralla de desprecio y de odio entre dos partes de Espa?a, sino reflexionar sobre los errores, desigualdades y fanatismos dentro de nuestra sociedad y los planes geopol¨ªticos exteriores que hicieron posible, Aqu¨¦lla espantosa matanza.
Aparte de la repugnancia que produce contemplar c¨®mo un grupo de espa?oles de 1981 se dispone a vivir como una fiesta la fecha conmemorativa de la guerra civil que enfrent¨® a los espa?oles en 1936, la crispada situaci¨®n pol¨ªtica actual, hipotecada y maniatada por el golpe del 23 de febrero, y la ofensiva psicol¨®gica de los c¨®mplices, encubridores y compa?eros de viaje de los sediciosos, bastar¨ªa para considerar desaconsejable que los poderes democr¨¢ticos colaboren en tan macabras verbenas. Si a estas consideraciones se a?ade que es nada m¨¢s y nada menos que Fuerza Nueva, organizaci¨®n. presidida por un notario a quien le gusta pasar revista a fuerzas paramilitares uniformadas y de probada conducta antidemocr¨¢tica, el adjetivo desaconsejable tendr¨¢ que ser forzosamente sustituido por el de inadmisible.
Por esas razones, lo que verdaderamente resulta inexplicable no es la impecable decisi¨®n de la junta de gobierno de la Diputaci¨®n, que ha resuelto denegar la plaza de toros como escenario para esa provocadora celebraci¨®n de una desgracia, com¨²n a todos los espa?oles, sino la previa autorizaci¨®n del Consejo Taurino, que parece confundir los comportamientos democr¨¢ticos con la abdicaci¨®n en la defensa del sistema constitucional. Celebre Fuerza Nueva los actos que quiera, pero. fuera de los recintos que son propiedad de los contribuyentes y que deben y tienen que ponerse al servicio de todos -Fuerza Nueva incluida-, pero no al alligu¨ª de una causa parcial como la que la fecha del 18 de julio representa.
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