El mundo en que vivimos
Vecinos, primer largometraje de Alberto Bermejo, no supone ninguna historia costumbrista al viejo uso, tal como de su t¨ªtulo podr¨ªa desprenderse; responde, por el contrario, a un modo de hacer muy definido en nuestro cine actual. Se trata, ante todo, de una comedia divertida y bien hecha, a partir de una realidad actual: la de las nuevas generaciones j¨®venes.Un conocimiento del oficio evidente, unos di¨¢logos acertados y unos actores identificados con aquello que sienten o dicen logran a ratos alzar a la pel¨ªcula m¨¢s all¨¢ del puro entretenimiento. Ello se debe sobre todo al tratamiento de la historia dentro de una corriente ya iniciada hace tiempo, con buena acogida por parte de los espectadores para borrar viejos enredos tradicionales, manidos esquemas, alusiones torpes servidas por c¨®micos que intentaban hacer re¨ªr a fuerza de exhibirse en ropas interiores.
Vecinos
Gui¨®n y direcci¨®n: Alberto Bermejo. Fotograf¨ªa: Angel Luis Fern¨¢ndez. M¨²sica: Fernando Ember. Int¨¦rpretes: Antonio Resines, Asumpta Serna, Mario Pardo, Lola G. Garballo, Manolo Huete, Carlos Boyero, Catherine Bassetti, Jos¨¦ Lifante, Fernando Vivanco. Comedia. Espa?a, 1981. Local de estreno: Paz.
Lo fundamental de este trio en torno al cual gira la f¨¢bula vivida en com¨²n en sus horas felices o solitarias es su sinceridad, transforrnada en humor sin intentar moralizar, ni enga?ar, ni ir m¨¢s all¨¢ de lo que representa.
Qui¨¦rase o no, un cine nuevo que es tanto como decir un cine joven, no tiene otra salida que la de los j¨®venes. El resto es pura historia, cinemateca de mejor o peor calidad en la que el cine nacional significa poco, como demuestra cada d¨ªa la eterna lluvia de reposiciones.
El peligro de repetir unos esquemas, de caer en nuevo manierismo, se halla presente, por supuesto, tambi¨¦n en esta ocasi¨®n, en este nuevo tipo de comedia como en todos los estilos cinematogr¨¢ficos o no. En algunos momentos, la narraci¨®n roza el absurdo sin llegar a afrontarlo, pero, en definitiva, el humor salva cualquier escollo y el espectador comprende que lo que en la pantalla se le ofrece responde no s¨®lo a un modo distinto de ver, sino a un mundo distinto, nacido en los ¨²ltimos a?os.
Salido a la luz, m¨¢s all¨¢ de recuerdos, normas y prevenciones, este peque?o universo, jard¨ªn cerrado hasta hace poco de la actual burgues¨ªa espa?ola gravita con sus celos, su amistad y sus amores en torno a Asumpta Serna, acertada y medida tal como exige su personaje, tan humano y cordial como c¨¢lido y simp¨¢tico.
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