2. Almer¨ªa
En esta misma l¨ªnea, los resultados de la autopsia practicada a uno de los j¨®venes muertos el pasado 10 de mayo en Almer¨ªa, a la vez que sirve de testimonio de la independencia e imparcialidad de las actuaciones judiciales, en este caso, ratifica que las denuncias de la opini¨®n p¨²blica y los ciudadanos no suelen estar hechas a humo de pajas. La exhumaci¨®n de las v¨ªctimas de lo que el Gobierno calific¨® de ?lamentable error?, aunque es ya casi evidente que constituy¨® un execrable crimen, parece igualmente demostrar que los actos delictivos, algunos tan espantosos como los que cabr¨ªa inferir de las diligencias sumariales, pueden ser tambi¨¦n perpetrados por individuos que utilizan los uniformes, las armas y el prestigio de los institutos o cuerpos a los que sirven para tapar y rehuir sus responsabilidades criminales.En todos estos casos es preciso exigir la persecuci¨®n y el castigo de los culpables, cuya conducta presenta el agravante de ampararse en los privilegios y facultades que la sociedad deposita en ellos para que defiendan las libertades y la seguridad ciudadanas dentro de los l¨ªmites establecidos por las leyes. Pero tambi¨¦n es preciso rechazar el indigno chantaje de obligar a elegir entre la absoluta indefensi¨®n de la sociedad y la absoluta impunidad de los vigilantes del orden. Chantaje, por lo dem¨¢s, que en ocasiones se protege bajo el disfraz del esp¨ªritu de cuerpo, nefasta doctrina seg¨²n la cual la denuncia del comportamiento delictivo de un guardia civil, un polic¨ªa o un funcionario de prisiones, no ser¨ªa una colaboraci¨®n con la justicia, sino un ataque a la Guardia Civil, a la Polic¨ªa o al Cuerpo de Prisiones.
El deteriorado prestigio de la Administraci¨®n de justicia en este pa¨ªs s¨®lo podr¨¢ verse restaurado -y es preciso y urgente que esto suceda- con actuaciones como las que comentamos, y que lamentablemente contrastan con otras inhibiciones como la que afecta al no procesamiento de los guardias civiles sediciosos que, en un acto del m¨¢s depurado terrorismo, tomaron por las armas el Congreso, agredieron al vicepresidente del Gobierno, dispararon contra los diputados y les secuestraron durante casi un d¨ªa.
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