Denuncian supuestas pr¨¢cticas especulativas en el colegio Los Angeles, en Getafe
La Asociaci¨®n de Padres de Alumnos (APA) del colegio cooperativa Los Angeles, de Getafe, ha denunciado al servicio de inspecci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n las que califica como pr¨¢cticas antidemocr¨¢ticas de los profesores del centro, que lo han convertido en un negocio privado a costa de vulnerar el esp¨ªritu que anim¨® su construcci¨®n, el de ser un centro de inter¨¦s social sin ¨¢nimo de lucro.
El colegio cooperativa Los ?ngeles comenz¨® su gestaci¨®n en 1976 para paliar la falta de puestos escolares de Getafe y la mala calidad educativa de los existentes. Los propietarios de algunos de estos ¨²ltimos lanzan la idea de constituir una cooperativa con la colaboraci¨®n de profesores y padres de alumnos y promover la edificaci¨®n de un colegio de 32 aulas (veintis¨¦is de EGB y seis de preescolar, lo que totaliza 1.280 plazas), dotado de t¨¦cnicas modernas de ense?anza, como puedan ser comedores en condiciones, laboratorios, aulas de direcci¨®n, etc¨¦tera, entre otras cosas.La idea cuaja r¨¢pidamente y, despu¨¦s de una serie de entrevistas y gestiones con las autoridades ministeriales y de cumplir diversos requisitos, el futuro centro es calificado como de inter¨¦s social, lo que entre otras cosas significa, seg¨²n la APA, la inexistencia de ¨¢nimo de lucro. Tambi¨¦n conlleva la subvenci¨®n a diez de las aulas, que a los pocos meses se ampl¨ªan a otras diecis¨¦is. S¨®lo quedan sin subvenci¨®n las seis aulas destinadas a ni?os en edad de preescolar, al margen de que el mismo colegio se ha construido con un cr¨¦dito en buenas condiciones facilitado por el Banco de Cr¨¦dito a la Construcci¨®n.
Sin embargo, seg¨²n la denuncia presentada por la APA, al poco tiempo de recibir las subvenciones, que en el curso finalizado este a?o ascienden a casi 43 millones de pesetas, un sector del profesorado se organiza y comienza a apartar a los padres de alumnos y a otros profesores de la direcci¨®n y la toma de decisiones del centro. Leovigildo Ruyd¨ªez, antiguo concejal de Educaci¨®n en el Ayuntamiento del r¨¦gimen anterior, se convierte en el m¨¢ximo responsable del colegio. El nuevo equipo recaba del Ministerio la subvenci¨®n de las seis aulas de preescolar (que no pueden recibirla, ya que esta modalidad de la ense?anza no est¨¢ reconocida en la ley como posible perceptora de ayudas oficiales) y lo consigue. Esto no significa que las aulas de preescolar se supriman, sino que pasan a realizarse en las salas destinadas en principio a laboratorio para los alumnos de segunda etapa. De esa forma, se quedan con la subvenci¨®n y con los pagos de las familias de los ni?os, aunque sea a costa de deteriorar la calidad del centro.
Siempre seg¨²n la denuncia de la APA, los profesores contin¨²an aplicando medidas que significan una especulaci¨®n con la ense?anza. Se aumentan unilateralmente los precios de algunas actividades extraescolares, se suprimen las que se desarrollaban los s¨¢bados por la ma?ana, se cobra la participaci¨®n en actividades deportivas y las proyecciones de cine, se incrementa el precio del autob¨²s y se impide a los padres, alertados por estas medidas, montar su propio sistema de transporte escolar, etc¨¦tera. Llega un momento en que pr¨¢cticamente se expulsa a la APA del colegio y se despide a varios profesores que no est¨¢n de acuerdo con sus compa?eros de la direcci¨®n.
Ante la serie de denuncias presentadas por los padres de alumnos, la inspecci¨®n del Ministerio env¨ªa al inspector general David de Francisco para que examine la veracidad de las supuestas irregularidades personalmente. El inspector emiti¨® un informe el pasado 20 de junio, que a¨²n no ha sido hecho p¨²blico y sobre el que las autoridades del Ministerio guardan un mutismo absoluto. Este peri¨®dico intent¨®, asimismo, ponerse en contacto con Leovigildo Ruyd¨ªez, para que ¨¦ste facilitara su versi¨®n de los hechos, sin conseguirlo.
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