Denuncian el incumplimiento del Plan Preventivo de la Subnormalidad en Valencia

El Instituto de Investigaciones Citol¨®gicas ha incumplido el convenio firmado con el Ministerio de Sanidad para la prevenci¨®n de la subnormalidad infantil en las provincias de Valencia y Castell¨®n, seg¨²n manifest¨® a EL PAIS el doctor Te¨®filo Diez Caballero, recientemente despedido de su cargo de aplicaci¨®n del plan por incompatibilidad con su director, el profesor y disc¨ªpulo de Severo Ochoa, Santiago Grisol¨ªa.

El problema es la lentitud en la aplicaci¨®n del plan preventivo de la subnormalidad, a causa del bloqueo que la direcci¨®n impuso a la gesti¨®n de Diez Caballero. A finales de 1980, a?o en que se firm¨® el convenio, s¨®lo se hab¨ªan estudiado 104 an¨¢lisis de reci¨¦n nacidos, cuando en realidad el Ministerio se hab¨ªa comprometido a pagar 6.900 an¨¢lisis hasta diciembre de ese a?o, por importe de 7.795.000 pesetas.El Instituto de Investigaciones Citol¨®gicas, dependiente de la Caja de Ahorros de Valencia, deb¨ªa enviar, de acuerdo con el convenio, a todas las maternidades de Valencia y Castell¨®n unas tarjetas especiales que permiten absorber unas gotas de sangre y de orina del reci¨¦n nacido entre el quinto y el noveno d¨ªa de vida. Una vez recogidas las muestras, se remiten en un sobre al Instituto, que las investiga y da el diagn¨®stico.

La frecuencia de anormalidades detectadas es aproximadamente de un caso de hipoteroides cong¨¦nita (cretinez) por 3.500 reci¨¦n nacidos. Uno de estos casos raros fue el de la ni?a Amparo Garc¨ªa Escrig, nacida en Valencia el 22 de diciembre de 1980, cuando el convenio ya estaba en vigencia, y que fue detectado a los tres meses por no encontrarse las tarjetas en la maternidad cuando naci¨®. ?Se sabe si un ni?o es hipoteroide nada m¨¢s nacer?, afirma el doctor Diez, ?y se le puede tratar adecuadamente con hormonas, pero con Amparo se lleg¨® tarde?. Los padres est¨¢n dispuestos a promover una acci¨®n legal para aclarar la desidia administrativa que impidi¨® la prevenci¨®n de la subnormalidad de la peque?a.

Al doctor D¨ªez le fue comunicado su despido por medio de una carta del profesor Grisol¨ªa en la que le acusaba de ?conducta hostil frente a mi persona y rebelde frente a la empresa? y de amenazas de abandonar su trabajo,

La Magistratura de Trabajo ha estimado improcedente el despido, por considerar que ha existido celo profesional por parte del doctor D¨ªez, pese a las dificultades de colaboraci¨®n con el director del Instituto.