La m¨²sica vence al turismo en la costa de Estoril
ENVIADO ESPECIALDurante los meses de julio y agosto, la costa de Estoril se llena de m¨²sica gracias a los festivales y cursos internacionales que dirige Pi?eiro Nagy con el patronazgo de la Junta de Turismo, la Fundaci¨®n Gulbenkian y la Secretar¨ªa de Estado para la Cultura. Pi?eiro Nagy, nacido en Espa?a y con ascendencia h¨²ngara que denuncia su segundo apellido, hace muchos a?os que se instal¨® en Portugal y cobr¨® en el pa¨ªs vecino carta de naturaleza.
Estos lugares de tan fuerte tentaci¨®n tur¨ªstica parecen dif¨ªciles de someter al rigor de unos cursos y al buen orden de unos festivales. Seguir la breve ruta que va de Lisboa a Cascais, pasando por Oeiras, Carcavelos, Parede y Estoril, constituye ya de por s¨ª un festival de belleza natural. Ese ?cielo azul -el mismo de mi infancia-?, ese ?suave Tajo ancestral y mudo?, como cantara Alvaro de Campos, han cobrado, hace tiempo, un nuevo aspecto con el inmenso traj¨ªn circulatorio de la autopista que bordea las playas.
Sin embargo, desde hace diecinueve a?os, el curso internacional convoca a estudiantes de los m¨¢s lejanos rincones para trabajar con profesores de m¨¢ximo prestigio. Terminaron ya las lecciones del contrabajista austr¨ªaco Ludwig Streicher y el violonchelista franc¨¦s Paul Tortelier y llegu¨¦ a tiempo de asistir a la clausura del ciclo de Helena de Costa, que, en Estoril como en Salzburgo, desvela los secretos del mejor Mozart. Otra figura del pianismo portugu¨¦s, Siqueira Costa, tiene a su cargo un segundo curso en tanto la cellista rusa Karene Georgian ofrece el suyo durante tres semanas del presente mes.
Por primera vez ense?a en Portugal el violinista Tibor Varga, mientras los espa?oles Mar¨ªa Rosa Calvo Manzano y Alberto Ponce renovar¨¢n los ¨¦xitos logrados en a?os anteriores como pedagogos de arpa y guitarra, respectivamente. En general, ninguna clase cuenta con menos de treinta alumnos, lo que supone una asistencia brillante y obliga a los profesores a un duro trabajo.
El festival cumple siete a?os de vida, en los que registra un saldo muy positivo, no s¨®lo por la calidad de los int¨¦rpretes, sino tambi¨¦n por la especial atenci¨®n prestada a la m¨²sica de nuestro tiempo. Se cumple as¨ª un fin social que supera el mero goce de unas buenas versiones de m¨²sica tradicional.
Es natural que los autores portugueses pongan una atenci¨®n importante. Buena prueba es el hecho de que en la presente edici¨®n se han escuchado tantas obras espa?olas como lusitanas. Y hasta pudo darse el caso de un director-compositor como Alvaro Salazar que renunci¨® a una primera audici¨®n para montar mejor las partituras de Gonzalo Olavide y Jorge Peixinho.
M¨²sica al servicio comunitario
Otro dato importante y especialmente significativo: el Grupo de C¨¢mara del Festival est¨¢ formado por individualidades de gran prestigio nacional e internacional que ponen su saber al servicio comunitario. Recordemos los nombres de Ana Bela Chaves, solista de viola de la Orquesta de Par¨ªs, el flautista Carlos Franco, la violonchelista Mar¨ªa Jos¨¦ Falc¨¢o, el oboe-director argentino Bruno Pizzamiglio, la pianista Olga Prats o el percusionista madrile?o Juan Pedro Ropero.
En el espl¨¦ndido escenario natural del parque Palmela, la Orquesta Filarm¨®nica de Kosice (la segunda de Checoslovaquia), bajo la direcci¨®n de Bystrik Rezucha, dio especial sentido a obras como Moldavia, de Smetana, ) la Sinfon¨ªa del Nuevo Mundo, de Dvorak, despu¨¦s de hacer o¨ªr la brillante y folklor¨ªstica Fiesta eslovaca, de Otto Ferenczy (1921), marcada -como muy bien escribe Vieira de Carvalho- ?por la recepci¨®n de la individualidad ¨¦tnico-musical de su comunidad?.
Dos solistas portugueses que han trabajado muchas veces juntas -Ana Bela Chaves y Olga Pratslucieron excelentes calidades en el Concierto en do mayor para viola, piano y cuerdas, de Michael Haydn. Tanto los valores individuales, el br¨ªo y alta musicalidad, como la labor de conjunto rayaron a muy alto nivel, teniendo muy en cuenta igualmente la calidad del grupo y la orientaci¨®n de Pizzamiglio, cuyo buen oficio qued¨® demostrado en la instrumentaci¨®n del Concerto, de Piazzolla, de directa importaci¨®n argentina.
Por los diversos escenarios desfilan recitales, conciertos y espect¨¢culos de ballet: el citado parque Palmela, el casino, el Pabell¨®n de Congresos (que no es otra cosa sino el antiguo casino situado tras el moderno). el Museo Castro, el Paraninfo de la Universidad o las iglesias de los Salesianos (Estoril) y Parroquial de Carcavelos.
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