La OPEP est¨¢ al borde de la ruptura, seg¨²n Argelia

Sin acusar por su nombre a Arabia Saud¨ª, los medios oficiales argelinos reconocieron ayer que el fracaso de la conferencia ministerial de la OPEP pone en grave peligro el futuro de una organizaci¨®n, malparada y dividida, en la que habr¨ªa dejado de existir una voluntad pol¨ªtica para cerrar filas en su seno.Esta constataci¨®n contrasta con la prudencia de anteriores comentarios en los que se pon¨ªa de relieve, sobre todo, la voluntad com¨²n de los pa¨ªses exportadores de crudo de no quedar neutralizados por la acci¨®n combinada de las compa?¨ªas importadoras y los Gobiernos occidentales, a quienes se sigue responsabilizando de las divisiones internas de la OPEP.

Para los argelinos, el inter¨¦s por el futuro de la organizaci¨®n no habr¨ªa quedado patentizado en el caso de algunas delegaciones que no se nombran, aunque no existe la menor duda de que se hace referencia al jeque Yamani, ministro saud¨ª.

?Los intereses s¨®rdidos de unos han prevalecido sobre los intereses leg¨ªtimos del conjunto de miembros?, subraya la agencia oficial de Prensa argelina APS en un comentano del que se filtra una preocupaci¨®n y una gravedad no usuales.

Argelia ha venido neg¨¢ndose en rotundo a rebajar el precio de venta de su crudo (41 d¨®lares por barril), uno de los m¨¢s altos de la OPEP, y ha insistido para que el grupo africano de la organizaci¨®n tampoco realice concesiones en ese sentido.

El exceso de crudo en el mercado mundial es considerado por Argel como coyuntural y, en todo caso, no explica la situaci¨®n real del mercado energ¨¦tico. El esp¨ªritu de Solidaridad mostrado por la organizaci¨®n hacia los pa¨ªses compradores qued¨® materializado, seg¨²n los argelinos, en el compromiso suscrito en Argel por la OPEP, en marzo de 1975, en el sentido de asegurar un suministro energ¨¦tico suficiente para la econom¨ªa mundial.

Pero, se lamentan en Argel, la arrogancia de las multinacionales petroleras y las presiones de algunos pa¨ªses occidentales han falseado unjuego a tal punto que, ante el car¨¢cter escandaloso de los benefic¨ªos exhorbitantes realizados por las sociedades petroleras, el propio Gobierno de EE UU percibe ahora un canon sobre lo que estima ser superbeneficios de las compa?¨ªas, que deben figurar en el haber de la tesorer¨ªa norteamericana.