?tica militar
UNA CARTA abierta del teniente general Milans del Bosch a varios diarios -reproducida en estas mismas p¨¢ginas- pretende arrojar alguna sombra de duda sobre la honorabilidad militar de un hombre como el teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado, ex vicepresidente para Asuntos de la Defensa.Un encausado en la intentona golpista del 23 de febrero -como Milans del Bosch- intenta ahora enturbiar la trayectoria de ¨¦tica militar de Guti¨¦rrez Mellado mediante argumentos ad hominen que no resisten el m¨¢s m¨ªnimo an¨¢lisis: cuando Milans del Bosch mandaba tropas de choque durante nuestra guerra civil -o de liberaci¨®n, seg¨²n su gusto-, Guti¨¦rrez Mellado cumpl¨ªa servicios de informaci¨®n log¨ªstica, encomendados por sus mandos naturales, mucho m¨¢s peligrosos que los desarrollados por Milans. Con arreglo a las leyes de la guerra, ¨¦ste podr¨ªa haber sido hecho prisionero, en tanto en cuanto Guti¨¦rrez Mellado habr¨ªa sido pasado por las armas en raz¨®n de su arriesgada labor informativa tras las l¨ªneas enemigas. La acreditaci¨®n del valor no s¨®lo se logra al albur de las balas enemigas en un ataque de choque, sino tambi¨¦n -y acaso sobradamente- ante la seguridad de un pelot¨®n cuando se cumplen misiones solapadas tras una retaguardia.
Este ha sido el gran argumento -el triste argumento- de algunos militares contra el teniente general Guti¨¦rrez Mellado. El haber servido durante la guerra civil en el servicio de informaci¨®n. Un servicio que, en caso de guerra, siempre es peligroso por necesidad.
El teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado ha dado suficientes lecciones de ¨¦tica militar ante la Corona y el pueblo al que se debe como para que se le recuerden ahora comparativamente servicios de anta?o, por otra parte, militarmente honrosos. El teniente general Guti¨¦rrez Mellado, adem¨¢s, renunci¨® a la ¨²ltima etapa de su carrera militar para ultimar, como cargo civil, la recta final de la remodelaci¨®n del Ej¨¦rcito espa?ol. Sus servicios a la Corona y a la transici¨®n democr¨¢tica han sido inestimables y en ellos ha rendido su sacrificio. Desde su Vicepresidencia para Asuntos de la Defensa ha soportado la m¨¢s abyecta de las campa?as de Prensa en detrimento de un general que -al contrario del encausado Milans del Bosch- nunca hasta ahora ha estado en situaci¨®n de verse privado del tratamiento de general, que s¨®lo se pierde, una vez alcanzado, por la separaci¨®n del servicio, a la que ahora se ve abocado el primero.
Mucho ha de despreciar Milans del Bosch a sus propios servicios de informaci¨®n para anteponer sus trabajos de trinchera a los no menos peligrosos de la hoja de servicios de Guti¨¦rrez Mellado, un militar y un caballero, en cuya figura -no lo dude el ex capit¨¢n general de Valencia- la entera sociedad espa?ola hubiera visto zarandeado a su Ej¨¦rcito si la groser¨ªa de los golpistas de febrero hubiera dado con su cuerpo en tierra.
Los d¨ªas son cortos, pero la historia es larga. Es algo que parece no advertir el encausado teniente general Milans del Bosch. Como tampoco parece comprender que la ¨¦tica militar tambi¨¦n tiene una comprensi¨®n civil, siempre subjetiva -por supuesto- y no del todo comprendida por una sociedad civil amedrentada por su bando apocal¨ªptico del 23 de febrero.
Sea cual fuere el resultado del proceso militar al que se ve sometido Milans del Bosch, hay algunas cosas que este militar no puede obviar: que su comportamiento -en el mejor de los casos- fue dudoso, que su conducta profesional fue impecable ordenando la toma de una ciudad como Valencia no atacada ni por el interior ni por el exterior, y que, tal como est¨¢n las cosas, su figura no se encuentra en la mejor de las disposiciones para impartir lecciones de ¨¦tica militar. Hombres m¨¢s sufridos y sacrificados que ¨¦l -como el teniente general Guti¨¦rrez Mellado- podr¨ªan impart¨ªrselas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.