Los del 23-F cambian de t¨¢ctica
Creemos que el general Milans del Bosch inicia una nueva etapa en la estrategia de los acusados del asalto al Congreso.Despu¨¦s de intentar involucrar al Rey (la primera fase de la tarea intoxicadora de los frustrados golpistas), pasaron a asumir una actitud de inocentes. Este deseo de pasar por personas que no han hecho nada contra las leyes, de decir que cre¨ªan cumplir con su deber y obedecer ¨®rdenes cuando intentaron acabar con la Constituci¨®n, ha sido la segunda fase t¨¢ctica. A estas dos etapas corresponden las insinuaciones veladas de las semanas que siguieron al tejerazo, y las declaraciones sumariales de los impl¨ªcados, respectivamente.
Los conspiradores deben considerar que el balance de esta estrategia es malo y que deben pasar a una tercera fase. Creemos que consideran llegado el momento de dejar de lado los disfraces de corderos y de pasar a buscar una confrontaci¨®n abierta contra los militares que el 23-F fueron respetuosos y cumplieron con sus juramentos de fidelidad a la Constituci¨®n. Se tratar¨ªa de reabrir la brecha en las Fuerzas Armadas. A ello responde, en nuestra opini¨®n, la carta p¨²blica de Milans del Bosch denigrando a Guti¨¦rrez Mellado.
?Cu¨¢l es la raz¨®n o, mejor, la excusa del ataque? El ex vicepresidente del Gobierno dijo en sus declaraciones sumariales que la actitud del capit¨¢n general de Valencia al sacar los tanques se hab¨ªa hecho "desconociendo los m¨¢s elementales principios de la ¨¦tica militar". Nosotros pensamos que eso es lo menos que se puede decir a quien ahora habla del honor, pero sobre cuya cabeza pende la acusaci¨®n -avalada por todos los testimonios posibles- de:
A) Saber el 23-F por la ma?ana que Tejero se dispon¨ªa a ocupar el Congreso de los Diputados, no hacer nada para impedirlo, y ni siquiera advertir a sus superiores reglamentarios.
B) Argumentar que adoptaba medidas de excepci¨®n para evitar un vac¨ªo de poder cuando pod¨ªa haber evitado previamente el vac¨ªo, y cuando no era de su competencia desautorizar al gobernador civil de Valencia ni divulgar un bando faccioso.
C) Desobedecer las ¨®rdenes directas y no ambiguas de sus superiores de la Junta del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, y realizar la escena de la pistola cuando el general Caruana le propuso que retirara las tropas desplegadas.
Todo lo anterior al margen, claro est¨¢, de que pueda aclarar o no ante el tribunal que no fue conspirador activo, en cuyo caso, todo lo anterior tendr¨ªa el car¨¢cter de traici¨®n refinada.
?Cu¨¢l es la raz¨®n de que Milans busque ahora el choque para crear pol¨¦mica en los cuarteles? En el Ej¨¦rcito se produce, desgraciadamente para el teniente general procesado, un creciente clima de distanciamiento respecto a los acusados. A medida que se van divulgando los datos de la poco prestigiosa chapucer¨ªa estrat¨¦gica de los golpistas, y a medida que salen a la luz las contradicciones sumariales entre los acusados, queda de manifiesto el deseo que tienen todos ellos de salvarse, aunque sea hundiendo a los dem¨¢s. Ninguno de los procesados se atreve a decir ahora que buscaba el golpe de Estado porque estaba harto de la democracia. Y no decirlo, en este pa¨ªs en el que, afortunada o desafortunadamente, nos empezamos a conocer todos, y donde en el Ej¨¦rcito no hay dudas sobre lo que opina cada uno, est¨¢ produciendo unos efectos que, pensamos, no deben resultar agradables para Milans del Bosch en estas horas de encierro. Y de ah¨ª el cambio de tercio. ( ... )
, 29 de agosto
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