Guti¨¦rrez Mellado-Milans del Bosch
Para todos los que nos interesamos en los temas relacionados con el Ej¨¦rcito, no cabe ninguna duda de que el teniente general Milans del Bosch es o ha sido un militar de prestigio.Por eso resulta sorprendente la carta que ha dirigido al tambi¨¦n teniente general Guti¨¦rrez Mellado.
Ese tono desafiante y provocativo y esas palabras insultantes s¨®lo se pueden explicar como producto del resentimiento, algo que muy poco tiene de ¨¦tico y, desde luego, es impropio de un militar.
Las palabras del ex capit¨¢n general de la III Regi¨®n Militar est¨¢n cargadas de intenci¨®n al acusar al general Guti¨¦rrez Mellado. Tratan de crear en cuantos las lean la duda hacia su persona y hacia su figura, haciendo creer que su comportamiento ha sido y es indigno de un militar y que deshonra al Ej¨¦rcito.
Ser¨¢ preciso recordar a don Jaime que en la tarde del 23 de febrero el teniente general Guti¨¦rrez Mellado, sin dudar ni un instante cu¨¢l era su deber como militar y como miembro del Gobierno y del Parlamento, era el primero y el ¨²nico en enfrentarse a aquellos hombres armados que injuriaron al pueblo espa?ol.
Y mientras, ¨¦l, el ilustre, el prestigioso, el excelent¨ªsimo se?or don Jaime Milans del Bosch y Uss¨ªa, teniente general del Ej¨¦rcito y capit¨¢n general de la III Regi¨®n Militar, se sublevaba en Valencia.
Otro punto sobre el que se pretende arrojar la duda es sobre el valor del general Guti¨¦rrez Mellado.
Lo de que en su hoja de servicios est¨¦ o no reconocido es lo de menos. No le quepa duda a don Jaime de que el general Guti¨¦rrez Mellado tiene valor.
Es curioso c¨®mo muchas personas han cre¨ªdo que era eso precisamente, valor, lo que ten¨ªan los hombres armados que entraron en el Congreso. No se enga?en: para cometer una ofensa quiz¨¢ haga falta decisi¨®n, pero no otra cosa, y para enfrentarse con un arma en la mano a hombres desarmados quiz¨¢ sean necesarias otras cosas, pero no valor.
En cambio, s¨ª que hay que tenerlo para hacer lo contrario, es decir, para enfrentarse a aquellos hombres que disparaban sus metralletas, como hizo, desarmado y en solitario, don Manuel Guti¨¦rrez Mellado.
As¨ª pues, si como militar cumpli¨® con su deber, como hombre tuvo verdadero valor.
Si en su hoja de servicios dice "valor reconocido", es que responde a la realidad. En cambio, cabr¨ªa preguntarse a qu¨¦ realidad respon de, por ejemplo, lo de "excelent¨ªsimo se?or", tratamiento que va unido al empleo de general, en el caso de don Jaime Milans del Bosch y Uss¨ªa.
No piense nadie que la carta del rebelde militar (presunto rebelde militar habr¨¢ que decir, puesto que todav¨ªa no se ha fallado el consejo de guerra) es personal porque vaya dirigida al general Guti¨¦rrez Mellado. Si as¨ª fuera no le hubiera dado publicidad.
El verdadero destinatario es el pueblo espa?ol, al cual se trata de confundir y al que nuevamente, con insolencia y sin ninguna verg¨¹enza, al igual que aquella tarde de febrero, se vuelve a atropellar.
El mismo pueblo que tuvo un defensor en aquel general honesto./ espa?ol. .
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