La guillotina quedar¨¢ abolida hoy en Francia
El presidente Fran?ois Mitterrand y el ministro de Justicia, Robert Badinter, pasar¨¢n esta noche a la historia de Francia, cuando la Asamblea Nacional se pronuncie favorablemente (la mayor¨ªa absoluta socialista no deja lugar a duda alguna) a la abolici¨®n de la pena de muerte. Desde hace dos siglos se debat¨ªa el tema en Francia. Seis condenados a la pena capital se salvar¨¢n de la guillotina, aunque la mayor¨ªa de la opini¨®n es contraria a la supresi¨®n.
"La pena de muerte queda abolida", dice el primer cap¨ªtulo de los siete que integran la ley, que empezaron a discutir ayer los diputados galos y que, esta noche, ser¨¢ aprobada por la inmensa mayor¨ªa. No s¨®lo la votar¨¢n los socialistas y comunistas de la mayor¨ªa gubernamental, sino que, por ser un problema de conciencia, la oposici¨®n chiraquista y giscardiana ha dejado en libertad a sus parlamentarios para que se pronuncien consecuentemente. Algunos de ellos ya han anunciado que son favorables a la supresi¨®n de la pena capital.Un sondeo de opini¨®n p¨²blica, cuyos resultados se conocieron ayer, mostraba que la mayor¨ªa de la sociedad francesa, contrariamente a lo que piensan sus representantes en la Asamblea, no aprueba la decisi¨®n gubernamental.
El 62% de la poblaci¨®n es partidario de la pena de muerte. El 61% tambi¨¦n entiende que las medidas de gracia concedidas por Mitterrand para festejar su elecci¨®n (5.000 presos salieron a la calle)"'son demasiado generosas". Los ¨²ltimos sondeos sobre esta cuesti¨®n ya manifestaban la misma tendencia.
La ley no provoc¨® enardecidos debates
A pesar de ello, la ley gubernamental no ha enardecido los debates de alta tensi¨®n que, desde hace 190 a?os, hicieron c¨¦lebres los alegatos abolicionistas de Robespierre (que m¨¢s tarde cambi¨® de opini¨®n), La martine, Victor Hugo y Jean Jaur¨¦s. Esto se debe a que, a pesar del car¨¢cter hist¨®rico de la supresi¨®n de la guillotina, los franceses ya se hab¨ªan hecho a la idea desde que el pasado d¨ªa 10 de mayo eliglieron a Mitterrand como presidente.Durante su campa?a electoral, sabiendo de antemano que la opini¨®n era contraria a sus intenciones, declar¨® repetidamente que, s¨®lo entrar en el palacio del El¨ªseo, suprumir¨ªa la pena capital, y que los seis condenados a muerte pendientes de ejecuci¨®n no pasar¨ªan por la guillotina.Por otra parte, el ministro de Justicia, Badinter, desde hace ya m¨¢s de dos lustros se ha hecho c¨¦lebre internacional mente como el defensor n¨²mero uno de la abolici¨®n.
Badinter se?al¨® adem¨¢s la necesidad moral de la abolici¨®n, negando la Ley del Tali¨®n como necesidad y la muerte del culpable como un requisito de la justicia.
La ley que ser¨¢ aprobada no incluye ninguna pena que la sustituya. Los abolicionistas estiman que un castigo "injustificable no tiene por qu¨¦ ser sustituido por otro". Badinter adelanta que s¨®lo cuando sea modificado el C¨®digo Penal podr¨ªa introducirse una pena paralela. La tendencia de quienes, de buena o mala gana, se pronuncian sobre esa cuesti¨®n, apunta a la codificaci¨®n de una pena de treinta a?os de c¨¢rcel (veinte de hecho), que ser¨ªan irreductibles.
En su ¨²ltimo alegato abolicionista, Badinter rechaz¨® todas los argumentos a favor de su permanencia, como la ejemplaridad del castigo, el recurso a un refer¨¦ndum que dilucidar¨¢ el tema y la angustia que puede crear en la opini¨®n p¨²blica.
Tras la muerte de la muerte en Francia, s¨®lo en Turqu¨ªa, entre los pa¨ªses de Europa occidental, se continuar¨¢ aplicando la pena capital. En B¨¦lgica, Chipre, Andorra y Grecia existe, pero no se aplica.
En Francia, desde que fue creada la V Rep¨²blica, en 1958, se efectuaron diecisiete ejecuciones).
Actualmente, en el mundo, de los 150 pa¨ªses que son miembros de la ONU, s¨®lo 38 han suprimido, total o parcialmente, la pena de muerte.
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