El Atl¨¦tico se reconcili¨® con la afici¨®n
Hasta el minuto 31 no se produjo el primer ?ay! Hasta ese momento no hab¨ªa habido m¨¢s que lamentaciones y media hora de sopor. Hasta el minuto 45 no se produjo la segunda ocasi¨®n de gol del Atl¨¦tico de Madrid; un cuarto de hora de manejos in¨²tiles. El equipo madrile?o, que sali¨® al terreno de juego con la enemiga del p¨²blico por lo ocurrido en Oporto, intent¨® obtener el perd¨®n de su pecado, pero no acert¨® a obtener la confianza total del respetable hasta la segunda mitad. Entonces, con los goles y un mejor f¨²tbol, se produjo la reconciliaci¨®n.Clemente, el entrenador bilba¨ªno que nos hab¨ªa anunciado alegr¨ªas atacantes, nos puso en liza un equipo con tendencias conservadoras. Dejo s¨®lo delante a Dani y Argote, y coloc¨® a Noriega en una media punta atrasa da, lo que provoc¨® en Balbi no deseos de avanzar. Pero Balbino siempre anduvo dudoso entre quedarse atr¨¢s, arropando a Arteche, que no ten¨ªa a qui¨¦n marcar, o moverse en la zona ancha. Ante la duda, las m¨¢s de las veces se abstuvo.
Esa situaci¨®n extra?a de Balbino no hizo reaccionar a Carriega, que lo tuvo a punto de caramelo para quitar a un defensor y colocar en el campo a un hombre capaz de ir hacia arriba. Lo que sucedi¨® fue que Marcos se tuvo que constituir en el estajanovista del conjunto. Desde atr¨¢s no le alimentaban y delante no encontraba los debidos apoyos. Marcos, que no viaja esta semana con la selecci¨®n nacional, reaccion¨® como debe hacerlo un buen profesional. El hijo de Marquitos intent¨® ser el de la pasada campa?a, y ello ya le concede un margen de confianza.
La delantera atl¨¦tica no tuvo su noche. Rub¨¦n fall¨® pases de colegial y el manito no se hall¨®. Hugo S¨¢nchez ha venido al Atl¨¦tico para dejar en el banquillo a Rubio, lo que no deja de ser una paradoja. Por Rubio, el pasado a?o se hubiera pagado un pu?ado de millones, y el club lo quiso para s¨ª. El negocio de la explotaci¨®n de los recursos del mexicano, al parecer, debe estar en el contrato con Televisa.
La amenaza de un tedio contumaz se disip¨® afortunadamente con el gol de Ruiz. Ambos equipos se movieron a partir de ese momento con m¨¢s ¨ªmpetu, y hasta llegaron a saltar al-unos chispazos en el roce de las tibias y los peron¨¦s.
Clemente, que sac¨® del terreno a Noriega, que hab¨ªa trabajado mucho y bien, seguramente por que comenzaba a acusar el cansancio, para que Sola continuara su labor, a ra¨ªz del gol volvi¨® a sentar a ¨¦ste y le sustituy¨® por Endica, que es hombre m¨¢s efectivo ante el marco enemigo. El Athl¨¦tic no se resign¨® a perder y cre¨® alaunos problemas a Aguinaga. Dani fall¨® una ocasi¨®n de gol clamorosa. Dan?, que en lo de tirar a gol no es dudoso, envi¨® la bola fuera ante la estupefacci¨®n general. Fue una pena que estropeara el pase de Chechu Rojo que el viejo Chechu estuvo all¨ª para dar ese pase y otros muchos. Rojo no est¨¢ para otra cosa que dar serenidad a losj¨®venes leones y para que el p¨²blico se d¨¦ cuenta de cuando en cuando de lo que es un jugador de f¨²tbol dicho castizamente con prosopopeya.
El tanto de Marcos, fruto a sus desvelos, sentenci¨® el encuentro. Una vez m¨¢s gan¨® quien nias puso. El Atl¨¦tico de Madrid. pese a sus m¨²ltiples errores, sum¨® al final mayores m¨¦ritos que su rival.
El Atl¨¦tico de Madrid tard¨® en encontrarse, pero al fin mostr¨® parte de aquellas cualidades que le pusieron la pasada temporada en puertas de convertirse en cape¨®n de Liga. La mejor¨ªa con respecto a Oporto fue, al parecer. notabil¨ªsima. Ante el Athl¨¦tic de Bilbao, que cre¨® dificultades, los jugadores del Manzanres tuvieron que hacer de tripas coraz¨®n para evitar un nuevo tropiezo. que hubiera podido conducir al club por derroteros lamentables.
Antes del encuentro se aventuraban pron¨®sticos poco optimistas respecto a la reacci¨®n de la masa social atl¨¦tica.
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