La compa?¨ªa International Harvester, al borde de la bancarrota
Internacional Harvester, el flamante nuevo socio de ENASA de hace a?o y medio, se encuentra al borde de la bancarrota, y seg¨²n fuentes informativas solventes, su ¨²nica salvaci¨®n s¨®lo podr¨ªa venir mediante su venta o integraci¨®n parcial en alguna otra gran compa?¨ªa mundial de automoci¨®n.
La compa?¨ªa, primera firma norteamericana fabricante de camiones y material agr¨ªcola, tiene acumuladas unas deudas a corto plazo que se elevan a m¨¢s de 2.500 millones de d¨®lares y, pese a los esfuerzos de sus bancos acreedores (unos 250) para restablecer un plan de viabilidad desde hace dos a?os, su d¨¦ficit de explotaci¨®n se ver¨¢ incrementado en otros quinientos millones de d¨®lares a finales de este a?o.Mientras se descarta alg¨²n tipo de soluci¨®n a lo Chrysler -es decir, una ayuda masiva del Gobierno federal norteamericano-, si la compa?¨ªa se declara en bancarrota, varios bancos espa?oles podr¨ªan verse afectados, aunque en cantidades no muy significativas. Fuentes informadas han revelado a EL PAIS que, como ya sucedi¨® en el caso Chrysler, varios bancos espa?oles atraviesan dificultades insalvables para recuperar un dinero que se vieron inducidos, por presiones, a prestar.
Internatlonal Harvester lleg¨® a un acuerdo, hace un a?o y medio, con el Instituto Nacional de Industria (INI) para participar en el accionariado de ENASA y para formar, junto a la Empresa Nacional de Autocamiones, una compania nueva bajo el nombre de Pegaso Internacional. A la vista de los problemas de Internacional Harvester, tanto el futuro de ENASA como el de Pegaso Internac¨ªonal constituyen un serio interrogante y ponen en duda la triunfalista entrada de la firma norteamericana en Espa?a, presentada por el anterior equipo del INI como ?la salvaci¨®n de ENASA?.
Indulgencia de los acreedores
Los problemas financieros de Internacional Harvester saltaron a la luz p¨²blica hace m¨¢s de un a?o, pero no ha sido hasta esta semana cuando se ha confirmado que la situaci¨®n de la empresa es tan desesperada que puede concluir, dura y simplemente, en bancarrota. En estos momentos, su futuro depende de la indulgencia de sus acreedores, en su mayor¨ªa bancos y suministradores.Aunque la direcci¨®n de la empresa, con base en Chicago, se esfuerza en presentar su futuro con posibilidades de salida, existe la impresi¨®n en medios Financieros consultados que las continuas declaraciones optimistas de la compa?¨ªa son parte de un esfuerzo para obtener ayuda federal bajo un programa muy similar al que salv¨® a Crhysler.
Pero los mismos medios dudan de que una segunda versi¨®n del caso Chrysler sea posible, especialmente para el acuciante problema de Harvester. La firma no es tan importante como Chrysler y carece de lobby y fuerza suficiente como para generar una campa?a similar a la que realiz¨® con ¨¦xito la tercera compa?¨ªa de fabricaci¨®n de autom¨®viles de Estados Unidos.
En estos momentos, todos los esfuerzos de Internacional Harvester est¨¢n orientados a atraer dinero para su exhausta tesorer¨ªa con el que hacer frente a los pagos m¨¢s inmediatos de sus suministradores. Pero los 225 bancos acreedores de Harvester han tomado aparentemente la decisi¨®n de no poner un duro m¨¢s en la empresa y lo ¨²nico a que se prestan, seg¨²n fuentes informadas, es a llegar a un acuerdo para refinanciar las viejas deudas de Harvester, que se elevan a unos 2.500 millones de d¨®lares.
El grave problema inmediato de Harvester es que sus c¨¢lculos iniciales sobre las p¨¦rdidas previstas para este a?o se han visto multiplicadas por cinco. La direcci¨®n de Harvester esperaba perder en 1981 s¨®lo cien millones de d¨®lares, pero hace una semana la compa?¨ªa reconoci¨® que esta cantidad se ver¨ªa elevada a quinientos millones. Desde entonces, el futuro de Harvester se ha constituido en la noticia m¨¢s discutida de los medios financieros americanos.
Cancelaci¨®n de contratos
En este sentido, algunos medios se?alan que el futuro de la Firma no es tan negro. Por ejemplo, Harvester firm¨® recientemente un acuerdo con Ford Motor Co., para el suministro de quinientos millones de d¨®lares de motores diesel en los pr¨®ximos cinco a?os. No obstante, la producci¨®n de estos motores no comenzar¨¢ hasta dentro de un a?o.Mientras tanto, los problemas se han visto incrementados con la cancelaci¨®n de dos importantes contratos. Uno de estos -,)reve¨ªa el suministro de 2.500 tractores a M¨¦xico, lo que ha supuesto una p¨¦rdida de cincuenta millones de d¨®lares. Otro ha sido la p¨¦rdida de un posible contrato con el Gobierno americano para la entrega al Ej¨¦rcito de unos ochenta blindados. Este contrato podr¨ªa haber supuesto 65 millones de d¨®lares adicionales para Harvester.
Para hacer frente a esta situaci¨®n, la compa?¨ªa ha puesto en marcha un plan de salvaci¨®n que incluye su divisi¨®n formal en tres secciones independientes con un despido masivo de 2.000 empleados. Este plan ha tenido su primera v¨ªctima indirecta en el propio equipo directivo. Uno de sus m¨¢s j¨®venes ejecutivos se suicid¨® recientemente, a los 31 a?os. Aunque no dej¨® ninguna nota, alg¨²n peri¨®dico americano especulaba que la decisi¨®n del suicida se debi¨® a las enormes presiones del trabajo.
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