Encarcelado por corrupci¨®n el famoso cancer¨®logo italiano Guido Moricca
La noticia apareci¨® ayer por la ma?ana en todos los diarios del pa¨ªs. La gente no se lo quer¨ªa creer, a pesar de estar ya tan acostumbrada a los esc¨¢ndalos de tipo financiero. El m¨¦dico Guido Moricca, conocido en todo el mundo por haber inventado un m¨¦todo para eliminar el dolor en los enfermos de c¨¢ncer, acaba de ser encarcelado en Roma acusado de obligar a pagar, en su cl¨ªnica privada, hasta 100.000 pesetas para poder obtener una cama en el hospital p¨²blico de Roma Regina Elena, donde es director de anestesia y conocido como una estrella de la medicina contra el c¨¢ncer.
Guido Moricca, sesenta a?os, calabr¨¦s, acaba de regresar de Palermo, donde hab¨ªan presidido un congreso internacional m¨¦dico en el que hab¨ªan participado, entre otros, el doctor Bonica, de Seattle; el doctor Waths, de Washington, y el espa?ol Madrid Arias, y se preparaba para participar en otro congreso internacional en Bolonia, la semana pr¨®xima.En Estados Unidos hab¨ªan dicho siempre que Moricca ?era uno de los pocos m¨¦dicos que en Italia hab¨ªan conseguido abrir caminos nuevos, de manera cient¨ªfica, en la lucha contra el dolor?. Con el m¨¦todo del doctor Moricca en Italia, m¨¢s de 3.000 enfermos incurables de c¨¢ncer han podido acabar sus d¨ªas ?sin sufrir ning¨²n dolor?. Su m¨¦todo, adoptado ya en todo el mundo, hab¨ªa dado tranquilidad a otros 12.000 enfermos fuera de Italia. Cient¨ªficamente, el m¨¦todo de Moricca se llama neuroleptoaden¨®lisis. Se trata de inyectar al enfermo anestesiado una peque?a cantidad de alcohol o de sustancias parecidas, con lo cual se neutraliza la actividad de la hip¨®fisis, eliminando durante meses el dolor al enfermo. La diferencia con la morfina es que el m¨¦todo del m¨¦dico italiano mantiene intacta en el paciente ?la capacidad de decisi¨®n ?, no le quita la voluntad, no le atonta.
Junto con el famoso m¨¦dico Moricca han acabado en la c¨¢rcel Regina Coeli, de Roma, el doctor Franco Saullo, su ayudante y la jefa de sala del hospital, Michelina Morelli.
El m¨¦todo para sacar ilegalmente el dinero a los familiares de los enfermos de c¨¢ncer era muy sencillo. Cuando se presentaban al gran hospital de Roma Regina Elena, donde actuaba Moricca, la jefa de sala dec¨ªa que no era posible en varios meses obtener una cama porque estaba todo ocupado, pero a?ad¨ªa: ?Si desea consulta con el doctor Moricca puede ir a su cl¨ªnica privada?, que es una de las m¨¢s famosas y caras de Roma. All¨ª el enfermo era recibido con mucha amabilidad. Le pon¨ªan la primera inyecci¨®n y le aseguraban un puesto en el hospital p¨²blico. Al salir, el ayudante Saullo dec¨ªa a los familiares: ?El doctor no quiere cobrar nada, pero nosotros ganamos poco y por eso tendr¨¢n que darnos ... ?, y soltaba la cifra: 50.000 o 100.000 pesetas, seg¨²n la pinta del enfermo. Y, ese, s¨ª: en billetes de banco: ?No aceptamos cheques?. Si el enfermo pagaba, al d¨ªa siguiente ten¨ªa la cama en el hospital. Es un delito que el C¨®digo Penal italiano condena con una pena que va de cuatro a doce a?os de c¨¢rcel m¨¢s una multa importante.
Lo que m¨¢s ha indignado a la opini¨®n p¨²blica es que un m¨¦dico como Moricca, ya cargado, de dinero y de fama internacional, haya querido explotar un dolor tan espantoso como el de un enfermo de c¨¢ncer condenado a muerte o el dolor de sus familiares.
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