El congreso de Zaragoza denuncia la soledad y falta de medios de la sociolog¨ªa espa?ola
Dos ser¨ªan las consecuencias a extraer de la primera jornada del Congreso de Sociolog¨ªa que se est¨¢ celebrando en Zaragoza: el enorme inter¨¦s que despierta el conocimiento de la sociedad y, al mismo tiempo, la dificultad que ello entra?a, tanto por lo complejo y cambiante del objeto de estudio como por la diversidad de campos que hay que abordar, e incluso por la soledad y falta de medios con que trabajan los soci¨®logos.
Los casi setecientos participantes se distribuyeron ayer en diecinueve ¨¢reas de trabajo -de modo simult¨¢neo y en aulas independientes-, y hubo tambi¨¦n dos mesas redondas y una sesi¨®n plenaria. En la mayor parte de ellas, si bien se trataron temas concretos, las sesiones constituyeron preferentemente una toma de contacto y un rodaje para el d¨ªa fundamental que va a ser hoy, donde adem¨¢s van a intervenir las grandes figuras como An¨ªbal Pinto, Amando de Miguel o Alberto Moncada, entre otros muchos.Las circunstancias pol¨ªticas de nuestro pa¨ªs en la actualidad y todos los cambios que se derivan de la transici¨®n a una democracia parlamentaria -como se dijo en alguna de las sesiones- hacen que los sectores de investigaci¨®n que m¨¢s atraen sean los que mantienen una relaci¨®n m¨¢s directa con la pol¨ªtica. Y as¨ª, uno de los principales en cuanto a inter¨¦s est¨¢ siendo la sociolog¨ªa militar. De entrada, se dijo que el estudio sociol¨®gico de las instituciones militares est¨¢ pr¨¢cticamente por empezar. El profesor Francisco Alvira expuso, sin embargo, un interesante trabajo con los resultados de una encuesta comparativa de las actitudes y valores de un grupo particular de aspirantes a ingreso en academias militares con j¨®venes de su misma edad. Este revel¨® que el grupo de cadetes punt¨²a m¨¢s bajo en una escala de permisividad sexual, da m¨¢s importancia a los valores de la autodisciplina y presenta mayor motivaci¨®n de logro que la media de sus coet¨¢neos. En este ¨¢rea est¨¢n inscritos oficiales, suboficiales y cadetes de la Academia de Zaragoza.
Los debates en el ¨¢rea de sexualidad fueron los que registraron m¨¢s fuertes pol¨¦micas, sobre todo al hablar de la relaci¨®n de ¨¦sta con los planteamientos tradicionales de la ciencia m¨¦dica. Por otra parte, se valor¨® positivamente la aportaci¨®n del movimiento feminista al tratamiento de la sexualidad, aunque se se?al¨® la necesidad de realizar una lectura cr¨ªtica del mismo.
Dentro de las ¨¢reas de juventud, marginaci¨®n y conducta desviada, el problema fundamental que se se?al¨® es que no existen estudios con suficiente rigor cient¨ªfico sobre las causas de algunas desviaciones que se dan en la juventud, pero que, sin embargo, ?son utilizadas por los partidos pol¨ªticos, Prensa y entidades p¨²blicas en su propio beneficio?.
La sociolog¨ªa del trabajo y la urbana fueron tratadas -adem¨¢s de en sus respectivas sesiones aisladas- en una mesa conjunta. Respecto a la segunda, abord¨® la vida cotidiana y los est¨¢ndares de equipamiento, con ejemplos concretos de Madried y Zaragoza, fundamentalmente. Aqu¨ª se contest¨® fuertemente el sistema de est¨¢ndares de equipamiento y la rigidez con que se aplican los mismos.
En cuanto a la sociolog¨ªa del trabajo, se habl¨® del gran desarrollo que ha conocido esta rama desde hace diez a?os, y que se ha dirigido de forma primordial en dos direcciones: el estudio de las condiciones de trabajo (tanto en su vertiente agr¨ªcola como industrial) y en la serie de actitudes y problem¨¢tica que surgen con el sindicalismo. En la sociedad rural se aprecia ante todo una absoluta inadecuaci¨®n de la formaci¨®n profesional con la realidad del trabajo agr¨ªcola, al que los estudios sociol¨®gicos consideran de una gran riqueza y mucho m¨¢s parecido al trabajo industrial de lo que se dice.
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