El embargo
Hace ya casi un siglo que mi abuelo, Jos¨¦ Mar¨ªa Gabriel y Gal¨¢n, escribi¨® un poema que antes todos los ni?os se sab¨ªan de memoria (creo que incluso Borges es a¨²n capaz de recitarlo): El embargo. ?Qu¨¦ tendr¨¢ esta palabra que ejerce una vertiginosa atracci¨®n sobre los extreme?os hasta casi convertirse en s¨ªmbolo?Hay ahora una amenaza de embargo de pr¨¢cticamente un pueblo extreme?o entero. Se llama Pizarro, para que todo sea m¨¢s aleg¨®rico. Tiene un solo tel¨¦fono y aproximadamente quinientos habitantes. Es un pueblo de colonizaci¨®n, curioso invento que el anterior r¨¦gimen puso en marcha para intentar compensar la devoluci¨®n a los terratenientes improductivos de las tierras que la Rep¨²blica les hab¨ªa expropiado durante su inconclusa reforma agraria.
Los pueblos de colonizaci¨®n sol¨ªan llamarse "no s¨¦ cu¨¢ntos" del Caudillo. (Por fortuna a Pizarro no llegaron a emparentarlo con el dictador.) Se trataba de pueblos modelo, casitas blancas, tierrecitas de regad¨ªo, propiedad vislumbrada a largo plazo, hacia el Final de la vida del colono, ayuntamiento nuevo, iglesilla clara, orden, trabajo. Todo provisional, todo vigilado, dependiente. S¨®lo para personas de orden y disciplina. Bien, pero esa
orden es otra historia. Aqu¨ª hablamos del embargo.
"Se?ol jues, pasi ust¨¦ m¨¢s alanti y que entrin tos esos". Tos esos son los de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana y los del IRYDA, que vienen a embargar a 67 familias del pueblo de Pizarro. Al parecer, les deben unos dineros bastante controvertidos; las cuentas no acaban de estar claras. Los colonos no se niegan a pagar, piden que les expliquen los n¨²meros, porque se da la circunstancia de que hay algunos a los que la Administraci¨®n les debe m¨¢s de tres veces lo que ellos deben a los organismos embargantes. En ocasiones, el embargo es por deuda de 2.000 pesetas. Pero la m¨¢quina administrativa es una apisonadora inflexible y sorda que no se entera de ciertos desbarajustes y desaguisados. Tanto celo en Pizarro, cuando cerca de este pueblo hay otro, tambi¨¦n de colonizaci¨®n, Casar de Miajadas, en el que 39 casas, un ayuntamiento, una iglesia y unas escuelas est¨¢n deshabitadas, despilfarradas.
Nuestros amenazados colonos deben poco m¨¢s de seis millones
entre todos. Quiz¨¢ la Administraci¨®n deber¨ªa ser m¨¢s rigurosa a la hora de actuar contra los morosos, acord¨¢ndose primero de esas grandes empresas que adeudan bastantes miles de millones a la Seguridad Social sin que se produzcan amenazas. ?O por qu¨¦ no sugerirle a la Administraci¨®n una mayor diligencia, por ejemplo, a prop¨®sito del patrimonio nacional? Este curioso organismo ha pedido un suplemento de subvenci¨®n (que, sin duda, le ser¨¢ concedido) de setecientos millones de pesetas para cubrir los d¨¦ficit de entidades tan se?aladas como el Club de Golf de la Herrer¨ªa (17,5 millones de pesetas, que pagamos todos los espa?oles para que el se?or¨ªo madrile?o se airee los fines de semana). Es bueno hacer este tipo de comparaciones demag¨®gicas, porque, aunque no lo parezca, los elementos no son tan dispares ni heterog¨¦neos. El embargo de 67 familias de Pizarro por deuda de seis millones de pesetas est¨¢ directamente conectado, es consecuencia directa del suplemento de subvenci¨®n de 17,5 millones a la Herrer¨ªa golf¨ªstica.
Deber¨ªa decirse que una cosa no es posible sin la otra. Finalmente, los colonos de Pizarro son colonos de esos se?ores de la Herrer¨ªa.
Es una manera de ver las cosas. Est¨¢ claro que al final, van a pasal tos esos, aunque quiz¨¢ los de la Confederaci¨®n y los del IRYDA ya no van a encontrar personajes desesperados tan resignados como los descritos por J. M. Gabriel y Gal¨¢n. En Extremadura ya hay hasta manifestaciones, porque los enga?os, las humillaciones son tan constantes que calientan la sangre y hacen olvidar el miedo de cuarenta a?os.
Hay que repetir muchas veces el cat¨¢logo, por si en la Corte a alguien le llamara la atenci¨®n. Pues bien, como es sabido, Extremadura es la primera regi¨®n productora de electricidad, mientras que casi un 30% de sus escuelas carece de luz. La electricidad producida se exporta y al fin se consigui¨®, hombre, hay que darles algo, aunque s¨®lo sea por las dos centrales nucleares que les hemos hincado en el coraz¨®n, que se estableciera un canon por
esa energ¨ªa exportada: 2.800 millones de pesetas que se deber¨ªan haber empezado a cobrar desde el 1 de enero. Hasta la fecha no se ha recibido ni un c¨¦ntimo, pero la central nuclear de Almaraz ya entr¨® en funcionamiento. Tambi¨¦n se prometi¨® que, como compensaci¨®n por los perjuicios del trasvase , se proporcionar¨ªan numerosos peque?os regad¨ªos a la zona. Hasta la fecha.
Cuando se habla de agravios comparativos, los extreme?os tienen de qu¨¦ re¨ªrse. Para ellos simplemente hay agravios, sin adjetivaci¨®n. La solidaridad interregional es una bella expresi¨®n. Extremadura simplemente se conformar¨ªa con un poco de justicia por parte de la Administraci¨®n y por parte del gran capital. Que cesara el expolio.
Y si es inevitable el embargo, se?ol jues, que pasin tos esos, pero que entren primero en las grandes empresas defraudadoras, en las grandes empresas p¨²blicas y privadas que son pozos sin fondo para subvenciones y cr¨¦ditos, que entren en ese patrimonio nacional de Fuertes de Villavicencio y en el golf de la Herrer¨ªa. Y despu¨¦s, s¨®lo despu¨¦s, se?ol jues, que entren en Pizarro. Estoy seguro de que los colonos no tendr¨¢n inconveniente en pagar lo que sea justo.
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