El VIII centenario de san Francisco de As¨ªs se celebra bajo el signo del pacifismo
Francisco de As¨ªs, ?el m¨¢s italiano de los santos y el m¨¢s santo de los italianos?, nac¨ªa un 4 de octubre de 1182. Desde la ciudad americana de San Francisco hasta Italia, de la que es patr¨®n, pasando por la India y Francia, donde pas¨® sus a?os mozos, el VIII centenario de su muerte va a ser festejado en los cinco continentes. Los organizadores de las m¨²ltiples actividades han optado por presentar la imagen pacifista del santo mendicante.
La ONU prepara una jornada de San Francisco con un mensaje del secretario general sobre Francisco, campe¨®n de la paz. Y con la paz, la naturaleza: los ecologistas de ahora tendr¨¢n la ocasi¨®n de acercarse a un predecesor que hizo ?del hermano lobo y del hermano ¨¢rbol? figuras de su espiritualidad.Lo que los organizadores no han podido evitar ha sido una riada de art¨ªculos que, por ejemplo en Italia, han provocado una pol¨¦mica sobre la personalidad de san Francisco. La Repubblica subraya el amor por la libertad ?de un joven que, despu¨¦s de haber hecho la guerra, abandona todo y dice ante los jueces: soy un hombre libre; mi amo es Dios?. El Corriere della Sera duda que san Francisco fuera un revolucionario, ya que ?de su boca no sali¨® jam¨¢s una palabra de condena, denuncia o protesta?. Todo lo m¨¢s fue la suya, a?ade, ?una revoluci¨®n inm¨®vil?. Los j¨®venes italianos contestatarios, por su parte, hacen del poverello un modelo de rechazo a los poderes establecidos e insisten en que no se pierda de vista el contexto religioso y pol¨ªtico de su tiempo.
?El franciscanismo? ", dice el franc¨¦s Chenu, ?hay que situarlo en un vasto movimiento reformador, el de los pauperistas, que denunciaban a una Iglesia simoniaca y, en buena parte, corrompida?. Los esfuerzos reformadores del papado se estrellaban ante la ineficacia de una clerec¨ªa feudal y triunfalista. Francisco apost¨®, al igual que aquellos movimientos cr¨ªticos, por la renovaci¨®n desde el laicado, valorando la pobreza y operando una vuelta a las fuentes del evangelio. Todo esto ocurr¨ªa en una sociedad convulsionada, cuyo lema era ?la asociaci¨®n en lugar del vasallaje?, que anunciaba el ocaso del feudalismo y el nacimiento de la sociedad burguesa. Los mendicante, Francisco de As¨ªs y Domingo de Guzm¨¢n son fen¨®menos de esa nueva sociedad: los conventos pasan de los valles solitarios al centro de los nuevos burgos; la fraternidad sustituye al paternalismo de las abad¨ªas; se impone en los conventos el sistema democr¨¢tico, sometido a fuertes controles de la comunidad; participan de la vida universitaria e introducen a Arist¨®teles. Y se hacen itinerantes como aquel pueblo comerciante, que es el protagonista del cambio. Estos pauperistas ortodoxos, los mendicantes, ?significan un rechazo categorial, institucional y econ¨®mico del r¨¦gimen feudal de la Iglesia?. Pero Francisco de As¨ªs no es Pedro Vald¨¦s, ni el franciscanismo se puede identificar con los c¨¢taros ni con los espiritualismos her¨¦ticos; por eso Juan Pablo II valora a aquel renovador, para quien ?el evangelio est¨¢ fiado a la Iglesia y hay que vivirlo dentro de ella?.
A pesar de su vocaci¨®n eclesial, el franciscanismo provoca recelos en la jerarqu¨ªa, que acabar¨¢ clericaliz¨¢ndole, seg¨²n el historiador franc¨¦s; esto es: obligando a sus miembros a pasar por la tonsura.
Hoy, los franciscanos, unos 39.000 en el mundo, se presentan divididos en tres ramas: la Orden de los Hermanos Menores, que poseen el sello oficial; los capuchinos y los franciscanos conventuales. Cada reforma, dice el franciscano Santos N¨²?ez, responsable del centenario en Madrid, ?se presenta como una vuelta a las fuentes, testificando de esta suerte de la vitalidad de la inspiraci¨®n franciscana?.
Los obispos espa?oles estar¨¢n hoy, en las respectivas di¨®cesis, presidiendo la inauguraci¨®n del centenario: en Toledo, donde el Greco pint¨® m¨¢s de cien temas franciscanos, lo har¨¢ el cardenal primado, y en Madrid, el cardenal Taranc¨®n. Los franciscanos espa?oles (3.479 frailes y 5.774 monjas) esperan que este a?o sirva para relanzar a unas ¨®rdenes que no han quedado al margen de la crisis vocacional que ha afectado a toda la Iglesia cat¨®lica en los ¨²ltimos decenios.
Entre los actos culturales previstos figuran cuatro concursos -cient¨ªfico, literario, art¨ªstico y period¨ªstico- bien dotados econ¨®micamente.
Un sol en plena noche es la obra de teatro que los parisienses han preparado para celebrar el jubileo. Lacordair explicaba que el nombre original de Francisco era Juan, y que su padre se lo cambi¨® ?en honor al comercio de tejidos que su padre ejerci¨® en Francia?.
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